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Información de la EditorialMuchas familias cristianas luchan al determinar lo que sería mejor para la educación de sus hijos. Los más grandes obstáculos de la educación pública son las filosofías humanistas que les enseñan al costo de la verdad bíblica, maestros y compañeros incrédulos buscan influenciar a nuestros hijos, y la ausencia de consideraciones espirituales o morales entre el proceso educativo. Sin embargo, esos problemas no son aislados al escenario de la escuela pública.
Aun en nuestros vecindarios – y aun en algunas escuelas cristianas – hay influencias que rompen nuestros deseosos estándares espirituales. También, algunas escuelas cristianas faltan en la calidad y en la profundidad de la educación que las escuelas públicas ofrecen – y eso se puede aplicar aun a lo básico.
Pero no se puede asumir automáticamente que ese es el caso solo porque la escuela pública del vecindario es más grande y más impresionante que la escuela cristiana local. Muchas veces los estudiantes de las escuelas cristianas tienen notas significadamente más altas en los exámenes a nivel nacional que sus contrapartes en las escuelas públicas. Para hacer una evaluación precisa necesitará hacer investigaciones sobre el plan de estudios, los programas, el entrenamiento de maestros, y resultados comparativos de exámenes de cada escuela.
¿Es incorrecto poner a sus hijos en una escuela pública? No necesariamente. ¿Es correcto poner a sus hijos solamente en escuelas cristianas – o educarlos en casa? No necesariamente.
Recuerde que la mayor responsabilidad de la educación apropiada de sus hijos está sobre ustedes – los padres – no la escuela o la iglesia (Deuteronomio 6:6-7; Efesios 6:4). Esas dos instituciones son vitales al desarrollo completo de su hijo, pero los estándares, convicciones, y fuerza moral deben ser implementadas en el hogar.
No todo es necesariamente de buena o mala calidad porque es un llamado “cristiano”, ni tampoco todo es malo solamente porque está bajo la sombrilla de la educación pública. Padres necesitan ser especialmente sabios y poder discernir en esa área importante.
Si la educación cristiana de alta-calidad es disponible y accesible, eso sería preferible. Sin embargo, cuidadosamente evalúe todos los factores y opciones de su situación. Sinceramente busque la voluntad de Dios (Efesios 5:17) y júntelo con una crianza sólida y bíblica de sus hijos (Efesios 6:1-4; Colosenses 3:20-21).