Quiero que me acompañe a Apocalipsis 22, versículos 6 al 12; y los voy a leer y después, los estudiaremos. “Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado Su ángel, para mostrar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto. ¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro. Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas. Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios. Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía. He aquí Yo vengo pronto, y Mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.”
Ahora, en esta porción en particular se presenta un énfasis tremendo en lo repentino de la venida de Jesús. La Biblia tiene mucho que decir acerca del hecho de que Jesús vendrá repentinamente, que vendrá rápidamente, que vendrá en un momento, en una hora en la que usted no espera. Que sucederá en un abrir y cerrar de ojos, que será repentino, que será pronto y que será definitivo.
Ahora, conforme llegamos a esta sección del libro de Apocalipsis, es innecesario decir que es el fin. Ya para cuando llegamos al capítulo 22, los grandes temas de Apocalipsis ya han sido desarrollados y las puertas han sido abiertas. La rebelión, por ejemplo, de ángeles y el hombre se acabó. La rebelión ya ha sido finalmente aplastada en este momento de Apocalipsis. El Reino ha sido traído. Los rebeldes están en el lago de fuego. No sólo eso, sino que el Rey de Reyes está en el trono eterno asumiendo Su derecho soberano como Rey de la tierra, Rey del universo. La santidad absoluta e incambiable caracteriza todo dentro del Reino universal de Dios, el pecado ha sido borrado de la existencia. Y los redimidos, comprados por la sangre del Cordero matado en el calvario, ahora están en la gloria eterna de la resurrección. Todo lo que tenía que ser enfrentado en el hombre, ha sido enfrentado. Fuera de la permanencia de la eternidad, lo único que permanece está en el capítulo 22. Y conforme llegamos al capítulo 22, hay vida en todos lados, porque aquí encontramos la vida infinita y eterna; y no hay manera en la que la muerte puede entrometerse en la vida eterna.
El capítulo comienza hablando del río del agua de la vida y nos vemos a nosotros mismos en el cielo, en el lugar eterno. Ya para el capítulo 22, los cielos y la tierra han sido recreados. El prisma refulgente de la luz transparente de diamante, la ciudad gloriosa de Jerusalén se ha establecido en el estado eterno. Luz, belleza, santidad, gozo y la presencia de Dios y el Cordero, adoración y alabanza a Dios y al Cordero, servicio y semejanza a Cristo son todas realidades eternas.
Antes, en el libro de Apocalipsis vimos en el capítulo 2 y 3, a la Iglesia con todos sus problemas, con toda su aflicción. Vimos su historia. Vimos su virtud. Y después, vimos lo que sucedió de en el rapto. Vimos que la Iglesia fue exaltada al cielo en el capítulo 4 y después, vimos la tribulación comenzando a desarrollarse en el capítulo 6. Y vimos cómo se rompieron los sellos y las trompetas fueron tocadas y las copas de ira fueron derramadas y los juicios horribles y terribles que cayeron sobre los hombres de tal manera que la mitad de la tierra murió en tres años y medio. Escenas monótonas de asombro y horror.
Después, vimos al hombre de Satanás, el anticristo, saliendo del foso y cautivando al mundo con sus demonios y desarrollando a la adoración de Satanás y culminando en una blasfemia sin paralelos. Y después, vimos a todos siendo arrojados al infierno para hundirse ahí para siempre. Y vimos las últimas obras de Satanás. Vimos su liberación durante el Reino ya en Apocalipsis. Y después, cómo fue atado finalmente en el pozo. Vimos cómo se desató toda la rebelión y Cómo fue sacudido el cielo antiguo y la tierra antigua y fueron creados nuevos cielos y una nueva tierra. Y hemos visto al pecado y la muerte y el infierno hechos a un lado. Hemos visto la redención finalizada y el paraíso reconquistado en paz mortal.
Usted dirá que ‘bueno, eso concluye con todo’. Así es. Usted preguntará qué queda. El capítulo 22, versículos 6 en adelante en lo que queda. Usted preguntará qué es. Bueno, son unos cuantos comentarios de conclusión y el énfasis primordial es que todo lo que acaba de leer aquí va a suceder. Ahora, debido a que va a suceder, más vale que haga algo, más vale que responda, más vale que reaccione. Jesús viene. La tribulación viene y los hombres morirán; y los hombres que están vivos, pedirán morir para aliviarlos del tormento del juicio. Y Jesús retornará en gran gloria y establecerá Su Reino. Todo sucederá. Y la respuesta viene. ‘Entonces, ¿qué?’ Y entonces, Juan responde… aquí está el ‘entonces que’… comenzando en el versículo 6.
Las características de estos versículos son básicamente simples. Son breves, vienen en una sucesión rápida, casi nos dejan sin respirar, son disparos rápidos, muy incisivos en su importancia. Son afirmaciones independientes, sin embargo cada una de ellas tiene que ver con la respuesta necesaria de los hombres ante la venida de Cristo. Casi le dan a usted el sentimiento, conforme usted los lee, como si tuvieran mucha prisa, en un ímpetu furioso, en una especie de furia salvaje, en un momento desesperado final y lo ve porque dicen el versículo 7: “He aquí, vengo pronto.” Y ahí hay una afirmación que lo deja sin respiro. Y usted lo ve en el versículo 12: “He aquí, Yo vengo pronto.” En el versículo 20 usted lee: “Ciertamente vengo en breve.” Hay un tono de urgencia aquí. El diseño del Espíritu Santo ha hecho que estas afirmaciones sean rápidas e incisivas para que podamos tener una idea de la emoción que viene junto con la verdad en el contexto. Y finalmente, cuando usted llega al versículo 20, es casi como un suspiro y Juan dice: “Amén, ven, Señor Jesús.”
Entonces, el pasaje mismo está lleno de urgencia. Es preciso que el cristiano responda de manera urgente y se encargue de algunas cosas importantes. Y también es presentado con urgencia el incrédulo.
