Efesios capítulo 5, es nuestro texto una vez más esta mañana, conforme continuamos avanzando a lo largo de esta epístola hermosa escrita por Pablo. Efesios capítulo 5. La vez pasada, y en esta ocasión estamos viendo los versículos 1 al 7. Efesios 5, versículos 1 al 7. Permítame leérselos como el contexto para nuestro mensaje esta mañana.
“Sé, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante. Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros como conviene a santos; ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias. Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia. No seáis, pues, partícipes con ellos.”
Ahora, este es un pasaje tremendamente potente. Y es muy importante para nosotros hoy, para la sociedad en la que vivimos, para la iglesia de Jesucristo, incluso para Grace Community Church. Simplemente en la semana pasada, me he enterado de cuatro personas en esta iglesia que se han involucrado en fornicación. Y me imagino que en un sentido me siento como el apóstol Pablo quien dijo, “se oye que hay fornicación entre vosotros,” a los corintios les dijo eso. Estas cosas no deberían ser así. Vivimos en una época en la que la fornicación o el pecado sexual está por todos lados.
Usted no se sentirá mal por llamar a esta sociedad los 70’s sexuales. Estamos inundados, preocupados, y nuestros sentidos están adormecidos ante la potencia del ataque que viene contra nosotros. Y es algo trágico, porque afecta a la iglesia. La semana pasada oí además de esto, afuera de las paredes de esta iglesia, de un pastor, otro en la fila larga de ellos, que estuvo involucrado en pecado de fornicación. No hace mucho tiempo atrás, la fornicación era el pecado de un pastor, no en lo que pensaríamos de una manera normal, sino homosexualidad. ¿Por qué está pasando esto? ¿Qué causa esto? Bueno, el apóstol Pablo trata con esto aquí, creo que necesitamos ver con mucho cuidado lo que él dice.
Ahora, la semana pasada, aprendimos que un aspecto del andar digno es andar en amor, versículo 2, ¿lo ve ahí? “Andad en amor.” Y vimos que el elemento clave para andar en amor, es ser un seguidor de Dios, un mimo de Dios, un imitador de Dios. Si, como 1 Juan dice, Dios es amor, y debe usted andar en amor, entonces debe ser como Dios, y entonces debemos imitar a Dios, debemos ser mimos de Dios. Él es el patrón. Y el patrón es expresado mejor por Dios en Su encarnación de Jesucristo.
Y entonces, si vamos a andar en amor, debemos andar como Cristo anduvo, y eso es exactamente lo que 1 Juan 2:8 dice, “Si decimos que permanecemos en él, también debemos andar como él anduvo.” Entonces debemos andar en amor, lo cual imita a Dios, Dios es manifestado en Cristo, entonces debemos ser como Cristo, debemos amar como Él amó.
Ahora, recuerde la última sección del libro de Efesios, del 4 al 6, es una explicación del andar digno. Capítulo 4, versículo 1, dice que debemos andar de manera digna. Y parte de andar de manera digna de nuestro alto llamado, andar de manera coherente con nuestro alto llamado, es andar en amor. Ahora, éste andar en amor tiene cuatro elementos y le di dos de estos la semana pasada, permítame repasarlo rápidamente.
En primer lugar, y estos son los positivos. En primer lugar, está el ruego, versículos 1 y 2. Él nos ruega a andar en amor. Y la palabra andar significa, conducta diaria, manera de vida, proceso de vida, estilo de vida, por así decirlo. Debemos caracterizarnos por el amor, y el patrón es Dios. Debemos imitar a Dios. El Salmista dijo, “estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.” Debemos estar llenos de toda la plenitud de Dios, capítulo 3 dice.
Y entonces, lo que Pablo está diciendo es, y quiero que entienda este pensamiento, no lo cubrimos la semana pasada, solo lo quiero incluir ahora, debido a que son hijos amados, versículo 1, debido a que son hijos amados, imítenlo a Él. Ahora escuche, la base para imitar es que somos sus hijos, esta es una de las designaciones más ricas, más gozosas de los cristianos en todo el Nuevo Testamento, somos llamados, “los hijos de Dios,” somos llamados, “los hijos de Dios”. En Juan 1:12 nos dice, “más a todos “más a todos los que lo recibieron, a estos les dio potestad de ser llamados hijos de Dios.”
En Efesios, capítulo 1, nos dice que, “Él nos escogió en Él, antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor, habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos, por Jesucristo.” Literalmente, somos los hijos de Dios, somos los hijos de Dios, la descendencia de Dios, hemos sido engendrados por una simiente incorruptible.
