“Porque en él fueron creadas todas las cosas… visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades” (Col. 1:16).
“Tronos, dominios, principados y potestades” son las diversas jerarquías de ángeles. Jesús no es un ángel, como pretendían enseñar los herejes, sino que Él mismo creó a los ángeles.
¿Qué son y qué hacen los ángeles?[1] Esta sección es tomada de John MacArthur, Teología Sistemática (Grand Rapids: Portavoz, 2018), 680–90, 721–34..
Para entender la magnitud de lo que Pablo estaba enseñando, debemos saber quiénes son estos seres. Los ángeles son seres creados por Dios (Neh. 9:6; Sal. 148:2–5; Col. 1:16). Son seres espirituales (He. 1:14). Según la definición de Cristo, un espíritu es material, sin carne ni huesos (Lc. 24:39). El término en hebreo malak, y el término griego angelos, pueden traducirse generalmente como “mensajero”, “enviado” o “embajador”. Aunque estas palabras se utilizan para referirse a humanos mensajeros, con frecuencia, el mensajero es un ser creado no humano, sobrenatural, al que se suele aludir como “ángel” (2 Cr. 32:21; Mt. 1:20, 24). En sí, existen dos grupos de ángeles: los obedientes y los rebeldes. Los rebeldes, son un grupo liderado por Satanás, conocidos también como demonios, los cuales se oponen a la autoridad de Dios y por esto serán juzgados (Mt. 25:41; Ap. 20:10, 2 P. 2:4; Jud. 6). Por otro lado, los obedientes o los santos, temen a Dios en adoración con sobrecogimiento, y le sirven con admiración y respeto en la eternidad (He. 1:6).
Jesús es superior a los ángeles
El autor de Hebreos pregunta: “¿A cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres tú, yo te he engendrado hoy, y otra vez: Yo seré a él Padre, y él me será a mí hijo?” (He. 1:5). La respuesta es: a ninguno. A los ángeles se les creó para servir, siempre han sido solo ministros y mensajeros. Solamente Cristo es el Hijo Eterno. Por tanto, tiene un nombre o título mucho más excelente que cualquier ángel.
Jesús ha sido exaltado “sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no solo en este siglo, sino también en el venidero” (Ef. 1:21). Esto, “para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra” (Fil. 2:10). Pedro se une a esta verdad diciendo: “Quien [Cristo] habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades” (1 P. 3:22).
Las Escrituras son claras al afirmar que Jesús no es un ángel, sino el Creador de los ángeles. Está por encima de los ángeles, que en realidad lo adoran y están bajo Su autoridad. La relación de Jesús con el mundo invisible, al igual que Su relación con el universo visible, prueba que Él es Dios.
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(Adaptado de Teología Sistemática, Comentario MacArthur: Hebreos, y La deidad de Cristo)