Ahora, en esta noche, veremos primordialmente los versículos 6 al 12 y veremos las respuestas inmediatas del cristiano al regreso inminente de Cristo. Si Jesús realmente viene, ¿qué demanda de mí? Si Su regreso está realmente cercano, ¿qué hago? Usted preguntará si creo que Su regreso está cercano. De hecho, lo creo. La Biblia dice que la tribulación va hacer iniciada por un gran tiempo de paz mundial y el mundo está clamando por paz. La impiedad, las religiones falsas, la adoración del diablo y la apostasía están en su culminación y estas son las señales del fin.
Hemos visto muchas señales y creemos que Jesús viene. Y si Él viene y El viene pronto, entonces eso demanda algo de nosotros. Permítame darle cuatro cosas que eso demanda: obediencia mediata, adoración inmediata, proclamación inmediata y servicio inmediato. Esas cuatro: obediencia, adoración, proclamación y servicio.
Primero, observe los versículos 6 y 7 y observe la obediencia inmediata. “Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado Su ángel, para mostrar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto.” Estas son cosas verdaderas. “¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.”
Él dice que sucederá tal como dice y más vale que estés listo para obedecer. Más vale que apliques esto a tu vida y lo hagas parte de tu vida. La venida de Jesucristo demanda que su vida cuente hoy. Este es el día, esta es la hora, trabaje mientras es de día y mientras que pueda, porque viene la noche cuando ningún hombre podrá trabajar. Tenemos que tener una conciencia real de Su regreso para que cambie nuestras vidas.
¿Y sabe una cosa?, cuando realmente vivimos a la luz de la venida de Cristo tiene un profundo efecto en nosotros. Y le voy a dar una ilustración. Cuando era un niño pequeño yo siempre estaba inventando historias, realmente algunas bastante absurdas. Mi papá era predicador para Moody y vivíamos en Filadelfia. Y yo iba ahí a una pequeña escuela en Rockledge, en las afueras de Filadelfia. Y un día, fui a la escuela y le anuncié al grupo que mi padre había tomado un hacha y se había cortado los pies. Que él había fallado al darle al tronco que estaba tratando de cortar. Y claro, la escuela estaba alborotada. Y por supuesto, la maestra estaba llamando; y ellos estaban muy tristes, mostrando empatía a mi madre y demás.
Y entonces, resulta que hubo una reunión esa semana, en donde se reunieron los padres de la escuela y no fue algo bueno para mí. Y entonces, la maestra realmente me reprendió. Y entonces, yo estaba enojado con la maestra. Y como resultado de mi enojo con la maestra, decidí que me revelaría un poco. Y nunca olvidaré una vez durante esa semana que ella salió del salón y entonces yo pensé ‘ahora, me las va a pagar’. Yo estaba en segundo grado. Y me puse de pie y fui de escritorio en escritorio, simplemente brincando de escritorio en escritorio. Y por supuesto, a todos les encantó. Ni siquiera los niños estaban involucrados, ella vendría y se enojaría con todos, estábamos disfrutando de esto. Y nunca olvidaré cuando ella entró y me sorprendió en medio de dos escritorios.
Bueno, ¿sabe una cosa?, recibí una educación bastante seria como resultado de eso en ese punto. Eso alteró bastante mi conducta. Y después, a partir de ahí, lo que sucedió es que me sacudió de manera absoluta, porque no la pude oír caminando por el pasillo. No sabía que venía y ¿sabe una cosa? Usted normalmente podía escuchar cómo se oían las pisadas de los zapatos de la maestra. Digo, era una maestra de cierta edad y aparentemente era algo silenciosa, ¿verdad? Y yo viví durante mucho tiempo en miedo mortal por si hacía algo cuando la maestra se iba y ella me sorprendía haciéndolo. Entonces, comencé a vivir a la luz del regreso inminente de la maestra.
¿Y sabe una cosa?, tuvo un efecto profundo en mi conducta. Bueno, es algo así como lo que el Espíritu de Dios no que demostrar aquí. No es en absoluto la idea de temor, sino en la conciencia de la presencia de alguien que representa autoridad. Jesús viene y necesita haber un sentido de que debemos obedecer como resultado de eso. La expectativa de una autoridad o alguien a quien realmente amamos normalmente cambia la manera en la que nos comportamos.
Recuerdo cuando mi padre se iba por alguna junta y mi madre venía y anunciaba que el regresaría al día siguiente. Digo, nos corregíamos. Digo, sacábamos la basura, mis hermanas hacían sus camas. Usted sabe, ‘papá viene a casa’, más vale que nos corrijamos y hagamos las cosas bien por un día. Y sabe una cosa, mamá decía ‘ah, se han portado muy bien’. ¿Sabe una cosa?, un día. Pero el sentido mismo de que sabíamos que él venía cambiaba la manera en la que nos comportábamos.
Ahora en el versículo 6, esto es lo que él comienza a decir, todas estas palabras, todas las palabras de Apocalipsis son todas profecías que son fieles y verdaderas, puede contar con eso. Sucederán. “Y el Señor Dios de los espíritus de los profetas ha enviado a Su ángel para mostrar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto.” Esto viene de Dios, Dios está enviándole esta información y Dios hace lo que Él dice. Este libro es digno de su obediencia porque es verdad, porque Su verdad está establecida. Esto no es algo que salió del cerebro de Juan, estas son palabras de Dios. Esto no es de un impostor, el libro de Apocalipsis, este no es un cuento de hadas que no significa nada. Esto es divino y tiene autoridad.
Usted preguntará como sé que no es una farsa. Porque los farsantes no escriben libros que exaltan a Cristo y condenan a la humanidad. Ellos no están ocupados en hacer eso. Este libro es preciso. Entonces el ángel de Dios dice a Juan. Desde el principio hemos aprendido, ¿no es cierto? Capítulo 1, versículo 1: “La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de Su ángel a Su siervo Juan”, esto es de Dios desde el principio y al final cierra el círculo y dice esto es de Dios, todo aquí es de Dios.