Entonces, como sus hijos debemos llevar su semejanza, ¿verdad? Debemos llevar su virtud, sus características. Debemos manifestar lo que es verdadero de Él. Debemos adornar su naturaleza misma. Debido a que hemos sido engendrados por Dios, como aprendimos en 1 Pedro, debido a que somos caracterizados por una simiente incorruptible que vive y permanece para siempre, debido a que Dios ha venido a vivir en nosotros, y hacernos sus hijos, entonces debemos vivir manifestando sus características.
Entonces, ese es el corazón. La razón por la que debemos imitar a Dios, dice Pablo, es porque somos sus hijos, y debemos hacer que nuestras vidas reflejen a nuestro Padre. En Gálatas 3:26, simplemente añado esto, dice, “porque sois hijos de Dios, por fe en Cristo Jesús.”
Ahora escuche, cuando usted colocó su fe en Cristo Jesús, cuando usted recibió a Cristo como Salvador, en ese punto se volvió un hijo de Dios, usted volvió a nacer, diciéndolo en la terminología de Juan 3, hubo una simiente incorruptible plantada dentro de usted, hubo una nueva vida, y la manifestación de la vida de Dios a través de usted debe ser lo más normal. Es anormal que usted no imite a Dios. Usted ve a un niño y lo más normal que un niño es, es ser como sus padres, y así es en el dominio espiritual. Usted, dentro de usted, tiene la vida de Dios.
En Gálatas, capítulo 4, versículo 4, dice: “Cuando la plenitud del tiempo vino, Dios envió a su Hijo, hecho de una mujer, hecho bajo la ley para redimir a aquellos que estaban bajo la ley, para que recibiéramos la adopción de hijos. Y debido a que sois hijos, Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a vuestros corazones. Ya no son más siervo, sino un hijo, y si hijo, entonces, un heredero de Dios.” Cuando usted fue salvo se volvió un hijo, se volvió un hijo de Dios, el Espíritu de Dios está en usted y la vida de Dios debe manifestarse a sí misma.
Y entonces, debido a que Pablo dice “somos hijos de Dios,” debemos entonces imitar a nuestro Padre. Lo más normal es ser como Él. Ahora, si Dios es amor, entonces debemos imitar su amor. Si es verdad que Dios se caracteriza por el amor, como 1 Juan 4:7-11 dice, si es verdad que Dios se caracteriza por el amor, entonces nosotros también debemos caracterizarnos de la misma manera. Entonces recordamos el ruego, andad en amor.
Ahora, el segundo punto que vimos la última vez, y quiero que vea esto, es el patrón. Y ya lo mencioné. El patrón es nuestro Señor Jesucristo, al final del versículo 2, ¿cómo debe esto operar? ¿cómo debe manifestarse? ¿cuál es nuestro ejemplo? “Cómo Cristo nos amó y se entregó a sí mismo, por nosotros, ofrenda y sacrificio de Dios en olor fragante.” Muy bien, debemos andar en amor y el modelo que debemos seguir, el patrón que debemos imitar es Cristo.
Me acuerdo cuando era un niño pequeño, comenzando en la escuela, y uno de nuestros maestros quería enseñarnos como dibujar, y entonces repartió papeles de dibujos, y los dibujos estaban en tinta fuerte, grande. Y ella, repartió lo que llamaba un papel para rastrearlo, y todos los niños pequeños tomaban el papel y lo colocaban en la página que tenía el dibujo en negro, y entonces se veía el dibujo y tomábamos nuestros pequeños lápices y rastreábamos el dibujo. Esa es la palabra misma, patrón, en el Nuevo Testamento. Esa es la palabra para “tipo,” “un ejemplo,” es usada.
Como Pablo le dice a Timoteo, sé un ejemplo a los creyentes. Se alguien que los creyentes puedan usar para rastrear su vida. Bueno, eso es exactamente lo que él está diciendo aquí, “toma a Jesucristo, el dibujo fuerte, en negro de la vida de Cristo, y coloca tu vida encima de Él, y rastrea tu vida, así como la de Él es.” Él es el patrón, este es el corazón del pasaje, debemos amar como Él amó.
Ahora, retrocediendo al versículo 32, le recuerdo que la última vez, la característica, la característica primordial del amor de Dios es que es perdonador. Lo ve usted ahí en el versículo 32, “perdonándoos unos a otros, como Dios, por causa de Cristo os ha perdonado.” Ahora, para andar en amor, esa es la primera característica que quiero que vea, es un tipo perdonador de amor, y entramos en eso la última vez, ¿no es cierto? El amor de Dios es un amor perdonador.
