Tome su Biblia y acompáñeme a 1 Corintios 1 de nuevo conforme continuamos nuestro estudio de esta porción en particular de las Escrituras que tiene que ver con el capítulo 1, versículo 18 hasta el capítulo 2, versículo 5. Ahora, desde el 1:18 al 2:5 lo hemos tomado como una unidad. Y hemos dicho que en esta unidad en particular está el contraste entre la sabiduría de Dios y la sabiduría de los hombres. Ahora, hemos tenido que dividir el pasaje en particular en tres mensajes porque es extenso y debido a su importancia. Y esta es la parte de tres; y me disculpo con aquellos de ustedes que se perdieron las partes uno y dos. Pero si quiere escuchar todos los sermones, están disponibles.
En particular, hoy estamos viendo desde el versículo 29 hasta el versículo 5 del capítulo 2. Vamos a llegar a ese punto y a partir de ahí, continuaremos. Esta semana leí acerca de una pequeña aldea inglesa que tenía una pequeña capilla, como suelen tener muchas villas inglesas. La capilla estaba hecha de piedra y tenía muros más bien tradicionales cubiertos de plantas. Sobre el arco, cuando fue originalmente construida la capilla, estaban grabadas las palabras ‘Predicamos a Cristo crucificado’, de tal manera que toda persona que entraba ahí sabía para qué estaba en ese lugar. Y hubo una generación de hombres piadosos que hizo precisamente eso. Predicaron a Cristo crucificado.
Pero los tiempos cambiaron y las plantas crecieron; y poco tiempo después, cubrió la última palabra. Y el letrero decía ‘Predicamos a Cristo’. Y después, los hombres piadosos cambiaron. Y llegaron otros hombres que vinieron y predicaron a Cristo. Cristo el ejemplo, Cristo el humanitario, Cristo del maestro ideal. Y los años pasaron y las plantas crecieron y finalmente decía ‘Predicamos ‘. Y así fue. Economía, evangelio social, evaluaciones de libros y demás. Y quizás eso en cierta manera es una ilustración de cómo la filosofía del hombre afecta al Evangelio.
La sabiduría del hombre realmente está ocupada en deshacerse del Evangelio de Cristo. Y desde un punto de vista histórico, conforme usted ve a la iglesia, eso es precisamente lo que ha pasado. No hay lugar dentro de la Iglesia de Jesucristo para la mezcla de la filosofía humana con la revelación divina. Dios no la necesita. Si Él necesitara algo, lo hubiera dicho. La opinión humana no hace más que enturbiar las aguas de la revelación de Dios. Hemos visto cómo la opinión humana acerca de la evolución ha tomado un relato simple de la creación y lo ha convertido en una mezcla llamada ‘evolución teísta’.
Hemos visto cómo esos principios simples de la Palabra de Dios para la conducta humana y la totalidad humana se han reunido con la psicología freudiana y han terminado con una mezcla conocida como ‘consejería cristiana’, que no tiene ninguna virtud positiva ni redentora. Ahora, hemos visto esto y otra una y otra vez con muchas cosas. La Biblia, la revelación de Dios, realmente nunca ha necesitado filosofía humana. Sólo la adultera. Ahora, ése es el contexto en el que nos encontramos en esta mañana, porque estamos viendo un libro, el libro de 1Corintios, que tiene que ver con problemas.
Pablo escribió esta carta para enfrentar los problemas de la asamblea corintia. Ellos tenían muchos problemas. El primero del cual era la división. El problema de la división. La congregación estaba dividiéndose en pequeños grupos. En primer lugar, por personalidades, de acuerdo con el 1:12. Se estaban dividiendo de acuerdo a los hombres con los que se identificaban Pablo, Apolo, Pedro, Cristo.
Pero la segunda causa de la división era que estaban dividiéndose en base a puntos de vista filosóficos. Así como Corintio estaba tan dominada por filosofías diferentes y no estaba muy lejos de Atenas, la cual claro, era un semillero de filósofos, ellos se habían vuelto un grupo de personas divididas por puntos de vista filosóficos. Y cuando se volvieron cristianos, ellos arrastraron sus perspectivas, sus opiniones y las distintas cosas en el mundo y las metieron en la Iglesia; y formaron grupos en torno a puntos de vista no importantes del destino del hombre o de la vida del hombre. Y lo que había pasado era que la Iglesia se había dividido en todos estos pequeños grupos. Todo el mundo decía ser creyente, pero todo el mundo se adhería a su filosofía anterior.
Entonces, Pablo escribe desde el 1:18 al 2:5 para tratar de destruir en sus mentes este problema en particular. Para decirles que la filosofía humana es innecesaria. Como vimos hace un par de semanas atrás, es innecesaria. En donde la filosofía humana está en lo correcto, está en lo correcto porque encaja con la revelación divina. Entonces, si usted tiene la revelación divina, no la necesita. Donde está equivocada, usted realmente no la necesita.
Entonces, la filosofía humana realmente es superflua o peligrosa. Ahora, cuando usted tiene la Palabra de Dios, usted tiene la solución a los problemas que Dios quiere que usted resuelva. Dios no nos dio una revelación incompleta. Ahora, no estamos diciendo que usted debe aislarse su cerebro y ser ignorante acerca de todo. Simplemente estamos diciendo que la Palabra de Dios es lo que un hombre necesita. Y la opinión humana sólo tiende a dividir en lugar de unificar. Entonces, Pablo escribe esta sección para hacer un contraste entre la sabiduría humana y la sabiduría divina; y tomar toda oportunidad que puede para mostrarles que pueden deshacerse de la sabiduría humana.
Ahora, como hemos visto, y usted tiene un bosquejo que quizás puede seguir, le va a ayudar a seguirnos, hemos visto que hay cinco maneras en las que Pablo muestra su punto. Hay cinco maneras en las que la sabiduría de Dios es superior a la del hombre. Número uno, y vamos a repasar las primeras tres porque ya las hemos estudiado. Número uno, la sabiduría de Dios es superior debido a su permanencia. Él muestra esto por contraste en los versículos 19 al 20. Observe esto. “Porque está escrito,” él cita a Isaías 29:14, “destruiré la sabiduría de los sabios y desecharé el entendimiento de los entendidos.” Ahora, él dice que la sabiduría humana es temporal. Él mismo la va a destruir. Él la va hacer a un lado. Es innecesaria para él. Está equivocada. No tiene respuestas definitivas.