Si Dios dice que va a haber granizo grande, así será. Si Dios dice que va a haber sangre, por cientos de kilómetros, llegando a cierta profundidad, habrá una carnicería y sangre como usted no lo puede creer. Si Dios dice que habrá fuego para quemar la tierra, así será. Si Dios dice que un tercio de los ríos se echará a perder y se contaminará, así será. Y si Dios dice que al mar le sucederá lo mismo, así será. Y si Dios dice que un tercio de los hombres va a ser matado y después, un cuarto de los que quedan será matado, eso será lo que sucederá. Y si Dios dice que los demonios vendrán del infierno en la oscuridad del pozo en el capítulo 9, serán liberados y los demonios andarán por todos lados en la tierra para infectar la tierra, entonces eso es exactamente lo que sucederá. Como puede ver, Dios tiene un registro perfecto. En el libro de Apocalipsis, Su registro es perfecto.
Él dijo que Adán y Eva morirían; y así fue. Él dijo que el mundo perecería por agua; y así fue. Él dijo que Babilonia caería; y así fue. Él dijo que tiro caería; y así fue. Él dijo que Jerusalén caería; y cayó. Él dijo que el Mesías vendría; y vino. Él dijo que el Mesías nacería de una virgen; y así fue. Él dijo que el Mesías nacería en Belén; y así fue. Él dijo que el Mesías sería matado; y así fue. El registro futuro sería tan perfecto como registro pasado de Dios. Él todavía no ha fallado en nada y ¿sabe una cosa?, Él no fallará nada en el futuro. Él dijo que el juicio vendrá sobre la tierra y el mar y el agua y los hombres; y así será. Él dice que la guerra vendrá y matará la mitad del mundo; y así será. Él dice que las naciones se congregarán en el Armagedón para pelear; y así será. Él dice que el anticristo vendrá; y vendrá. Él dice que los creyentes eran martirizados; y así será. Él dice que el Mesías regresará a reinar; y así es.
Entiéndalo, si Dios lo dijo, así sucederá. El libro de Apocalipsis no es algún tipo de cuento de hadas, es verdad. Y el hecho mismo, de que Dios lo dice significa que sucederá porque Él dijo: “Mi palabra nunca regresará a Mí vacía.” Siempre cumplirá el propósito con el cual Yo la envío.
Ahora, observe el versículo 6 y observemos algunos puntos específicos. Él dice: “Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado a Su ángel, para mostrar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto.” Aquí está la palabra: en tachei. De aquí obtenemos la palabra tacómetro. ¿Usted sabe lo que es un tacómetro en su automóvil? Muestra las revoluciones por minuto en su motor, creo. Velocidad es la palabra, en tachei, breve, significa rápidamente. Mide la velocidad, no pronto. Él no está diciendo que vendrá pronto, Él está diciendo que vendrá rápidamente. Vendrá como un disparo de la nada. Dios es paciente. Pero cuando el tiempo llega para que Él regrese, Él vendrá rápidamente.
¿Y sabe una cosa? Algunas personas dicen que Jesús no viene. Esa es una herejía típica del liberalismo, que Jesús no viene. Y el argumento que Pedro presenta en 2 Pedro capítulo 3, él está escribiendo y hablándoles de estos falsos profetas a quienes él llama “pozos sin agua,” lo cual es algo interesante, nubes que no tienen lluvia en ellas y demás. Y él después les dice en el versículo 4 de 2 Pedro 3: “¿Dónde está la promesa de Su advenimiento?”¿Lo ve? “Todos ustedes dicen que Jesús viene, ¿dónde está? No lo hemos visto. “Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación.” ‘Oh’, dicen ‘bueno, Él no va a venir porque todo sigue como siempre ha estado, usted sabe.’ Lo cual es un argumento ridículo, lo cual es como decir que nunca moriré porque nunca he muerto. Y después, Él procede a decir: “Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la Palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua.” Ellos debieron haber olvidado que las cosas no siguen como eran.
Ahí atrás en Génesis 6, Dios aplastó al mundo entero con agua. Y adivinen algo: no siempre ha sido como ustedes dicen que siempre ha sido. Y dice: “Los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos.” Dios una vez destruyó la tierra con agua y la volverá a destruir no sólo con agua, sino con fuego.
‘Sí, pero se ha esperado tanto tiempo.’ Y después dice: “Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.” Dios no tiene un reloj. Usted dice: “Bueno, ¿por qué no regresa si va a regresar?” y da la respuesta: “El Señor no retarda Su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.” No es que Él no lo va hacer. Si Dios dice que pasará, pasará.
Ahora, al final del versículo 6 Él dice esto: “quería mostrarle Sus siervos.” ¿Quiénes son? ¿Quiénes son estos doulos? ¿Quiénes son estos siervos? Son creyentes. ¿Sabe usted que en Romanos capítulo 6 dice que nosotros somos siervos del Señor? Dice simplemente y hay mucho más en ese capítulo sexto, pero tomemos simplemente ese pensamiento en el capítulo 6, versículo 17: “Más gracias sean dadas a Dios que aunque erais siervos del pecado habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina en la que habéis sido entregados.” Después, versículo 22: “y libertados del pecado fueron fuisteis hechos siervos de Dios.” Cuando usted fue salvo, usted se convirtió en siervo de Dios. Usted es Su doulos. Usted es su esclavo. Y quiere que usted sepa lo que sucederá. ¿Por qué? Porque Él quiere que usted obedezca estas cosas.
El libro de Apocalipsis no es para incrédulos, ello no pueden distinguir el principio del final. Las verdades de este libro son para usted y para mí, para que podamos entender lo que sucederá y obedezcamos de manera inmediata.
Observe el versículo 7: “He aquí vengo pronto, bienaventurado es el que guarda las palabras de la profecía de este libro.” Guarde esto en su corazón y mente, obedezca los principios espirituales que están aquí. Ponga atención, tereo, significa guardar y poner atención, observar en su vida los principios que aquí están. Jesús simplemente dijo esto: “si me amáis, guardad Mis mandamientos.” Él lo dijo tres veces en Juan, capítulo 14. Él lo dijo en el versículo 15, versículo 21 y versículo 23. Y después, cuando usted llega a 1Juan, lo repite y repite y lo repite “si Me amáis, guardad Mis mandamientos. Usted no puede saber si es salvo a menos de que guarde Mis mandamientos… Guarda Mis mandamientos… Guarda Mis mandamientos.” Lo he dicho tantas veces, lo volveré a decir, la palabra más importante en la vida cristiana es obediencia. En eso consiste todo. Y vamos a hablar más de eso en un minuto.