Ahora, por cierto, hay un comentario al margen que debería haber en el versículo 32, perdonándoos unos a otros como Dios os ha perdonado a vosotros. Ahora, si tan solo dijera eso, si tan solo dijera perdonándoos unos a otros como Dios os ha perdonado, tenemos un pequeño problema, porque diríamos: “Mira Dios, Tú eres un Dios Santo, eres un Dios absolutamente justo, y odias el pecado y no puedes tolerar el pecado, y la Biblia dice que castigarás el pecado, y de hecho dice, la paga del pecado es, ¿qué? muerte. Ahora, Dios, ¿cómo puedes Tú simplemente perdonar así?”
Si dijera, perdónense unos a otros como Dios los ha perdonado, diremos, “Bueno, ¿cómo simplemente puedes hacer eso? ¿Cómo simplemente puedes decir, bueno, no me gustan esas cosas, pero te voy a perdonar? Bueno, ¿Qué hace eso con la justicia de Dios? ¿Acaso no viola su justicia santa? No, porque la pequeña frase está ahí, “por causa de Cristo,” lo cual significa, debido a lo que Cristo ha hecho. En otras palabras, la paga que era nuestra fue llevada por Cristo. Y debido a algo que Cristo hizo, Dios puede perdonar.
Y ese es el punto. Cuando Cristo, versículo 12 ahora, “Cuando Cristo se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios, en olor fragante, Él pagó el precio de la justicia que Dios demandaba y liberó a Dios para que perdonara al pecador, pero si no hubiera sido por Cristo, no habría sucedido. Dios nos puede amar, y Dios puede perdonarnos porque Cristo pagó nuestro castigo. Ese es el mensaje del décimo capítulo del libro de Hebreos. Hebreos 10:10, “Mediante lo cual somos santificados, por la ofrenda del cuerpo de Jesucristo.” En otras palabras, lo único que nos aparta para Dios, es que Cristo llevó nuestro pecado, versículo 12. Este hombre, habiendo ofrecido un sacrificio por los pecados para siempre, se sentó a la diestra de Dios.”
En otras palabras, sentarse es una ilustración de reposo, y cuando Cristo, en una ocasión hizo un sacrificio, fue tan completo, tan absoluto, que nunca necesitó hacer otra cosa. Él se sentó. Él terminó. Y el versículo 14 lo resume, “Por esa ofrenda, él perfeccionó para siempre a los que son santificados.” Él llevó en Su cuerpo nuestros pecados. “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado.”
Y entonces, Cristo hizo algo que liberó a Dios para que nos amara, y el amor de Dios en primer lugar es perdonador. Ahora, en segundo lugar, le dije que el amor de Dios no solo es perdonador, sino que es incondicional. Su amor no es definido por el objeto en ningún sentido, es Su naturaleza lo que ama, es innato que Él ama, es Dios amando como Dios debe amar porque Él es Dios.
Entonces, Su amor es perdonador e incondicional. Y la tercera cosa que le dijimos la semana pasada es que se sacrifica a sí mismo. El amor de Dios es perdonador, incondicional, y se sacrifica a sí mismo. “De tal manera amó Dios al mundo que,” ¿qué? ¿Cuál es la siguiente palabra? “dio”. Esa es la clave. Es el sacrificio personal. Ahora, escuche, esta es una verdad muy elemental que usted debe entender. Si vamos a amar como Dios amó, si vamos a imitar a Dios, entonces debemos amar a la gente con un perdón que no tiene límites. Debemos amar a la gente incondicionalmente, sin dependencia alguna sobre su respuesta. Y debemos amar a la gente sacrificialmente, esto es, entregándonos a nosotros mismos, no buscando algo de ellos.
Ahora, escuche, cuando usted vive y camina en amor, no significa que usted anda por todos lados diciendo, “Oh, me cae bien esa persona, y me cae bien esta persona,” y usted trabaja a nivel emocional. No. Significa que es su naturaleza ser perdonador sin límites. Amar ni siquiera sin una respuesta necesaria, y sacrificándose a sí mismo, buscando solo dar y no ganar.
Entonces, dijimos la última vez que Jesús nos ama, cuando pecamos, Él nos perdona. Cuando no respondemos, Él nos sigue amando. Y cuando lo único que queremos hacer es tomar, Él sigue dando. Ese es el tipo de amor que debe caracterizar nuestras vidas, incondicional, perdonador, y que se sacrifica a sí mismo. Yo sería infiel a mi propia mente sino quisiera que me acompañara a Juan 13 por tan solo un momento, y después vamos a cerrar nuestro repaso de los puntos, y pasaremos a los siguientes. Pero en Juan 13, el cual creo que es el retrato más hermoso del amor de Cristo fuera de la cruz, en cualquier otro lugar en la Biblia, Juan 13.