En el versículo 20, él dice, cuando se ha intentado todo por resolver los problemas serios, realmente el punto es: ¿Dónde está el sabio? Ese es el filósofo ¿Dónde está el escriba? Ese es el escritor ¿Dónde está el diputador? Ese es el orador. ¿Dónde está la filosofía, la literatura y la retórica cuando usted las necesita? ¿Acaso no ha mostrado Dios que la sabiduría de este mundo es insensatez? Lo mejor de los filósofos, lo mejor de los escritores y lo mejor de los oradores no han podido resolver ninguno de los problemas de los hombres. No sirve de nada. No va a ningún lugar. Es temporal. Y entonces, él dice, la sabiduría de Dios en contraste a esto es permanente porque de manera implícita está el hecho de que él lidia con la naturaleza temporal de la sabiduría humana.
La sabiduría de Dios dura. Dios va a destruir la sabiduría humana.
Muy bien, lo segundo. Y estamos repasando rápidamente. Lo segundo que demuestra la superioridad de la sabiduría de Dios no sólo es su permanencia sino el poder. Puede hacer aquello que la sabiduría humana no puede hacer. Puede salvar. Y la sabiduría humana no puede salvar. No podría salvar. Versículo 21: “Pues ya que en la sabiduría de Dios el mundo no conoció a Dios.” La sabiduría humana no podía traer el conocimiento de Dios. Pero agradó a Dios mediante algo que parece loco, que parece insensato, como la predicación, salvar a aquellos que creen. En otras palabras, la sabiduría de Dios desplegada, mostrada en la cruz, que al mundo se ve como locura, pudo hacer lo que toda la sabiduría del mundo no pudo hacer. Esto es: pudo concederle a un hombre de conocimiento de Dios y pudo salvar a un hombre del infierno del pecado y de Satanás.
Usted dice ‘sí, pero el versículo 22 dice que los judíos piden una señal y los griegos buscaron sabiduría, versículo 23, y la rechazaron’. Para los judíos, fue tropezadero. Y para los gentiles, algo como la cruz era torpe. Esa es la palabra griega. Usted pregunta de qué sirve que Dios muestre lo sabio que Él es y trae esto y todos lo rechazan. Sí, en la mayoría de los casos, pero en el versículo 24 dice ‘más para los llamados judíos y griegos, Cristo poder de Dios y la sabiduría de Dios’. Y en resumen, la insensatez de Dios es más sabia que los hombres, la debilidad de Dios es más fuerte que los hombres.
Y como puede ver, Pablo está tomando en estos versículos su estrategia. Él está diciendo que la sabiduría de Dios es superior debido a su poder. El mundo, mediante su propia sabiduría no pudo conocer a Dios, no pudo hacer nada acerca del pecado, no pudo transformar al hombre. Y ésa es la razón por la que como usted sabe, usted puede trabajar en la política o la economía o puede trabajar en la educación, puede trabajar en cualquier lugar, en donde usted quiera, y en últimas, usted realmente no va a llevar a cabo el cambio que necesita porque usted no puede cambiar a las personas. Y el mundo, en el mejor de los casos, en sus mejores niveles de entendimiento, no puede hacer lo que necesita ser hecho. No puede llevar a los hombres a conocer a Dios y ser redimidos de su pecado.
Pero la cruz de Dios hizo eso; y aunque fue rechazado por los judíos y rechazado por los griegos, hubo algunos que creyeron y para ellos se volvió el poder y se volvió sabiduría. Y eso es simplemente prueba que la insensatez de Dios es más sabia que los hombres, versículo 25, y que la debilidad de Dios es más fuerte que los hombres. Lo que eso significa es que lo más bajo, la cosa más simple, más baja que Dios jamás hizo es mayor que las cosas más grandes que los hombres jamás han hecho. El esfuerzo humano en el mejor de los casos no puede llegar al nivel más bajo del poder y sabiduría de Dios.
Muy bien, una tercera cosa, la sabiduría de Dios es superior no sólo debido a su permanencia y poder, sino debido a su paradoja. Dios afirma la superioridad de Su sabiduría en contraste a la sabiduría de los hombres al redimir a personas humildes, simples. Versículo 26: “Pues mirad hermanos vuestra vocación,” vean, vean a su alrededor, vimos esto, “que no hay muchos sabios según la carne,” y eso literalmente significa no mucha sophia, no muchos filósofos, “ni muchos poderosos,” esto es no muchas personas influyentes, poderosas. Hay unos cuantos, pero muchos. “Ni muchos nobles,” esto es de estirpe social, que nacen en cuna de jerarquía elevada. El mundo mira tres cosas para determinar grandeza. Número uno, sabiduría, educación, cerebro. Número dos, poder e influencia, popularidad, fama. Número tres, alto rango.
Pero Dios nos escogió a muchos de éstos, versículo 27, “sino que lo necio del mundo escogió Dios para avergonzar a los sabios y lo débil del mundo escogió Dios para avergonzar a lo fuerte.” El mundo fue confundido, fue avergonzado. “Y lo vil del mundo”, versículo 28, “y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es.” En otras palabras, en la evaluación del hombre, no son nada para llevar a nada las cosas que creen que son algo. Como puede ver, aquí está la paradoja, aquí hay una contradicción aparente. Dios quiere demostrar que él no necesita sabiduría humana. Y para hacer eso, Él concede Su salvación a personas simples, humildes. Y ellos son un testimonio vivo al mundo de que Dios no necesita la sabiduría humana.
Esas cosas, filosofía, literatura, oratoria, todo eso, las cosas de alto rango, los influyentes, los poderosos, la inteligencia, todo eso es irrelevante para Dios. Y para mostrarle qué tan irrelevante, Dios contradijo a la sabiduría humana al escoger a los simples y a los humildes. La mayoría del pueblo de Dios, la mayoría de ellos, son simplemente personas comunes y corrientes. Sencillamente, son personas simples. Santiago 2:5 dice: “Pues mirad, amados hermanos, ¿acaso Dios no escogió a los pobres de este mundo para que sean ricos en fe?” Los pobres, los no preparados, personas simples, en la mayoría de los casos, siempre han estado en la historia como aquellos que han constituido a la Iglesia. Y la razón es que ellos colectivamente son un testimonio como una reprensión contra el mundo. Así como los gentiles provocan a celos a Israel, así los insensatos, los simples son un pueblo redimido para provocar a celos a los salvos de este mundo.
Como vimos la última vez, la persona más simple, sin ninguna educación, que conoce a Dios, sabe más que el filósofo más grande en el mundo que no conoce a Dios. Y qué reprensión es esa para la sabiduría humana. Y claro, Efesios 3:10 dice que Dios quiere tomar a la Iglesia y desplegarla ante los principados y potestades para que puedan ver en la Iglesia Su sabiduría. No hay lugar para la sabiduría humana.
