En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.
- 1 Juan 4:9-10
El amor y la gracia de Dios se nos mostraron en nuestra debilidad cuando Él envió a su Hijo al mundo para darnos vida. Estábamos muertos en nuestros pecados pero se nos dio vida en Cristo. Así es como sabemos lo que es el verdadero amor; no por nuestra experiencia de amar a Dios, sino por la muerte de Cristo en la cruz por nosotros. Dios definió su amor por nosotros al darse a sí mismo en la forma de su Hijo como un sacrificio, la propiciación por nuestros pecados.
¿Qué significa “propiciación”? Significa satisfacción, Jesucristo llegó a ser la satisfacción por nuestros pecados. ¿Quién tenía que ser satisfecho? Dios tenía que ser satisfecho, ya que nuestro pecado había ofendido a Dios, había violado su ley. El pecado es un acto de rebeldía contra Dios, que viola su honor y justicia. Si Dios va a perdonar a un pecador, hay que satisfacer su justicia. Jesucristo vino a hacer eso con su vida sin pecado y su muerte expiatoria. La muerte expiatoria del inocente satisfizo la justicia divina. Dios estuvo plenamente satisfecho con su Hijo. ¿Recuerda lo que dijo la voz del cielo cuando Jesús fue bautizado? “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mt. 3:17). La misma voz se oyó cuando Jesús se transfiguró: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mt. 17:5). El Padre estuvo plenamente satisfecho con su Hijo para que su Hijo pudiera ser la plena satisfacción por nuestros pecados.
Tales verdades acerca de cómo el amor de Dios satisfizo su justicia dentro de sí mismo pueden parecer más bien conceptos abstractos. Permítame llevarlo a un nivel personal. ¿Cuán satisfecho está usted con Jesucristo? Esa es una pregunta espiritual fundamental que debe hacerse. El Padre está plenamente satisfecho con el Hijo; el Hijo está plenamente satisfecho con el Padre. ¿Y usted? ¿Está plenamente satisfecho con Jesucristo? ¿Es Él su más profunda y verdadera satisfacción? ¿Encuentra su más grande gozo en Él? ¿Lo busca como su satisfacción y gozo, eso moldeará toda su vida? Dios está más satisfecho con nosotros cuando nuestra mayor satisfacción está en su Hijo.
Extraído del libro, “El corazon de la Biblia” escrito por el Pastor John MacArthur y publicado por Editorial Portavoz.