Ahora, quiero que vea este amor en acción que es incondicional, perdonador, que se sacrifica a sí mismo. Ahora, recuerde el contexto porque se lo he enseñado tantas veces. Pero en Juan 13 los discípulos están teniendo una discusión, y están discutiendo acerca de quién va a ser el más grande en el reino, realmente están preocupados por quien va a tener el rango alto cuando Cristo establezca Su reino terrenal. Quieren estar ahí, quieren ser los más importantes, y el Señor los ve en esta gran discusión y el asunto real aquí es que Jesús está a punto de ser crucificado.
Y ya les dijo esto, Él ya les dijo que tiene que morir, Él ya les ha dado el bosquejo entero, pero son absolutamente indiferentes a lo que Él está pasando. Ni siquiera les importa, ni siquiera están preocupados por eso, son absolutamente egoístas, son absolutamente pecaminosos, son absolutamente personas que no están respondiendo. Si hubiera algún amor real en sus corazones habrían estado consolando y alentando y compartiendo ese amor con Jesucristo. Si hubiera algo del sacrificio personal en sus vidas, habría estado lavando sus pies, habrían sido sus manos diciendo: “Que podemos hacer Señor, porque Tú eres el que va a llevar esto.”
Pero en lugar de esto, su egoísmo fue manifiesto, su pecaminosidad fue manifiesta, su estar centrados en sí mismo fue manifiesto, conforme discutían acerca de quién sería el más grande en el reino, en lugar de estar preocupados por Cristo. Y en ese argumento, nadie lavaría los pies de nadie. Era una costumbre lavar los pies en esos días, porque antes de que usted comiera, pero nadie lo quería hacer, porque ninguno de ellos quería tomar la función de un siervo. Todos estaban luchando por los lugares más prominentes, y entonces había comenzado la cena y después de que había comenzado, Jesús tomó un contenedor, dice en el versículo 4, Él se levantó de la cena, hizo a un lado su atuendo, tomó una toalla, se ciñó, vació agua en un contenedor, y comenzó a lavar los pies de los discípulos.
Ahora, escuche, ahora, eso es amor en acción. Ese es amor que es perdonador. Aquí están estos hombres que estaban siendo pecaminosos, que estaban llenos de soberbia, llenos de egoísmo, estaban llenos de buscar sus propios intereses, estaban llenos de indiferencia el uno hacia el otro, estaban resintiéndose el uno al otro porque pensaban que el otro hombre entre los doce podría estar buscando un rango más alto que ellos. Había un aura terrible, pecaminosa en todo eso.
Sin embargo, Jesús lava sus pies, Jesús lleva a cabo un acto que es amable, tierno y amoroso y empático que es amor perdonador, incondicional. Él ni siquiera pidió una respuesta de ellos. Ni siquiera le dieron la respuesta correcta, Él no dijo: “Ahora, si ustedes fueran amables, si me amaran un poco, lavaría sus pies.” Él lavó sus pies de cualquier manera, porque el amor lo hace, el amor no tiene que depender de la respuesta, y finalmente se sacrifica así mismo. El Señor de gloria lavando los pies de estos hombres pecaminosos buscando sus intereses personales.
Y usted pasa al versículo 13, Jesús lo resume diciendo esto, “Vosotros me llamáis maestro y Señor, y bien decís, porque lo soy. Si yo, entonces, soy vuestro Señor y Maestro, y he lavado vuestros pies, vosotros también deberías lavar los pies unos de otros, porque os he dado ejemplo, para que hagáis como os he hecho. De cierto os digo, el siervo no es mayor que su señor, ni el que es enviado es mayor que el que lo envió. Si conocéis estas cosas, bienaventurado sois si las hacéis.”
En otras palabras, les dijo, “Ustedes vieron como los amé, ¿no es cierto? Ustedes vieron que los amé mediante un acto de amor que fue incondicional, que fue totalmente perdonador, que fue totalmente un acto de sacrificio personal y espero que hagan lo mismo el uno hacia el otro.” Y más adelante en el capítulo, versículo 34, después del interludio con Judas, Él recoge la misma enseñanza y dice, “Un nuevo mandamiento os doy, que os améis unos a otros, como yo os he amado. Que os améis unos a otros. Por esto conoceréis todos que son mis discípulos, si os amáis unos a otros.”
Ahora escuche, observe en el versículo 34, “Deben amar como yo los he amado,” ¿y cómo Él los acababa de amar? Él los acababa de amar con perdón, con un amor incondicional, con un amor que se sacrificó a sí mismo, y eso es lo que Él está pidiendo que ellos manifiesten. Y Él les dice, “El siervo no es mayor que su señor. Si yo amo de esa manera, entonces así deben amar.”