Ahora, eso nos lleva al segundo punto en el versículo 29. Aquí es donde comenzamos. Aquí hay otra razón para la supremacía de la sabiduría de Dios. Su propósito. La sabiduría de Dios tiene un propósito que está muy por encima del de la sabiduría humana. Es un propósito superior.
Versículo 29: “A fin de que nadie se jacte en Su presencia.” Los mejores manuscritos en lugar de decir en Su presencia dicen ‘delante de Dios’. Ahora, observe algo. Aquí, Dios quita toda la jactancia humana. Nadie puede decir: ‘bueno, tú sabes, te voy a decir, yo soy cristiano. Yo fui lo suficientemente inteligente como para creer eso.’ ¿Alguna vez ha pensado en eso? Ve usted a algún hombre y dice: ‘¿cómo puede ser tan torpe como para no aceptar esto?’ Y lo que usted está diciendo es ‘yo fue lo suficientemente inteligente’. No tuvo nada que ver con que usted fuera inteligente y él fuera torpe.
Usted dice: ‘espere un momento’. Permítanme mostrarle algo. Regrese al versículo 24. Veamos quién es salvo. ¿Los inteligentes? Versículo 4: “Mas para los llamados, elegidos.” Dios eligió a personas. Muy bien, veamos el versículo 26. “Pues mirad, hermanos, vuestra vocación.” Versículo 27: “… escogió Dios,” a la mitad del versículo, “… Escogió Dios.” Versículo 28, a la mitad del versículo: “escogió Dios.” ¿Porque fue usted salvo? ¿Porque usted era muy inteligente? ¿Por qué? Porque Dios lo escogió a usted. Usted dice: ‘espera un momento, yo tuve que hacer algo’. Ahí está el versículo 21, al final del versículo. Sí. Él salvó a aquellos que creyeron. Creer, esa fue su respuesta de fe. La parte de Dios fue escoger.
Pero simplemente recuerde que usted fue salvo no porque usted fuera inteligente. Usted dice: ‘Bueno, yo escucho todos los argumentos lógicos y llegué a mi conclusión’. No, usted fue salvo porque usted fue escogido por Dios en Su gracia maravillosa. Y el resultado de eso es el versículo 29: “A fin de que nadie se jacte en Su presencia.” Usted dice: ‘aquí estoy, Dios. Acuérdate de mí, yo soy inteligente.’ Eso es ridículo. De hecho, la Biblia dice que Dios dice ‘no compartiré Mi gloria con nadie’. Así que no se meta con eso. Efesios 2:8-9: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe y esto no de vosotros.” Es un regalo de Dios, no por obras, para que nadie se gloríe.” Toda persona estaría en la Iglesia jactándose. No, no.
Ahora, veamos el propósito de la sabiduría de Dios, versículo 30. “Mas por Él,” refiriéndose a Dios, “mas por Él estáis vosotros en Cristo Jesús.” Escuche: la única razón por la que usted está en Cristo Jesús es por Él. ¿La sabiduría humana los llevó a usted ahí? No. Lo que Pablo les está diciendo a ellos ahí es: observen el propósito en la salvación y ese es que Dios fuera glorificado. Y entonces, para que Dios recibiera toda la gloria, Él se aseguró de que usted no tuviera nada que ver con su salvación, ¿se da cuenta? Usted dice: ‘sí, yo me salvé debido a la sabiduría de Dios.’ Eso es correcto. Lo mejor que el hombre puede hacer al nivel más elevado de su sabiduría es nada. Para cambiar su corazón o conocer a Dios.
Ahora, permítame añadir esto. Una vez que usted se convierte en cristiano, usted ya no permanece ignorante. Usted no sólo se queda humilde, usted sabe, por mucho tiempo, en términos de que no sabe nada. Observe el versículo 30, esto es maravilloso. “Mas por Él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios…” ¿Cuál es la siguiente palabra? “sabiduría…” Tan pronto como usted se convirtió en cristiano, lo primero que usted recibió fue sabiduría. ¿Quiénes son los que son verdaderamente sabios en este mundo sino aquellos que conocen a Dios? ¿Quiénes son los que son verdaderamente sabios en este mundo sino aquellos que conocen la salvación? Somos los sabios y somos un testimonio por toda la historia de que Dios tomó a personas simples, humildes, quienes no conocían lo suficiente como para hacer algo para recibir redimirse a sí mismos, para transformarse a sí mismos, quienes ni siquiera tenían la mente ni la capacidad mental de los mejores de los mejores del mundo y nos hizo los más sabios en existencia. Y ésta es la gloria, y esto es lo que dice en el versículo 31, si usted se va a gloriar, entonces más vale que se gloríe en el Señor.
El propósito para el cual la sabiduría de Dios fue concedida fue para que Él recibiera la gloria. Y Dios escogió a personas simples, humildes, para que no hubiera duda alguna acerca del hecho de que la salvación no es un tema de inteligencia. No es un tema de la sabiduría del hombre, sino de Él. ¿Y sabe una cosa?, en el momento en que usted se convirtió en cristiano usted realmente aprendió algo. La Biblia inclusive dice que Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida.” Usted recibe la Verdad. Conoceréis la Verdad. La Verdad os hará libres.
Permítame mostrarle lo que usted aprendió como cristiano, esto es interesante. Ésta es la educación instantánea que usted recibió. Y es algo progresivo también, pero 2 Corintios 4:6, y le voy a mostrar algo, le da una pequeña secuencia de versículos aquí. En 2 Corintios 4:6 dice: “Porque Dios, quien mandó que de las tinieblas brillará la luz”, y Dios está ocupado en hacer eso. Él lo hizo cuando Él creó el mundo físicamente, pero también lo pudo hacer espiritualmente. “Porque Dios, quien mandó que de las tinieblas brillara la luz, ha brillado en nuestros corazones”, cuando fuimos redimidos, Dios prendió la luz, encendió la luz. Y nos dio la luz del conocimiento de la gloria de Dios. ¿Lo ve ahí? Lo primero indicado aquí que un creyente aprende cuando se convierte en creyente es la gloria de Dios.
Ahora, cuando decimos la gloria de Dios, ¿qué es lo que queremos decir? Todo lo que Dios es. Todos Sus atributos y toda Su naturaleza. Lo primero que sucede cuando usted se convierte en cristiano es que usted conoce a Dios. Usted conoce Su naturaleza, usted conoce Su esencia. Antes de ser un cristiano, usted no conocía Dios.