Pero necesitamos ser obedientes. Necesitamos estar guardando las palabras de la profecía de este libro. Necesitamos adherirnos a ellas, observarlas, ponerles atención porque Él viene. Hay algunos mandatos directos a la Iglesia en el capítulo 2 y 3 que necesitamos obedecer. Hay algunos principios que vemos a lo largo del libro de Apocalipsis que necesitamos obedecer, darle la gloria Dios, alabar a Jesucristo, ocuparnos con cosas estratégicas que importan. Necesitamos ser obedientes a los principios de este libro.
Ahora, permítame hablar un poco de obediencia. Hay muchos tipos de obediencia. Hay un tipo de obediencia que es una amenaza, pero eso realmente no llega la médula. ¿Sabe una cosa?, un hombre estaba diciendo esta semana, estaba escuchando una cinta y dijo: “Había un pequeño niño y estaba ahí en su silla, estaba simplemente ahí y su papá le dijo ‘siéntate’. Y él simplemente estaba de pie. Él le dijo ‘dije que te sentaras’. Y él simplemente siguió de pie. Su papá le dijo ‘siéntate o te voy a tirar’. Y el niño se sentó. Y él le dijo a su papá: ‘Puedo estar sentado, pero en mi corazón, estoy de pie.’ Bueno, ¿se da cuenta?, eso es obediencia pero ese no es el espíritu de la obediencia. ¿Lo entiende? Eso es legalismo.
La misma persona que yo estaba escuchando dijo que en su iglesia había una persona que decía que ganaba $120 a la semana y le dieron al Señor $12. Y él dijo que eso es obediencia a la ley del Antiguo Testamento pero no es el espíritu de la obediencia. Eso se oye casi como legalismo, lo cual es algo interesante. Usted preguntará qué estoy tratando de decir. Bueno, estoy tratando de decir que hay una diferencia entre obediencia y el espíritu de obediencia. No tengo algo en mi cocina pegado que diga ‘no le pegues a tus hijos con un palo de amasar’. Simplemente para recordarme a mí mismo. No tengo nada que diga ‘no le pegues a tu esposa con la pala’. Usted dice ‘eso es horrible’. No tengo que recordarme a mí mismo de cosas así. No ahogues a tus hijos en la tina. No tenemos reglas así que están colgadas en el baño. Hay cierto sentido, como puede ver, en el que el amor permea todo lo que hacemos y no necesitamos esas reglas. Digo, yo amo a mis hijos y amo a mi esposa y debido a eso no necesito eso. ¿Se da cuenta? Hay un espíritu diferente. Y como puede ver, quiero obedecer en términos de mis relaciones. Si le hago una promesa a mis hijos, quiero guardarla no a partir del legalismo, sino porque los amo. Y creo que mis hijos tienen la misma actitud hacia mí. Ellos me quieren obedecer a mí, no tanto por temor, sino por un deseo de obedecerme porque me aman.
Esa es la diferencia y eso es exactamente lo que Pablo quiso decir y quiero tomar un minuto para mostrárselo, la diferencia entre la obediencia y el espíritu de la obediencia está en Romanos 13, versículo 8: “No debáis a nadie nada, sino amaros el uno al otro, porque el que ama ha cumplido la ley.” ¿Se da cuenta? Y él procede a decir que la ley dice ‘no cometerás adulterio, no matarás, no hurtarás, no darás falso testimonio, no codiciarás’, etcétera. Etc. Y él dice que todo se resume en esto “amarás a tu prójimo como a ti mismo.” El amor, versículo 10, es el cumplimiento de la ley.
Como puede ver, si yo amo a alguien, yo me someto voluntariamente a mí mismo. Y si realmente amo a Dios, ¿necesito tener los 10 mandamientos colgados en mi casa? Y tengo que decir ‘oh, no quiero hacer eso, Dios me va a matar’. No. Usted sabe, no sé cómo usted es afectado, pero cuando yo peco, no reacciono al pecado diciendo ‘oh no, ahora me van a disciplinar.’ Usted tampoco reacciona así. La primera reacción es ‘Dios, me da tristeza porque te entristecí, ¿verdad?’ Claro. Porque ese es el Espíritu de la obediencia. El Espíritu de la obediencia, ahora observe esto, y aquí hay una definición, es aquello que me permite obedecer en un área en donde no hay implementación. ¿Se da cuenta? Entonces, el espíritu de la obediencia es comprometerme a obedecer en cosas en donde no hay implementación, ¿se da cuenta? Porque simplemente quiero obedecer. Es debido al amor que hay en mi corazón que demanda que yo obedezca. No por temor, sino por adoración y amor. Entonces, Dios no nos pide que tengamos una serie de reglas y las peguemos en la pared y que nos aseguremos de obedecerlas. Dios simplemente nos pide que lo amemos. Y si lo amamos, vamos a cumplir la ley entera.
Y está es la razón por la que esto es tan diferente del legalismo. Legalismo es hacerlo, ‘oh, quiero ser santo, quiero ser piadoso’ y si no lo hago, si alguien no cree que soy piadoso, Dios va a quitarme puntos. Usted entiende. Eso no es parte de la naturaleza de Dios. Eso es nauseabundo para Dios. Ese es un sistema de legalismo. Lo que Dios quiere ver es un corazón que está tan lleno de amor que está rebozando de amor que obedece a partir del flujo natural de la vida, no a partir del temor. Y entonces, el cristiano debe tener un espíritu de obediencia debido a su amor por el Señor. Debemos leer Su palabra y debemos aprender los principios y debemos obedecerlos.