Entonces, ese es el lado positivo. Ahora, de regreso a Efesios. Debemos andar en amor. ¿Qué significa eso? Debemos amar como Cristo amó. ¿Cómo amó Él? De manera perdonadora, incondicional, sacrificándose a sí mismo. Esa es la presentación positiva. Ahora, observe que rápido se va a lo opuesto, aquí viene lo negativo. Y rápidamente en el versículo 3 vemos la perversión. El ruego, la plegaria, en el versículo 1, y la primera parte del versículo 2; el patrón al final del versículo 2; y ahora la perversión, lo que Dios establece Satanás va a falsificar.
Y aquí viene la perversión inmediatamente en los versículos 3 y 4, y usted lo ve ahí, fornicación, pecado sexual. Y es propagado por, el versículo 6, los engañadores, con sus palabras vanas, que no son nada más que el objeto de la ira de Dios. En dónde Dios establece amor verdadero, el mundo viene y establece lo falso, la falsificación. El mundo realmente, voy a ser honesto con usted, el mundo quiere vivir en amor, no hay duda acerca de eso. Digo, tienen mucho deseo por amor. De hecho, lo único que quieren más que el amor es el dinero, pero fuera del dinero quieren amor.
El mundo realmente busca el amor, la gente está de acuerdo, y usted los oye hablar de eso todo el tiempo, amor, amando y siendo amado, o hacer el amor como lo llaman, estar enamorado, es lo más placentero. La gente está de acuerdo, es la experiencia más grande estar enamorado, tiene una manera de sensibilizar la vida a los extremos de la emoción. Usted nunca estará tan feliz como cuando usted está enamorado, usted nunca estará tan triste como puede estarlo, cuando está enamorado. Usted nunca va a conocer el espectro de emociones que conocerá cuando usted es sensibilizado a estos extremos, al estar, “enamorado”. El amor es la experiencia humana definitiva.
Y digo, el mundo simplemente continúa vendiéndolo. Digo, las canciones que usted escucha, no me importa sin son el tipo de canciones de balada, las canciones de la generación de los padres o sea la locura del rock acido de los jóvenes en la actualidad, es el mismo mensaje de fondo, usted sabe, el amor está ahí. Sea la fantasía o el amor que se busca, o sea la situación que está en pedazos de un amor perdido. Lo que sea. Es la búsqueda constante del amor, ¿lo ve? Puede ser la canción de un padre y un hijo, dos amigos, un marido y una mujer, o un amante y otro amante, lo que sea, pero el amor es esta fantasía, este sueño ilusorio que el mundo persigue. Y claro que basa su concepto de amor, en lo que hace para mí, es algo que busca su interés personal.
Y es obvio a partir de las canciones y las obras de teatro, las películas y los libros, y los programas de televisión. Y simplemente siguen promoviendo esta búsqueda del amor de fantasía. Y la gente en el mundo está buscando el amor definitivo, usted sabe. Oyen al filósofo hablar de esto, y al cantante, canta la canción acerca de este amor que es tan fabuloso y tan fantástico y tan cautivador, usted sabe. Y leen un libro de esto, ven una película de esto o algo en la televisión de esto. Y usted sabe, todo el mundo está tan metido en el amor. Y se ha dado cuenta, siempre es la persona con la que usted no está casado que le da a usted la emoción más grande. Esa es la fantasía, ¿lo ve?
Y entonces, el mundo persigue esta fantasía buscando un sueño de un amor perfecto, y una satisfacción perfecta. Y son muy parecidos a Ponce de León buscando la Fuente de la Juventud. Es torpe, es un sueño del paraíso de un necio. Se entregan a una persona por un tiempo, y después exprimen a esa persona hasta dejarle los huesos, y después salen buscando a otra que puedan exprimir porque su fantasía dice, que el amor es lo que puedo conseguir. Dios dice que el amor es lo que usted da. Escúcheme, el amor del mundo es condicional, es exactamente lo opuesto del amor de Cristo, es condicional, dice, “Dame lo que quiero y te voy a amar.” No perdona, si fallas muchas veces estás fuera de mi vida. Ahí está, y sigue con alguien más.
Siempre pienso en el hombre que se casó y tenía su esposa y se subió al carruaje que estaba siendo jalado por el caballo, y ya se iban ahí de la boda, el caballo jaló muy fuerte y el hombre dijo, esa es una. Poco después ahí en el camino, el caballo volvió a jalar, dijo: esas son dos. La tercera vez el caballo se salió, tomó una pistola y mató al caballo y su esposa dijo: ¿Qué estás haciendo? Y él la vio y dijo: Esa es una.