Ahora, ese es un conocimiento emocionante, ¿no es cierto? Digo, no conocer a Dios, el generador del universo, la fuente de toda la luz, es un problema no conocerlo. Le falta todo a usted; cuando usted se convirtió en cristiano, usted lo conoce. Él brilla, Él enciende el interruptor, Él prende la luz del conocimiento de la gloria de Dios. Y viene a través de Cristo. Permítame mostrarle algo más que usted conoce. Usted no sólo conoce a Dios, Efesios 1:9, esto es algo más que usted conoce. “Habiéndonos dado a conocer,” y esto está hablándonos acerca de nuestra salvación, “cuando fuimos redimidos, perdonados por gracia, Él abundó para nosotros en toda sabiduría,” ¿y qué quiere decir eso? “Habiéndonos dado a conocer el misterio de Su voluntad según Su buena voluntad o Su beneplácito, el cual determinó en sí mismo."
Ahora, subraye esto, Dios no sólo se revela a sí mismo a nosotros, sino Su voluntad a nosotros. Ahora, esto no es si usted debe casarse con María o con Juana o quien sea o si usted debe ir a trabajar a esta compañía u otra. No está hablando de eso. Está hablando de todo el plan de Dios. Y eso se indica en el siguiente versículo. La dispensación del cumplimiento de los tiempos. Ahora, escuche esto, cuando usted se convirtió en cristiano, usted comenzó a conocer a Dios y también comenzó a tener el conocimiento de Su voluntad. ¡Hombre, eso es emocionante!
Ahora, quiero ir al versículo 17 y mostrarle algo. Efesios 1: “Para que nuestro Dios Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os de sabiduría y revelación del conocimiento de Él.” Usted lo conoce. Aquí hay algo más que usted conoce. “Para que sean alumbrados los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza de Su llamado, las riquezas de la gloria de Su herencia.” Ahora tanto esperanza, escuche esto y herencia tienen un aspecto futuro. ¿Verdad? Estamos esperando la plenitud de la redención. Estamos esperando la herencia que está reservada para nosotros, ahora sabemos esto. ‘Para que los ojos de vuestro entendimiento sean abiertos.’ Ahora escuche esto, cuando usted fue salvo, usted llegó a conocer el plan de Dios y su destino. Un cristiano entonces sabe de dónde vino, qué está haciendo y a dónde va. ¿Ve usted eso?
Ahora, eso es la plenitud de conocimiento. Viene en la salvación. Ahora, eso es muy bueno saberlo, ¿verdad? Usted sabe, las personas en este mundo van por todos lados y no tienen idea de dónde vinieron. Al menos que sea de un mono. Ellos no tienen la mínima idea de lo que están haciendo aquí. Esa es la razón por la que se vuelven existencialistas. Ellos viven para el momento. Y menos que cualquier otra cosa no tienen idea de a dónde van. Y permítame decirle algo: si yo quisiera saber tres cosas en este mundo, esas son las tres que me gustaría saber. De dónde vine, qué estoy haciendo y adónde voy. Y Dios dice: ‘en Cristo, usted recibe estas tres cosas’. Ahora, eso es tener sabiduría, ¿no es cierto?
Y por eso digo que la persona cristiana más simple, más humilde, que no sabe nada en términos del mundo, es más sabia acerca de lo que importa de lo que los filósofos y eruditos de todas las edades conocen. Y la gloria de todo esto, ahora usted puede regresar a 1 Corintios. No sé, ahí nos desviamos por un momento. Y lo más glorioso de todo esto es que toda la gloria es de Dios, porque no hicimos nada. Dios nos dio esta sabiduría. Si yo sé de dónde vengo, por qué estoy aquí y adónde voy, ¿es esa causa para gloriarme? ¿Qué he hecho? Repentinamente, antes no tenía el conocimiento. Al siguiente día, lo tuve. Dios me lo dio.
Más por Él, esto es de Dios, estáis vosotros en Cristo Jesús. Fue un acto de Dios, no fue debido a usted. Usted está en Cristo y Cristo ha sido hecho por Dios sabiduría. Y la sabiduría es la clave de ese versículo. Pero además de eso, Pablo no puede resistir el incluir otras cosas. Usted no sólo recibió sabiduría, sino que recibió justicia. Usted pregunta qué es justicia. Justicia significa que ante Dios, usted está en una posición correcta en opuesto a una posición incorrecta. Bueno en contraste a malo, sin pecado en contraste a pecaminoso.
Usted pregunta: ‘¿quieres decir que cuando respondí a Jesucristo, cuando Dios me llamó y creí, estoy en una posición recta delante de Dios?” Eso es correcto. Como puede ver, 2 Corintios 5:21 dice que Cristo fue hecho pecado por nosotros, para que fuésemos hechos justicia de Dios en Él. Entonces, Él tomó nuestro pecado y nos dio Su justicia. Cuando Dios ve a un cristiano desde el cielo, lo ve con una cubierta sobre él y dice ‘ la justicia de Cristo’ y cubre el pecado. Y Dios lo declara justo debido a Cristo.
Hay un gran versículo en Filipenses 3:9, simplemente se lo leo. No necesita buscarlo. Dice: “Y ser hallado en Él no teniendo mi propia justicia, sino la que es por la fe de Cristo. La justicia que es de Dios por la fe.” Usted no tiene ninguna justicia por usted mismo. Pablo dice, “quiero ser hallado teniendo Su justicia.” ¿Y sabe una cosa?, es algo maravilloso darse cuenta de que cuando usted fue salvo usted, no sólo de recibió sabiduría, sino que usted también recibe justicia absoluta delante de Dios. Su pecado es quitado.
Usted pregunta cómo Dios puede hacer eso. Porque Cristo se llevó su pecado y lo llevó en la cruz, pagó el castigo. Dios queda satisfecho. Otra cosa, y podríamos pasar a una serie de sermones en cada una de estas, pero avancemos. Otra, santificación. Eso significa ser apartado o ser hecho santo. Usamos la palabra santo. Él no sólo lo declaró a usted justo, sino que Él comenzó una obra interna en usted de hacerlo santo. ¿Sabe una cosa? En el momento en el que usted creyó en Cristo, el principio de la simiente incorruptible fue implantado en usted y como dice Juan, usted no puede continuar cometiendo pecado habitual. ¿Por qué? Porque la simiente santa de Dios está en usted. Porque cuando usted se convirtió en cristiano, lo primero que usted comenzó a ver fue algo que nunca antes había sucedido en su vida y eso fue santidad. Antes de que usted fuera cristiano, maldad todo el tiempo. Simplemente, pecado todo el tiempo. Cuando usted se convirtió en cristiano, de pronto la santidad con pecado intermitente. Y la madurez es la frecuencia decreciente de esos pecados conforme usted los elimina al andar en el Espíritu.