Como puede ver, Apocalipsis no es entretenimiento. Tantas personas piensan que el libro de Apocalipsis es entretenimiento. Oh, Apocalipsis, qué bien, vamos a ver todas esas cosas extrañas. Apocalipsis no es entretenimiento. ¿Sabe lo que es para mí? Es motivación. Estudio este libro y me motiva. Me motiva para hacer lo que tengo que hacer y hacerlo ahora. Sabemos que estas cosas sucederán. ¿Que lo que Pedro dijo en 2 Pedro 3:11? Él dijo: “Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas,” hombre, el final del mundo viene, ¿qué tipo de personas deben ser? No sólo se sienta y especula acerca de eso, hace algo. Deberían ser santos, “¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir!,” Y el final del versículo 14 procede a decir “procurad con diligencia ser hallados por Él sin mancha e irreprensibles, en paz.” Eso es motivación, no entretenimiento.
Y entonces, ¿qué dice la Palabra de Dios? Jesús viene. ¿Entonces qué? Obediencia inmediata. Sean cuales sean los principios que están en la Palabra de Dios, es momento de obedecerlos ahora, porque Jesús viene.
En segundo lugar, adoración inmediata. Y me encanta esto, versículo 8, esto es tan humano. “Yo Juan,” ya le dije antes por qué Juan hace esto. Él está tan abrumado con lo que él está escribiendo que dice ‘y yo Juan, yo lo vi. Yo.’ Como puede ver, esto es algo asombroso. Es la misma razón por la que él habla acerca de sí mismo en Juan 21, se acuerda usted, cuando Pedro estaba siguiendo a Jesús y Pedro estaba buscando a su alrededor y Jesús simplemente le dio a Pedro las maravillosas noticias de que Él iba a ser crucificado. Y entonces, Pedro voltea su alrededor y pregunta ¿qué hay acerca de él? Y dice que Pedro se volteó - Juan 21 - y vio al discípulo a quien Jesús amaba. El que se reclinó sobre Su pecho en la cena. Ése es Juan. Él pudo haber dicho Juan, pero no, Juan, él dice ‘aquel a quien Jesús ama, el que estaba al lado de Él en la cena’. ¿Se da cuenta? Él adora el hecho de que tiene una relación con Cristo. Él está abrumado acerca de todo aquello en lo que está involucrado, todo esto que tiene que ver con Dios es absolutamente abrumador para él. Entonces, todo en esto es fantástico. “Ustedes me conocen, yo soy a en aquel Jesús ama.” Se da cuenta. Él simplemente adora ese pensamiento.
Entonces, él usa lo mismo aquí, él dice: “y yo, Juan, son el que vio y oyó estas cosas.” Y después, él dice: “Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas.” Bueno, eso es interesante. ¿Qué está haciendo ahí? Bueno, él ha estado allí antes. Usted regresa al capítulo 19, él está tan abrumado, tan cautivado este ángel, el otro ángel vino y le mostró las bodas del Cordero en el capítulo 19 versículo 10 y él dice: “caí a Sus pies para adorarlo.” Él está haciendo lo mismo nuevamente. “Pero Él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.” Ahora, ellos deben haber pensado que estaban siendo como un disco rayado porque si usted regresa al capítulo 22, versículo 9, de lo mismo. “Pero Él me dijo, mira, no lo hagas,” deja de hacerlo Juan, “porque Yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.” Levántate Juan, yo sólo soy un ángel.
Ahora, hay varias cosas hermosas acerca de eso. No creo que Juan quiso ser idólatra. Él simplemente estaba tan abrumado y tan emocionado con lo que estaba aprendiendo que a él se le dificultó distinguir entre el mensajero y el que lo envió. Y en un sentido muy real, es un pensamiento algo hermoso, ¿no es cierto? ¿Lo han confundido a usted alguna vez con Jesucristo? He estado en el ministerio por unos cuantos años y nadie ha caído postrado a mis pies y me ha adorado. Yo nunca le he tenido a nadie ‘oh, ponte de pie, estás equivocado. Vendrá el día. Pero como puede ver, hay algo hermoso acerca de eso. Ellos pensaban que Pablo era un dios, se acuerda. Estoy seguro que algún hay algunos cristianos que son tan semejantes a Cristo, que algunas personas se han preguntado si Cristo no estaba ahí. Y entonces, Juan comienza a adorar al ángel y entonces en el versículo 9 el ángel lo levanta. Y él se presenta en la categoría en la que está, como puede ver, con otros seres creados que también sirven a Dios. Y él dice ‘adora a Dios, adora a Dios’. Escuche, ésa es una prioridad inmediata en la vida cristiana. Y es adoración.
Usted dice ‘si, lo sé’. ¿Qué es adoración? ¿Es adoración la música de órgano y los vitrales? ¿Qué es adoración? Bueno, hace algunas semanas atrás hicimos un pequeño estudio de la adoración en el Salmo 26, permítame darle un resumen. Pase al Salmo 26 y veamos lo que es la adoración. Es simple; y aquí tenemos un retrato precioso de lo que es la adoración. David estaba adorando. Y él nos da ingredientes de la adoración.
En primer lugar, vemos al adorador y después. vemos a la adoración. Hay cuatro características de un verdadero adorador, cuatro características de un verdadero adorador. En primer lugar, confianza. Para poder adorar realmente a Dios la confianza es la clave de todo. Si usted no confía realmente en Dios, su adoración es una farsa. Si usted está diciendo: Dios, te alabo por quien eres y por todo Tu poder y te alabo por ser el Dios que eres. Y después sale y se come las uñas porque no puede entender de dónde van a salir los siguientes $10, su adoración fue una burla. O si usted está alabando a Dios y alabando a Dios por todo Su poder como su sustentador y anda por todos lados como un manojo de nervios y está tomando medicinas, hay algo que no está bien. Hay algo que se ha perdido entre la afirmación de su confianza y la realidad. La adoración en su sentido más puro comienza con una confianza real en Dios. Eso es lo que le agrada a Dios sobre cualquier otra cosa, que usted realmente confíe en Él.
Ahora, observe el versículo 1: “Júzgame, oh Jehová, porque yo en mi integridad he andado; He confiado asimismo en Jehová sin titubear.” Él dice ve mi corazón Señor, he confiado, he confiado en Ti. Esa es la base de la verdadera adoración, confiar en Dios. Y hay muchas personas que cantan las canciones y sienten cosas agradables como cuando usted está el domingo, cuando algo llega a sus emociones y llegan a la Iglesia y tienen una Biblia y quizás la leen riquezas están adorando, quizás están alabando a Dios pero no confían en Él, realmente no confían en él. La verdadera adoración comienza con la confianza, confianza total.