Usted sabe, sea cual sea el tipo de amor del mundo, no da mucho margen para el error. Usted no se equivoca muchas veces. Ya me voy. Así es. No es perdonador. En segundo lugar, es condicional. Es condicional. Mientras que usted obtenga las respuestas correctas, usted se queda ahí. Tan pronto como las respuestas no son lo que usted quiere, entonces se va. En tercer lugar, está centrado en sí mismo, no se sacrifica a sí mismo. Está centrado en sí mismo, se alimenta de su propia necesidad. Es exactamente lo opuesto de lo que Dios dice que nos caracteriza.
Vea Mateo 18 por un momento. Mateo 18. Simplemente para darle una ilustración de como el Señor ilustró este sentimiento mundano. Ahora, aquí usted puede encontrar que hay un contraste, Jesús presenta su amor, el cual es totalmente perdonador, incondicional, y se sacrifica a sí mismo. Y Pedro viene a Él y dice, “Bueno Señor, digo, este amor incondicional que se sacrifica a sí mismo, perdonador, ¿Qué tan lejos va? Digo, ¿debo perdonar a mi hermano siete veces?” Jesús le dijo: “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por lo tanto, el reino de los cielos es semejante a cierto rey que llamó a dar cuentas a sus siervos, y cuando él había comenzado, le fue traído uno a él, que le debía mil talentos. Pero como no tenía nada que pagar, su Señor mandó que fuera vendido, su esposa y sus hijos, y esto es, todas sus posesiones, y se hiciera el pago.”
“El siervo, por lo tanto, se postró y le dijo: Señor, ten paciencia de mí, te lo pagaré todo,” lo cual es ridículo, él nunca podía haber pagado esa cantidad, pero fue un pensamiento agradable. “Después, el señor de ese siervo, movido a compasión, le perdonó la deuda.” ¿Quién cree usted que el señor del siervo es aquí? Es Dios, ¿no es cierto? Y éste es el pecador, y el pecador viene, incluso viene en base a sus obras, él incluso va a decir lo voy a hacer todo, voy a apretar mis dientes y voy a pagar los diez mil. Ridículo, no podría hacerlo en toda su vida.
A pesar de su necedad, Dios es suficientemente lo generoso como para perdonarlo, pero el mismo siervo salió y encontró uno de sus consiervos que le debía cien denarios, eso es simplemente el trabajo de tres meses. “Y él colocó sus manos, lo tomó de la garganta, y le dijo, “Págame lo que me debes.” “Su consiervo cayó a sus pies y le rogó diciendo, “Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo.” Y él pudo haberlo pagado todo, no era tanto.
“Y él no lo dejó, sino que lo arrojó en la cárcel hasta que pagara la deuda”. Bastante difícil hacerlo cuando usted está en la cárcel. Entonces, cuando sus consiervos vieron lo que fue hecho, se entristecieron, vinieron y le dijeron a su señor todo lo que había sido hecho. Y el señor, después de que lo había llamado le dijo: “Oh, siervo impío, te perdoné toda esa deuda porque me rogaste, ¿no deberías también haber tenido compasión de tu consiervo, así como yo la tuve de ti? Y su señor se enojó y lo entregó a los torturadores hasta que pagara lo que se le debía. Así también mi Padre celestial hará con vosotros, si desde su corazón no perdona cada uno a su hermano sus transgresiones.
En otras palabras, la perspectiva típica del mundo, no hay perdón. Y el Señor vino a él y le dijo, “Das evidencia de que no eres cristiano. No estás en mi familia. No estás en mi reino. No hay amor en ti.” El punto es este, es un punto simple, el mundo no es perdonador, el mundo basa sus respuestas en condiciones, tú pagas y te voy a tolerar. El mundo busca sus intereses. El cristiano es lo opuesto. Eso es lo que queremos que vea.
Ahora, veamos Efesios 5, versículo 3 y 4 específicamente. “Pero fornicación y toda inmundicia o avaricia, ni aún se nombre entre vosotros, como conviene a santos. Ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías que no convienen, sino antes bien, acciones de gracias. Si el amor de Dios y el amor de los hijos de Dios se sacrifica a sí mismo, es perdonador, incondicional, entonces debe estar seguro de que Satanás va a pervertir eso, y el amor del mundo será egoísta, será centrado en sí mismo, no va a ser perdonador y va a estar condicionado en lo que gana, no en lo que da. Ese es el punto.
Entonces, cuando el mundo dice, ama, no está usando la definición de Dios, significa, deseo, placer personal, lujuria. Oh, no estoy negando que de vez en cuando hay algo de abnegación personal, que de vez en cuando hay algo de leche de bondad humana, de vez en cuando hay algo de magnimidad, de vez en cuando hay algo de generosidad. Hay ocasiones cuando el amor, el amor humano llega a un nivel más alto que otras ocasiones, pero en esencia, es placer personal, ganancia personal, y es algo condicional.