Pero como puede ver, la santidad es algo que Dios ha hecho en nosotros, ¿no es cierto? Pablo le dijo a los corintios ‘ahora son santos. Ahora son santificados.’ Y entonces, no sólo estamos bien delante de Dios - y eso es algo judicial - sino que de hecho somos hechos santos y eso es algo experimental. Comenzamos a caminar en el Espíritu. Romanos 8 dice: ‘somos sacados de la carne y estamos en el Espíritu si el Espíritu de que Cristo mora en nosotros’, y así es. Gálatas 5 dice que el Espíritu comienza a producir frutos de santidad.
Segunda de Corintios 3:18 dice: “El Espíritu Santo comienza a conformarnos a la imagen de Cristo.” Efesios 2:10 dice: “Fuimos creados para buenas obras.” La santidad, entonces él añade otra gran palabra en el vocabulario del cristiano: redención. La redención es que usted lleva algo ahí y lo compra. Usted lo compra de regreso. Redimir significa comprar. Y Dios por Cristo nos ha comprado del poder del pecado. Redimidos.
Y entonces, tenemos redención, el perdón de pecados, dice Efesios 1. ¡Qué promesa! Y Pedro, me encanta lo que Pedro dice: “Fuimos redimidos no con cosas corruptibles como plata y oro, sino con la sangre preciosa del Cordero sin mancha.” Todo eso es nuestro en Cristo. Véalo. Sabiduría y justificación y santificación y redención. ¿Y qué hizo usted para ganarse la sabiduría? Usted no es lo suficientemente inteligente como para haber conocido eso por usted mismo. ¿Qué hizo para ganarse la justicia? Por las obras de la ley ninguna carne, ningún ser humano será justificado. Usted no hizo nada. ¿Qué hizo para ser hecho santo? Usted no podía haberse hecho santo usted mismo. ¿Qué hizo para redimirse a sí mismo? No podía pagar el precio.
El punto es el versículo 31: “Para que, como está escrito, el que se gloría, gloríese en el Señor.” Como puede ver, todo lo que usted es, sabio, justo, santo, redimido, es debido a la sabiduría de Dios. Usted no hizo nada. La filosofía del hombre, ¿qué parte juega en eso? ¿Juega alguna parte en eso? ¿Usted lo ve en el versículo 30 o 29? No. La filosofía del hombre no puede conceder sabiduría verdadera. No puede pagar el precio del pecado. Usted no puede hacerlo a usted santo. Y no puede librarlo del poder del pecado, pero hará esto, si usted permite que se infiltre en la Iglesia, lo va a dividir.
Y hombre créame, hay iglesias que están divididas por todo este país por temas políticos. Y no hay necesidad de eso. No hay lugar para eso. Eso no sirve de nada. No le dará sabiduría verdadera, justificación, santificación, redención. Lo único que hará es polarizarlo en puntos que realmente no importan. Si va a gloriarse, y aquí él cita a Jeremías 9:23 y 24, gloríese en el Señor. Él es el que lo ha hecho todo.
Simplemente para darle una ilustración de esto, vaya a Gálatas 6:13. Cuando la Iglesia se involucra en política o cualquiera de esas cosas, la economía o algo de eso, se mete en problemas porque usted entonces se está dividiendo en asuntos no esenciales. Ahora aquí, Pablo dice, si se van a gloriar, gloríense en el Señor. Eso es todo. Si se van a jactar, simplemente jáctense en Él. No hicieron nada para merecer nada.
Versículo 13: “Ni ellos mismos,” Gálatas 6, “que son circuncidados guardan la ley, sino que desean que vosotros os circuncidéis para gloriarse en su carne.” Lo judaizantes llegaron a Galacia, tomaron a los cristianos gálatas y los confundieron diciéndoles que tenían que circuncidarse y convertirse en judíos. Y Pablo dice: ‘no les importan sus almas, lo único que les importa es acumular a algunos convertidos más. Quieren gloriarse en su carne y ahora son judíos.’
Versículo 14: “Pero Dios me guarde de que me gloríe excepto en la cruz de nuestro Señor Jesucristo.” Como puede ver, él dice que no hay nada en qué gloriarse sino en la cruz. No hay nada en qué el gloriarse. No hay nada de qué jactarse En otra ocasión, creo que en Romanos, él dice: “No hablaré de nada de lo que Cristo no haya hecho en mí.” Él dice que ‘hay dos razones por las que me jacto en el Señor. Número uno, cambió mi relación con el mundo por quien el mundo ha sido crucificado a mí y yo en el mundo. Dos, me hizo una nueva criatura.’ Versículo 15, al final del versículo, una nueva criatura. Entonces Pablo dice que la cruz fue lo que cambió su relación con el mundo. La cruz fue lo que lo recreó y le dará honra la cruz. ‘Yo no me glorío en la humanidad.’ Entonces, todo eso pasa cuando usted se gloría y eso causa división.
Ahora, permítame profundizar. Regrese a 1 Corintios 1, veamos el capítulo 2, versículos 1 al 5. Pablo dice entonces que ese espíritu de división en Corinto es un resultado de filosofía humana. Están divididos por opiniones diferentes. No hay necesidad de eso porque todo lo que necesitan es la sabiduría de Dios. Número uno, la sabiduría de Dios es superior en su permanencia. En segundo lugar, es superior en su poder. En tercer lugar, es paradójica. En cuarto lugar, su propósito. Finalmente, la sabiduría de Dios es superior debido a su presentación. Y realmente, no es tanto un punto como una ilustración de un punto.
Ilustra todos los puntos anteriores. Pablo dice, si están confundidos, si están confundidos por el asunto, recuerden esto, versículo 1. “Así que, hermanos, cuando fui a vosotros,” y aquí él está entrando en hechos históricos, “para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría.” Deténgase ahí. Ahora, ¿recuerda usted mi presentación a ustedes? Mi presentación es una ilustración de todo lo que le acabo de decir. Cuando vine a ustedes, ¿vine hablando con palabras sofisticadas y filosofías humanas? ¿Cuál es la respuesta? No.
Entonces, que mi llegada a ustedes sea la ilustración de cómo encaja la filosofía humana. No lo hace. No sirve. No tiene un lugar. Dios había determinado salvar a hombres no por sabiduría humana, sino por el Evangelio. Entonces, cuando Pablo llegó a Corinto, él no llegó como un orador y no llegó como un filósofo. Él vino como un testigo. Él vino declarando el testimonio de Dios. Y ésa es la palabra martyrion, el testimonio, el testimonio de Dios.