Después, la segunda cosa que constituye la verdadera adoración es una preocupación por la misericordia de Dios. Versículo 3: “porque Tu misericordia está delante de mis ojos.” Esta es la segunda característica de un verdadero adorador. Él no sólo confía en Dios, sino que él está preocupado con la misericordia de Dios. Él está totalmente inmerso en la gracia de Dios.
Hay una tercera cosa acerca de él, al final del versículo 3: “usted no puede estar verdaderamente adorando a Dios y estar viviendo en pecado.” Usted no puede estar bien adorando a Dios y estar viviendo en el error.
Lo cuarto, y estamos viéndolo rápidamente, en el versículo 4, él no se involucra con malhechores: “no me he sentado con personas vanas, ni iré con los hipócritas.”
Cuatro características de un verdadero adorador: número uno, él confía en Dios de manera absoluta y total. Número dos, él está preocupado con la misericordia de Dios. Él está tan abrumado con la gracia de Dios, que él no se preocupa por nada, porque él sabe que la gracia de Dios es suficiente. En tercer lugar, él camina en verdad, él vive en la palabra constante, constante, constante, constantemente. Eso es adoración verdadera. En cuarto lugar, él nunca se mete con malhechores. Ahora, esa es la característica de un verdadero adorador y podríamos ir más allá de eso, pero es suficiente decir eso en este punto. Ahora, debido a que David es un adorador verdadero, en el versículo 6 él llega la adoración, él llega adorar: “Lavaré en inocencia mis manos, Y así andaré alrededor de Tu altar, oh Jehová.” Vengo a Tu altar para adorar.
Ahora, ahí hay cinco ingredientes de la verdadera adoración. Cuatro características de un verdadero adorador, aquí están los cinco ingredientes de la adoración. Número uno, la gratitud. ¿Realmente quiere usted adorar a Dios? Sea el adorador correcto, en primer lugar, y después dele a Él gracias, versículo 7: “Para que pueda conocerte, para que pueda proclamar con voz de ¿qué? Gratitud.” ¿Sabe usted lo que es la adoración? Es gratitud. Dios, simplemente te quiero agradecer. Te quiero agradecer por lo que Tú has hecho. Gratitud constante.
Después él dice en el versículo 7: lo segundo es alabanza. Anunciar Tus obras maravillosas. ¿Alguna vez usted le ha recitado a Dios Sus obras maravillosas? Usted pregunta si necesita hacer eso. Eso es adoración. ¿Se acuerda usted cómo solían orar en el Antiguo Testamento? Oh, el Dios que hizo el cielo y la tierra y el mar y el Dios que libró a Israel de Egipto y el Dios que… ¿Sabe cómo lo hacían? Algunas veces solían recitar todo esto, parecía que seguían de manera interminable. Por ejemplo, lea la adoración de Habacuc en el breve libro de Habacuc. Él sigue y sigue y sigue y ni siquiera se molesta por pedirle algo a Dios, él simplemente continúa recitándole a Dios todo lo que Dios hizo. Eso es adoración, eso es alabanza por Sus obras maravillosas.
Bueno, tercera cosa, gratitud, alabanza; el tercer ingrediente que constituye la adoración es el amor de Su presencia. Versículo 8: “Jehová, la habitación de Tu casa he amado, Y el lugar de la morada de Tu gloria.” Él estaba enamorado de la presencia de Dios. Eso es adoración. Vivir en todo momento en la presencia consciente de que Él está ahí.
Hay otro, y esto nos lleva de regreso a donde comenzamos, confianza, versículo 9: “No arrebates con los pecadores mi alma, Ni mi vida con hombres sanguinarios, En cuyas manos está el mal, Y su diestra está llena de sobornos. Mas yo andaré en mi integridad; Redímeme, y ten misericordia de mí.” Él está confiando en Dios. Dios, este es mi problema: Tú te vas a encargar de él.
Y entonces, la adoración verdadera es gratitud, alabanza, amar Su presencia, confiar en Él y después, él concluye en el versículo 12 con el compromiso. “Mi pie está en un lugar estable.” En otras palabras, no voy a ir adonde voy a tropezar. “En las congregaciones bendeciré a Jehová.” Voy a estar en un lugar estable y bendeciré al Señor. Eso es simple. Una descripción simple de la verdadera adoración. Ser la persona correcta y llevar a Dios su gratitud, su alabanza, su confianza, su compromiso y amar Su presencia… Eso es adoración. Y entonces él dice: ‘adora a Dios’.
¿Usted realmente adora a Dios? Todo se reduce a confianza. Nadie que adorar más que a Dios. Y lo dice en Colosenses 2:18: “Nadie os prive de vuestro premio afectando humildad y culto a los ángeles.” Usted podría perder su recompensa si usted adora a los ángeles. Hay algunas sectas, no es cierto, que reverencian y adoran a los ángeles. Eso no es Escritural.
Entonces, en toda la adoración, Dios es el objeto, versículo 9, adore a Dios. El libro de Apocalipsis demanda una respuesta inmediata de adoración y alabanza a Dios. Usted pregunta ‘bueno, ¿tenemos una canción de alabanza que podamos darle a Él?’ Claro, está en todo el libro de Apocalipsis. Simplemente lea el capítulo 4, 5, 7, 11, 15 y 19 y puede leer toda la canción de adoración de los redimidos.
Entonces, ¿qué estamos diciendo? Su pronto regreso demanda ¿qué? Obediencia mediata y adoración inmediata. Ahora, llegamos al corazón de esto, proclamación inmediata. Ahora, este no es un mensaje que debe ser oculto, este es un mensaje que debe ser esparcido. Observe el versículo 10: “Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca.” Si usted viera a alguien moviéndose rápidamente hacia la destrucción absoluta y usted pudiera detenerlo y no lo hiciera, esa sería una condenación seria. Y entonces, necesitamos estar ocupados en no sellar las palabras de este libro, sino en estarlo predicando. Debido a que hay una advertencia tan tremenda, no podemos cerrar el libro de Apocalipsis, debimos hablar su verdad. El término “cerca” significa inminente, significa que el siguiente acontecimiento en el reloj de Dios es el regreso de Jesús. Y debido a que Él viene, necesitamos esparcir la Palabra.