Nunca deja de sorprenderme cuantas personas dicen, “Bueno, vamos a divorciarnos, porque ya no satisfaces mis necesidades.” Bueno, ¿quién llegó a decir que el amor tenía que ver con satisfacer sus necesidades? El amor consiste en que usted satisfaga las necesidades de alguien. El deseo físico, la gratificación personal es un sueño débil, es una burbuja de ilusión. Y si usted quiere vivir su vida entera persiguiendo la fantasía definitiva usted va a terminar desesperado, privado, y nunca lo va a cumplir. El mundo dice, te amo por lo que haces para mí, es superficial, egoísta, sensual, sexual.
Satanás trata de venderle esto al mundo. Y me parece increíble que los cristianos caen en la trampa. Creo que lo que está pasando en la iglesia en la actualidad, en esta área de divorcio, y el rompimiento de matrimonio y la infidelidad y todo esto está basado simplemente en este principio, la gente cristiana no anda en amor como Dios lo define. No lo hacen. No quieren. Pablo dice, “No estoy hablando del amor del mundo, fornicación, inmundicia, avaricia, eso ni siquiera debe ser nombrado ni una vez entre ustedes, ni una vez se debe oír eso.
La palabra fornicación, usted conoce esa palabra, es mencionada en sus formas, en nombre por lo menos treinta y cinco veces en el Nuevo Testamento, es un problema grande. Ahora, cuando algo es mencionado treinta y cinco veces, es un problema. La palabra ‘porneia’ significa pecado sexual, y significa, cualquier tipo, cualquier tipo. Hay un término en el griego, egkrateia, y esa palabra significa, es una gran palabra, significa disciplina y dominio propio. Ese es su significado básico. Y denota el poder de control que una persona tiene sobre sí misma. Egkrateia, es una buena palabra.
Sócrates dijo que es una de las principales virtudes. Y también Platón, y también Aristóteles. La palabra era dominio propio, disciplina personal. Por cierto, es usada diez veces en el Nuevo Testamento, y siempre significa dominio propio, algunas veces traducido ‘templanza,’ pero significa lo mismo. Pero observe en donde está su importancia real. Los griegos en la antigüedad lo usaban para referirse al control personal sexual, al autocontrol sexual. Decían que es la capacidad de trascender las pasiones de uno, trascender los deseos de uno, sexualmente.
Ahora en el Nuevo Testamento, es usada también de esa manera. En Hechos, por ejemplo, 24:25, permítame mostrarle tan solo esto. Una palabra fascinante, y Pablo aquí está hablando, él le está hablando a Félix, y conforme él razonaba él está hablando a Félix, él le habló a él, observe esto, esto es realmente poderoso, acerca de la justicia, dominio propio, y el juicio venidero. Ahora dice usted, “Bueno, ese es un mensaje bastante general. Un poco de justicia, un poco de dominio propio, un poco de juicio venidero.” No señor, ¿sabe usted lo que estaba haciendo? Escuche. Félix se casó con Drusila, en una relación adúltera.
Y aquí está Pablo, enfrente de Félix, este hombre poderoso, y le dice: “Me gustaría darte un sermón Félix, tiene que ver con la justicia, como algo opuesto a la falta de dominio propio, dominio propio sexual, lo cual lleva al juicio de Dios.” Escuche, lo que él le estaba haciendo era confrontar a Félix con su propia relación con su esposa. Esto no era un mensaje generalizado, él estaba diciendo, Félix eres una ilustración viva de la justicia de Dios siendo violada por no tener dominio propio sexual, el cual termina en juicio.
En 1 Corintios capítulo 7 la palabra es usada otra vez, y ahí es usada en referencia al matrimonio, en dónde el apóstol Pablo está enseñando y él dice: “Si no pueden tener dominio propio, que se casen, porque es mejor casarse que estarse quemando.” Y significa, dominio propio sexual. Si usted tiene un problema con eso, cásese. No trate de decir, tengo el don de soltería, ciertamente es difícil porque tengo este deseo tremendo por el matrimonio. No. Si tiene ese deseo y no tiene dominio propio, dominio propio sexual, entonces más vale que se case.
En otras palabras, quiero que vea que la palabra egkrateia es una palabra que se refiere a dominio propio sexual. Ahora, los griegos dijeron, que esa palabra tenía una palabra opuesta, y la palabra opuesta era porneia. Y entonces, ahora puede ver por lo opuesto lo que significa, una falta de dominio propio sexual. Eso es porneia. Es un antónimo de egkrateia, es conducta fuera de control, es indisciplinado, va más allá de los límites de lo que Dios establece. Y, por cierto, significa bestialidad, homosexualidad, era usada para hablar de pedofilia, lo cual es sexo con niños, abuso de menores, cualquier tipo de prostitución de inmundicia. Cualquier cosa viene bajo ese término, cualquier falta de dominio propio sexual.