Ahora, un testigo es alguien que ve algo objetivo, algo histórico. Él dice: ‘Estoy aquí para reportarles el testimonio de hechos objetivos de Dios, no para especular’. Estoy aquí para darles la revelación de Dios. ¿Y sabe una cosa?, eso es lo único que tenemos que hacer. Y no hay lugar en la Iglesia para la filosofía.
Ahora, permítame simplemente darle una ilustración, quizás se pueda identificar con esto. Algunos de ustedes han estado en la iglesia cinco o seis años. Algunos de ustedes, tres o cuatro. Algunos de ustedes, seis meses. Ahora, si me fueran a preguntar cuál es mi opinión de la economía, cuál es mi opinión de la educación, cuál es mi opinión de los asuntos sociales, cuál es mi opinión de la política, cuál es mi opinión de cómo se debe gastar el dinero y cómo se debe legislar ahí en el Congreso o en la Cámara de Diputados de Estados Unidos, me atrevería a que ninguno de ustedes podría responder cuál es mi opinión. ¿Sabe por qué? Porque nunca les he dicho. ¿Y sabe por qué nunca les he dicho? Ustedes no vieron aquí a oír eso. Podrían ir a algún lugar y tener eso. Ustedes no tienen que manejar hasta Panorama City. Cuando la gente me pregunta adónde puede ir y oír la Palabra de Dios, no hay una semana que no pase entre nuestros pastores, que no reciban llamadas telefónicas y cartas preguntando si sabemos acerca de una Iglesia en tal y tal ciudad en donde sepamos que se enseña la Palabra de Dios. Usted puede encontrar a personas dando opiniones en todos lados. Simplemente, trate de encontrar un lugar que enseña la Palabra.
Mire, yo tengo una tarea. Aquí está el testimonio de Dios. Vine a declarárselos. Ustedes no están interesados en mis opiniones. Alguien dijo, usted sabe, debería advertirles a estas personas acerca de la situación económica. Yo dije: ‘No, no puede hacer eso’. Ellos preguntaron por qué. Dije: ‘Por dos razones: número uno, no la entiendo. Número dos, no me importa. No soy experto en eso. Yo sólo quiere enseñarles la Palabra de Dios. Ellos pueden llegar a sus propias opiniones.’
Lo que va a pasar, sucederá porque éste es el mundo de Dios y el plan de Dios se está desarrollando diariamente y es una aventura diferente. Y usted no viene aquí para oír opiniones. Usted no viene aquí para oír: ‘Miren’, él dice, ‘no vine con excelencia, o supremacía o superioridad de discurso y filosofía, logos y sophia. No vine a ustedes con todas esas palabras floridas y la filosofía humana.’ Hombre, pero lo voy a decir algo, usted lo oye en todos lugares, ¿no es cierto?
Mi papá y yo estábamos hablando de esto. Él está aquí esta mañana, y estábamos hablando acerca de esto esta semana, cómo usted enciende la televisión y aquí hay un hombre que sonríe todo el tiempo. Y él sonríe y dice cosas muy floridas, palabras y pensamientos felices y nada. Absolutamente cero. Y todo es muy positivo. Y usted puede hacer lo que sea, lo puede hacer. Y la verdad es que la mayoría de ellos no lo puede hacer. Usted no puede hacer todo. Y estamos hablando acerca del hecho de que ese tipo de cosas positivas que se producen y se propagan realmente niegan a medias la revelación completa de Dios. Y esto es que niegan al pecado. Ellos nunca hablan del pecado. Usted nunca los oye hablar del pecado porque es negativo. Y usted no puede hablar de negativos en el pensamiento positivo. Eso es simplemente filosofía humana. ¿Quién la necesita?
Si usted cree que la Biblia está llena de pensamiento positivo, más vale que la vuelva a leer. Algunas veces veo la Biblia y me siento como si hubiera tenido una lucha. Estoy tan golpeado que ya no la puedo recibir. No, no necesitamos todo eso. No necesitamos todo tipo de palabras floridas que no significan nada. Pablo dice: ‘No vine sólo a ofrecerles muchas palabras humanas y mucha filosofía humana. Yo les di el testimonio de Dios. No necesitan opiniones humanas.’
Escribí en el prefacio de mi libro, creo que he escrito en dos de ellos, que el material no es original. Cuando comience a escribir material que sea original, usted puede tirar mis libros. ¿Quién quiere mi opinión? Dios me ha llamado a hacer una cosa y es declarar Su testimonio. Algunas veces me digo a mí mismo ‘MacArthur, ¿por qué eres tan torpe?’ Y después digo: ‘yo sé, de esa manera nunca vas a tener suficientes opiniones que estorben las Escrituras. Simplemente, apégate a esto y esto es lo que Dios ha establecido como la prioridad.’ Usted realmente sólo puede conocer una o dos cosas bien; y realmente, voy a pasar mi tiempo aquí. Entonces, él dice ‘no vine a darles discursos humanos y sabiduría humana, sino que viene con la Palabra de Dios. Eso es lo primero. Con la Palabra de Dios. El testimonio de Dios.’ ¿Cuál es el testimonio de Dios? El testimonio de Dios es, escuche esto, Jesucristo. ¿De quién da testimonio el Padre en Juan 15:26? Él da testimonio del Hijo. El testimonio de Dios es Cristo, el Evangelio.
Les declare el martyrion, el testimonio de Dios acerca de Cristo. “Éste es Mi Hijo amado, a Él oíd.” Pablo dice, “yo no vine a darles mis opiniones y especulaciones y mis ideas. Yo vine a decirles: ‘esto es lo que Dios dijo. Dios dice. ’’ ¿No es eso mucho mejor? Nos congregamos en el Día del Señor y cuando nos congregamos, lo primero que decimos es: ‘abramos nuestras Biblias. Veamos lo que Dios dice’, no política, economía, asuntos sociales, puntos de vista, opiniones, ideas humanas.
Permítame darle otra ilustración. Segunda de Corintios, regrese al cuarto capítulo nuevamente, versículo 1: “Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos.” Sabemos cuál es nuestro ministerio y nos apegamos a él. Y así es como debe ser. “Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso,” no hay nada peor que la deshonestidad en el ministerio. Hay mucho de esto. “…No andando con astucia, ni adulterando la Palabra de Dios, sino por la manifestación de la Verdad,” esta frase debe ser subrayada en su Biblia. La única tarea del ministerio, la tarea primordial del ministerio es manifestar la verdad de Dios. Eso es todo. Y por lo tanto,… “Recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios.” Tenemos una conciencia clara. Tenemos una tarea simple, muy simple. Ahí está, manifestar la Verdad, la Verdad de Dios.