Ahora, hemos estado estudiando Hechos y usted recuerda que Él dijo “después de que el Espíritu venga sobre vosotros, me seréis testigos.” Y después, la Biblia dice que Jesús ascendió al cielo y dos hombres estaban de pie vestidos de blanco y dijeron ¿por qué están de pie, por qué están viendo al cielo?, este mismo Jesús quien es quitado de vosotros ¿qué? Vendrá de la misma manera como lo vieron irse.” ¿Por qué deben ser un testigo? Porque Jesús viene de regreso y más vale que se ocupe de esparcir la Palabra.
El no proclamar las verdades de este libro y las advertencias de juicio que está por venir es desobedecer a Dios. Este no debe ser un libro cerrado. Este no debe ser un libro sellado. Debe ser abierto los hombres. Y honestamente, creo en mi corazón que un cristiano que no estudia el libro de Apocalipsis, que no entiende las verdades de juicio y no proclama estas verdades, está desobedeciendo a Dios. Y yo creo que una gran Iglesia siempre será una Iglesia de segunda venida. Yo no creo que usted pueda tener una gran Iglesia que no proclama constantemente el regreso de Jesucristo. Debemos vivir a la luz del regreso de Cristo. Eso debe cambiar nuestras vidas por dos motivos. Número uno, porque cuando Él regrese vamos a tener que enfrentarlo y dar cuentas de nuestras obras. Y número dos, los impíos van a enfrentarlo.
Y Él continúa en el versículo 10: “Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca.” Después, un versículo que nos sacude, versículo 11: “El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.” Usted se pregunta qué está diciendo eso. Ese es un versículo extraño. Simplemente está diciendo esto: si un hombre es injusto, y rechaza este mensaje, que sea injusto para siempre. Si un hombre es inmundo y él rechaza el mensaje, que sea inmundo para siempre. Mi papá siempre solía decir: “la muerte nunca cambia nada, sólo cristaliza la permanencia de lo que usted fue en la vida.” Si usted vivió su vida en injusticia y en inmundicia, así vivirá durante la eternidad. Si usted vivió su vida siendo justo y santo, así vivirá su vida en la eternidad.
Si las advertencias de este libro no son suficientes para cambiar a un hombre, entonces Dios no tiene nada más que decir, que sea injusto para siempre. Yo no tengo nada más que decir. Es un pensamiento sobrio que una decisión hecha en contra de Cristo puede volverse una parte tal de una vida que condena el alma de un hombre y algún día él va a ser incapaz de creer. Y después, cada vez que oiga el Evangelio, sólo producirá más antagonismo. Hay una especie de enfermedad que nos sacude y que permanece ahí que viene a todos nosotros o debería venir como leemos en ese versículo “el que es injusto sea injusto todavía.” La gente pregunta si hay una segunda oportunidad. No, no hay una segunda oportunidad. El que es inmundo, sea todavía inmundo. Separación eterna de Dios.
Debemos proclamar este mensaje. Jesús viene. El mundo necesita oír. Y cuando oyen el Evangelio, o los hace estar bien o los confirma en lo que están mal. Si no absuelve de pecado, condena de pecado. Si no suaviza el corazón penitente, lo endurece y endurece. Si no es, dijo Pablo, aroma para vida, es aroma para muerte. Entonces, el ángel dice que proclame esta profecía, predícala, predícala, predícala.
¿Cuándo fue la última vez que usted se sentó con alguien y les habló de la venida de Jesucristo? Y no estoy hablando simplemente de que usted simplemente coloca una calcomanía en su auto. Estoy hablando de cuánto tiempo ha pasado desde que usted se sentó y le habló a alguien acerca del infierno. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que usted le advirtió a alguien acerca de la condenación eterna que viene como resultado de rechazar a Jesucristo? ¿Con qué frecuencia suavizamos estas cosas? Yo creo, amados, que es momento que nos comprometamos en proclamar las verdades del juicio, porque Jesús viene. Entonces, vemos en estas profecías la necesidad de obediencia inmediata, adoración inmediata, proclamación inmediata. No sé cuánto tiempo nos queda. Lo que hagamos, lo tenemos que hacer algo ahora o no lo haremos.
Finalmente, servicio inmediato, versículo 12: “He aquí, Yo vengo pronto y Mi galardón conmigo para recompensar a cada uno según sea su obra.” He aquí, Yo vengo pronto. Nuevamente: rápidamente, repentinamente. Y la Biblia tiene tanto que decir acerca de esto. El hecho de que cuando Él venga nadie va estar listo, el mundo va a estar asombrado cuando esto suceda. En Marcos hay una indicación de la urgencia que va a llevarse a cabo cuando Jesús venga. La impresión que va a ahogar a los hombres, dicen el versículo 33 del capítulo 13: “Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo. Es como el hombre que yéndose lejos, dejó su casa, y dio autoridad a sus siervos, y a cada uno su obra, y al portero mandó que velase. Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa; si al anochecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana; para que cuando venga de repente, no os halle durmiendo. Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad.” Es algo triste.
Ahí en Lucas, simplemente un pensamiento en el versículo 12 del capítulo 35: “Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas; y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida. Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles.
Y aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, si los hallare así, bienaventurados son aquellos siervos. Pero sabed esto, que si supiese el padre de familia a qué hora el ladrón había de venir, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa. Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá.”