Pablo le dijo a Timoteo algunas cosas importantes acerca de su ministerio y cuáles eran las prioridades. En 1 Timoteo 4, él dijo esto, me gusta versículo 13, él dijo: “Entre tanto que voy”, en otras palabras, esto es lo que debes hacer y simplemente seguir haciéndolo. “Ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza”. Ahora, eso es bastante simple, ¿no es cierto? Lee, exhorta y doctrina. Eso es sinónimo de enseñar. Ahora, permítame darle tres cosas y le voy a decir qué se supone que debe hacer como ministro.
Número uno, lea la Biblia. Número dos, explíquela, eso es enseñanza. Número tres, aplíquela. ¿Sabe usted qué me esfuerzo en hacer cada vez que enseño? Leer el texto, explicar el significado del mismo y aplicarlo a su vida. Eso es lo que él le dijo a Timoteo que hiciera. Él no dijo: ‘Lee el texto, explica el significado del texto, aplica el texto y después da unas cuantas opiniones.’ No, él dijo en el versículo 15: “Ocúpate, entrégate de manera total a eso.” Esto es Timoteo: al principio, al medio y al final. Léelo, explícalo y aplícalo y después ciérralo y vete a casa. Eso es todo.
Ahora, más tarde en 2 Timoteo, él debió habérselo recordado otra vez, capítulo 4 nuevamente. Segunda de Timoteo 4, versículo 2, ‘te encarezco’. Él usa diamartyromai en el primer versículo. Él realmente presenta este mandato con fuerza. Él debe ser desafiado a hacer esto. Versículo 2, 2 Timoteo 4:1: “que prediques la palabra.” No tu propia opinión, la palabra. No puedo comprender cómo un hombre que se llama a sí mismo ministro de Dios puede hacer algo diferente de enseñar la Palabra de Dios. Digo, ¿qué más hay ahí? Que prediques la palabra a tiempo y fuera de tiempo. En otras palabras, debes estar listo en todo momento.
Versículo 3: “Pero vendrá un tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina. ¿Ha llegado ese tiempo? Créame, difícilmente podemos encontrar la Palabra. La gente no quiere sana doctrina. Sino que según sus propias concupiscencias, su propios deseos pecaminosos, se acumularán maestros teniendo comezón de oír.” Ahora, los oídos que tienen comenzó de oír pertenecen a los que oyen, no a los maestros. Quieren que les rasquen sus oídos con sermones hermosos son. ¿Lo ve usted? Palabras floridas, agradables. “y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.”
¿Sabe una cosa?, cierto tipo de predicación bíblica, cualquier tipo de predicación bíblica que es realmente bíblica no es popular; pero hay todo tipo de personas que quieren tener una especie de sentimiento de Dios y quieren ir a la iglesia. Entonces, encuentran a alguien que les rasque sus oídos donde tiene comezón con sermones bonitos. Ellos van donde pueden oír lo que quieren oír. Vincent dice esto, y cito: “En períodos de fe inestable, escepticismo y la mera especulación curiosa y asuntos de religión, los maestros de todo tipo se amontonan como moscas en Egipto. La demanda crea la provisión. Los oyentes invitan y moldean a sus propios predicadores. Si la gente desea un becerro que adorar, un ministro que les haga un becerro se encuentra.” Fin de la cita. Y tiene razón.
Pablo dice: ‘Mi testimonio es este: Yo voy hablar del testimonio de Dios. Yo no voy a rascar los oídos de la gente al darles lo que quieren oír.’ Créame, eso es lo que la gente quiere. No los quieren molestar. No los quieren hacer enojar. Y entonces, la gente va a ir de lugar en lugar hasta que encuentren a un hombre que diga lo que quieren oír. O de otra manera, van a crear la necesidad para alguien y algún hombre va a ver la necesidad y va a aparecerse y aprovecharse de eso.
Muy bien, de regreso al capítulo 2, versículo 2. Aquí Pablo estaba diciendo: “Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo y éste crucificado.” Simplemente, me concentré en la cruz. Mi única meta fue predicar a Cristo. No como maestro, no como ejemplo, no como hombre perfecto, sino a Cristo crucificado, el Redentor, el Salvador. No di opiniones, eso es revelación. No di especulaciones. Eso es un hecho, ¿verdad? Eso es un hecho.” Ahora, él no está diciendo ahí que él negó el resto de las Escrituras porque en Hechos 18 dice que él durante 18 meses les declaró la Palabra de Dios. Pero su énfasis fue la cruz. Y él quiere decir con eso el plan redentor de Dios. La revelación de Dios en contraste a la especulación humana. Ése fue el mensaje de Pablo.
De hecho, fue un mensaje tan dominante en la primera época de la Iglesia que la gente pensaba que los cristianos adoraban a un hombre muerto. Celso dijo “los cristianos adoran a un hombre muerto”. Y en Roma, hay algunas evidencias arqueológicas de algunos años atrás en donde encontraron un retrato de alguien que había dibujado una caricatura de los cristianos y tenían a un cristiano que se estaba inclinando ante el pie de la cruz con un burro crucificado en la cruz. Y abajo del dibujo decía: “Alexámenos adora a su Dios”. Ahora, eso es lo que Pablo quiso decir cuando él dijo en Corintio que para los gentiles la cruz era tropezadero. Era locura.
Pero fuera locura o no, Pablo nunca cambió su mensaje para acomodarse a la gente, ¿verdad? Nunca. Nunca. Y usted dice sí, y ésa es la razón por la que todos tropezaron en eso. Sí, pero para aquellos que fueron llamados hubo redención. Entonces, número uno, subraye esto, cuando él predicó, predicó la Palabra de Dios. Número 2, versículos 3 y 4, cuando él predicó, él predicó con el poder de Dios. Versículo 3: “Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor.” Ahora, éste no parece ser Pablo, ¿verdad? Normalmente los temblores, pero no Pablo. Normalmente todo el mundo tiembla, pero no él. ¿Por qué está tembloroso?
Cuando él llegó a Corinto, él estaba realmente sacudido. El temor y temblor aquí no creo que quiera decir enfermedad física. Algunos han dicho eso, pero no creo que haya indicación de eso. Simplemente vi los términos que son usados aquí; la idea de temor y temblor es usada en otros pasajes. Es usada por ejemplo en 2 Corintios 7:15, Filipenses 2:12 y Efesios 6:5; y cada una de esas veces tiene que ver con ansiedad mental por un tema importante.