Es tiempo de hacer lo que usted hará por el Señor y hacerlo ahora. Tenemos que velar, tenemos que estar listos y servir. Usted dice ‘bueno, ¿por qué hablar tanto del servicio? Bueno, la Biblia simplemente dice que usted necesita estar sirviéndolo porque cuando Él regrese, obsérvelo en el versículo 12: “Mi recompensa está conmigo para dar a todo hombre.” Usted dice ‘bueno, ¿eso no es materialista?’ Ya he hablado de esto y quizás he compartido esto con usted antes, pero la gente siempre ve eso de manera equivocada, reprende esto como un motivo cuando no es un mal motivo servir a Cristo por una recompensa. Esto es algo natural. Esto me es ilustrado tantas veces en los deportes, un hombre corre una carrera, hace su mejor esfuerzo y gana usted no le dice ‘oh, materialista, egoísta’. Usted espera que haga eso, ¿no es cierto? Si un general toma su ejército a la batalla y gana la batalla, usted no lo llama materialista. Si un hombre ama a una mujer y viene y le dice ‘te amo tanto y me quiero casar contigo’, ella no dice ‘oh, materialista, ¿no es suficiente amarme?, ¿tienes que casarte conmigo?’ Eso es extraño, porque es normal. Hay algunas cosas que son la recompensa natural de otras cosas; y la recompensa de nuestro Señor es el resultado natural del servicio fiel.
Mi abuelo tenía en su Biblia un poema escrito y decía esto, y cito: “Cuando esté de pie ante el tribunal de Cristo y Él me muestre Su plan para mí, el plan para mi vida como podría haber sido y vea cómo lo bloqueé aquí y lo hice a un lado allá y no cedí a Él, ¿habrá tristeza en los ojos de mi Salvador? ¿Tristeza, aunque todavía me ame? Despojado de todo más que Su gracia, mientras que la memoria va a un camino que no puedo seguir. Entonces, mi corazón triste se romperá en lágrimas que no pueda derramar, cubriré mi rostro con mis manos vacías, inclinaré mi cabeza sin corona. Oh Señor, los años que me quedan, los entrego a Tu mano, tómame, quebrántame, moldéame para que viva de acuerdo con el modelo que Tú has planeado.”
Necesitamos estar ocupados en servir al Señor. Necesitamos orientar nuestras prioridades. Necesitamos tirar toda la basura en nuestras vidas e involucrarnos en la obediencia inmediata, la adoración inmediata, la proclamación inmediata y el servicio inmediato. Algunos de ustedes dijeron ‘algún día, voy a comenzar un estudio bíblico o algún día voy a empezar a estudiar la Biblia, algún día voy a testificarle a mis vecinos, algún día voy hacer esto y algún día voy a enseñar una clase, algún día, algún día, algún día…” Y simplemente, se desvanece. Es momento de hacerlo, es momento de hacerlo.
Usted dice ‘bueno, ni siquiera soy cristiano, ¿qué hago?’ El versículo 17 le dice qué hacer. “…Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.” Todavía hay tiempo para que usted venga antes de que Jesús llegue aquí.
Cuando el ejército de Napoleón invadió Rusia, llegaron a una aldea. Y en esta aldea, todos habían huido, excepto un hombre que era granjero. Él era un hombre valiente. Y él estuvo de pie ante el ejército de Napoleón. Y vieron lo calmado y vieron su valentía; y ellos decidieron no dispararle. Pero decidieron que lo marcarían de por vida. Y entonces, lo que hicieron fue tomar un hierro ardiente y le grabaron la letra “N” en la palma de su mano derecha.
El preguntó qué significaba eso. Respondieron: ‘Significa Napoleón, y usted ahora le pertenece a él.’ El hombre rápidamente tomó su hacha y colocó su mano sobre el bloque de madera y se la cortó. Él dijo: ‘esa mano le pertenece a él, yo no’. Eso valentía. Él creía en algo y entregó su mano por ello.
Usted preguntará qué estoy tratando de decirle. Estoy tratando de decirle esto: si usted tiene algo en su vida que le pertenece a alguien que no sea Dios, córtelo. Es tiempo de que usted haga las cosas que necesitan ser hechas en estos últimos tiempos. Creo que podemos motivarnos, como dije esta mañana, podemos involucrarnos con cosas que no significan absolutamente nada y no estar listos para cuando Jesús venga y recibir la recompensa completa. Véanse, dijo Juan, guardaos, guardaos, mirad por vosotros, dijo Juan, para que no pierdan las cosas por lo que han trabajado sino que reciban una recompensa completa. Servicio inmediato, proclamación inmediata, ahora es el momento de hablarles de Jesús. Adoración inmediata, ahora es el momento de comenzar a confiar en Dios y mostrarle que usted le ama. Obediencia inmediata, ahora es el tiempo momento de hacer las cosas que usted sabe que Él quiere que usted haga.
Padre nuestro, estamos tan agradecidos en esta noche porque hemos podido examinar estos pensamientos. Y Señor, nos sentimos tan faltos de preparación. Tan incompetentes. Señor, sentimos que Te fallamos de manera tan miserable. Padre, yo sé en mi propio corazón que realmente no hago esas cosas que debo hacer tantas veces. Y Señor, es fácil para mí decirlo. Bueno, estoy tan involucrado en predicar y esto y aquello, que no tengo tiempo de testificar a alguien que vive cerca de mí o que conozco en algún lugar, es fácil para mí simplemente hacer a un lado mi responsabilidad. Dios, siento mucho cuando de hecho eso. Yo no sé cuándo Jesús viene. Señor, pero yo sé que Él viene y Él viene pronto y estoy listo en mi corazón, pero no estoy seguro de que he hecho todo lo que debo hacer. Padre, quiero estar seguro de que he compartido a Cristo con todos los que necesitan oír, aquellos a quien puedo alcanzar. Quiero asegurarme de que he vivido al máximo nivel de servicio que Tú quieres que viva, para que pueda recibir una recompensa completa, no para mi gloria, sino para que pueda arrojarla a los pies de Jesucristo. Y Padre, sé que no siempre he sido obediente, pero quiero serlo y quiero tener el espíritu de obediencia que me hace obedecer porque Te amo, no porque de me das miedo.
Y Dios, quiero adorarte con un corazón puro y quiero decir que confío en Ti, que realmente quiero estar confiando en Ti para que cuando Tú vengas no me falte nada. Y Padre, oro por toda persona que está aquí. Oramos en el nombre de Cristo. Amén.
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