Por ejemplo en Filipenses 2:12: “Ocupados en vuestra salvación con temor y temblor.” Es una ansiedad que viene con algo que es muy urgente. Y entonces, Pablo dice, estaba en tal urgencia y en Corinto, porque era la capital de la vanidad del mundo. Era una ciudad corrupta, de hecho, cuando una persona vivía de una manera tan disoluta en su vida que era inmoralidad continua decían que ‘corintianizaba’. Eso era sinónimo con suciedad. Ese se convirtió en el verbo para prostitución continua.
Y él estuvo en esta ciudad y él había sido expulsado de Filipos y había corrido por su vida. Él había sido expulsado de Tesalónica, había huido para salvar su vida. Los tesalonicenses lo siguieron hasta Berea; y tuvo que dejar este lugar. Él fue a Atenas y estaba allá al final de su tolerancia. Finalmente, él llegó a Atenas y estaba enfrentando esta persecución intensa. Y por último, llegó al areópago y ahí no hubo una gran respuesta. Y llegó a Corinto. Y llega solo y está muy, muy desanimado. Él ve a una ciudad dominada por el pecado, un lugar inmundo y está solo y tiene miedo. Tiene una ansiedad mental terrible por la condición perdida de la ciudad y sabe que no tiene esperanza en sí mismo. Y entonces, en el versículo 4, él dice: “Y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de sabiduría humana sino con demostración del Espíritu y de poder.”
Él no vino con sus propias palabras y no vino en su propio poder. Créalo. Él vino en el poder del Espíritu Santo. Él dijo: ‘Yo no quise venir con mi propio poder, porque si hubiera sido así, ustedes, entonces se habrían identificado conmigo y no con Cristo.’ Versículo 5: “Para que vuestra fe no este fundada en la sabiduría de los hombres sino en el poder de Dios.” Yo no quería que ustedes creyeran una filosofía. Yo quería que fueran nuevas criaturas. Yo no quería que creyeran en mis ideas de especulación. Yo no quería que creyeran en mis opiniones. Yo quería que creyeran en Dios, cuyo poder puede transformarlos.
Entonces, él dice: ‘yo no vine con los logos y kērygma’, y esos son casi términos sinónimos. Quizás ‘palabras’ se refiere a contacto personal y predicación pública. Pero no vine con palabras persuasivas. Persuasivas tienen la idea de persuadirlos. No vine para persuadirlos usando las palabras correctas, para producir las respuestas correctas, para acercarlos a mis ideas, mis opiniones. Simplemente vine y dejé que Su poder fluyera; y Él y Su poder pudieron cambiar vidas. Y él dijo lo mismo en 1 Tesalonicenses, cuando les recordó a los tesalonicenses cómo había estado con ellos.
Él dijo: ‘Nuestro Evangelio no vino a ustedes en palabras solamente sino en poder y Espíritu Santo.” Y eso sólo puede significar que hay un cambio en la vida. Pablo fue un hombre con grandes capacidades naturales, pero él no las usó. Spurgeon dijo, y cito: “El poder que está en el Evangelio no se encuentra en la elocuencia del predicador. De otro modo, los hombres serían los convertidores de almas. Ni tampoco se encuentra en la preparación del predicador, de otra manera consistiría en la sabiduría de los hombres. Podemos predicar hasta que nuestras lenguas se pudran, hasta que agotemos nuestros pulmones y muramos, pero nunca un alma será convertida a menos de que el Espíritu Santo esté con la Palabra de Dios para darle el poder para convertir el alma.” Fin de la cita.
Ahora, eso es precisamente lo que Pablo está diciendo. Yo vine usted no con un mensaje humano. No, no. El testimonio de Dios, la cruz, se los di. Y no con poder humano, sino con poder divino. La razón es para que su fe no repose en filosofía, sino el poder de Dios. Nunca olvidaré a un pastor que una vez me dijo, señalando a un hombre después de un servicio: “¿Ves a ese hombre?, él es uno de mis convertidos.” Yo le dije “¿En serio?” Él dijo: “Sí. No del Señor, sino mío.” Hombre, me acuerdo de eso. Stott dijo esto, y cito: “Parece que la única predicación que Dios honra, a través de la cual Su sabiduría y poder son expresados, es la predicación de un hombre que está dispuesto en sí mismo a ser tanto un debilucho como un necio.” Fin de la cita.
Como puede ver, Dios no sólo escoge salvar a los débiles y a los insensatos, sino también escoge a los débiles insensatos para predicar. Y entre más insensato y débil usted desea, más la Palabra de Dios y el poder de Dios puede ser expresado.
Ahora, ustedes saben la Verdad. Y esperamos que el resultado sea que no tenga convertidos a John MacArthur, sino a Jesucristo. Pablo presenta su punto, ¿no es cierto? Él presenta su punto del hecho de que la sabiduría de Dios no necesita de la sabiduría humana. Los corintios no necesitaban traer sabiduría humana a su Iglesia; y tampoco nosotros. Sólo trae división. Que siempre estemos unidos en torno a la Palabra de Dios y al Espíritu de Dios. Oremos.
Gracias Padre por un mensaje claro esta mañana de Tu Palabra. Mientras que sus cabezas están inclinadas por tal sólo un momento, al cerrar, para toda vida existen diferentes necesidades en particular, estoy seguro. Algunos de ustedes nunca han conocido a Cristo. Están aquí esperando en la sabiduría del mundo, la filosofía de los hombres; pero ahí no hay esperanza. Quizás en esta mañana usted cree que debe esperar, le gustaría poner su esperanza en Jesucristo y le gustaría que Él fuera hecho para usted sabiduría y justicia y santificación y redención. Si ese es su deseo, usted puede hacer eso en este momento al creer en Cristo, al venir a Él en arrepentimiento, al pedirle que transforme su vida, tome su vida. Hágalo en silencio en su corazón. Otros de ustedes como cristianos quizás han estado confiando demasiado en su propio entendimiento y no en reconocer la sabiduría de Dios. Quizás necesita hacer un compromiso en esa área. Otros de ustedes en esta iglesia saben que esta iglesia es fiel a la Palabra de Dios y quizás se está diciendo a sí mismo: ‘Aquí es donde debo estar. Donde la Palabra de Dios es honrada y las opiniones humanas no son dadas.’
Gracias Padre por nuestro tiempo juntos, por la bendición que Tu Palabra ha sido a nuestros corazones. Confírmala a nosotros, úsala a través de nosotros esta semana para Tu gloria. En el nombre de Jesús. Amén.
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