Porneia, hay una palabra griega graphe, lo cual significa escribir, porneia y graphe es pornografía, escribir acerca del pecado sexual. De ahí viene esa palabra. No hay lugar para esto en nuestra vida, él dice, “esto, ni una vez, debe ser nombrado entre los santos. Ni una vez.” Usted se acuerda sí estuvo aquí cuando estudiamos 1 Corintios capítulo 6, como el apóstol Pablo dice que no hay lugar para esto en nuestra vida, en absoluto. Y esto eráis vosotros, dijo él. Solían ser así, esto está en el pasado, pero desde que han venido a Jesucristo, esto se acabó. Ya no está, todo está en el pasado. No hay lugar para eso.
Y los corintios, claro, estaban presentando todo tipo de argumentos torpes acerca del hecho, bueno, carne para el cuerpo y el cuerpo para la carne, ¿se acuerda de eso? Digo, solo es biológico, solo es como comer, después de todo es simplemente algo biológico. Y el apóstol Pablo dice, “No es biológico en absoluto, ¿no sabéis que vuestro cuerpo es miembro de Cristo y cuando se unen a una ramera unen a Cristo a una ramera?” Y, por cierto, una ramera es cualquier persona que tiene sexo fuera del matrimonio. Y cuando usted hace eso, no es solo biológico, usted está tomando a Jesucristo con quien usted es uno, y usted está uniendo a Jesucristo a una ramera. No solo es biológico, si usted está viviendo en algún tipo de perversión del amor, usted es una mancha para la iglesia.
Y en 1 Corintios capítulo 5, y el apóstol Pablo escribe, él dice, “Se reporta, se sabe que hay fornicación entre vosotros.” Y él dice, “en lugar de estar tristes por esto, en lugar de llorar y estar quebrantados por esto, están envanecidos y no han llorado.” Y él dice, “gloriarse así no es bueno.” Y él le dice a la iglesia, “saquen a esa persona de la iglesia. Entréguenlo a Satanás para la destrucción de la carne. No dejen que esa levadura destruya la masa.”
Y él dice, “Si encuentran un fornicario en la iglesia, no les escribo para no estar junto a un fornicario. Si él se llama hermano, o es un fornicario, o avaro, o idolatra, o calumniador, o un borracho, o extorsionador, ni siquiera coman con él.” 1 Corintios 5, “Sáquenlo.” Usted es una mancha para la iglesia. Usted necesita ser quitado de la iglesia si vive así, por no decir nada del hecho de que definitivamente no está andando o caminando como un hijo de Dios. En 2 Pedro 2, él llama a la gente así, “manchas, inmundicias para la asamblea.” Satanás siempre va a meter una falsificación.
Ahora, vea más, y no vamos a cubrir estas palabras a detalle, porque yo lo hemos hecho en el pasado, pero él dice, “Ni fornicación, ni inmundicia.” ¿Se acuerda de esa palabra? Akatharsia, inmundicia. Es usada once veces en el Nuevo Testamento. La primera vez fue usada por Jesús para hablar de, ahora observe esta, la primera vez es usada de Jesús hablando de la peste vil, putrefacta, cuando un cuerpo está en descomposición y está lleno de gusanos. Así lo usó Jesús, una palabra putrefacta, que apesta, miserable.
Ahora, escuche, es usada once veces. La primera vez fue usada por Jesús para hablar de la putrefacción, de la inmundicia de un cuerpo en una tumba. Las siguientes diez veces que es usada está conectada con la maldad sexual. Significa el olor apestoso, vil, putrefacto, que va con el pecado sexual. Se refiere a actos, pensamientos, pasiones, ideas inmorales, hasta orgías, todo. Eso no es amor. Dice usted, pero es tan maravilloso, estamos enamorados. Y Jesús dice, es la misma palabra que habla del estado de putrefacción de descomposición, de suciedad, de un cuerpo lleno de gusanos. Lenguaje bastante fuerte.
La gente dice, “Pero estamos enamorados.” No, usted no está enamorado, porque el amor no es eso. Tenemos una locura por el sexo, me temo incluso en la iglesia, realmente me sacude algunos de los libros que ahora están siendo escritos por personas cristianas. Usted sabe, sexo para cristianos. He aventado algunos de ellos al basurero. Algunos libros me han sido enviados escritos por cristianos, publicados por casas de publicaciones cristianas tratando con el asunto del sexo. Leí unas tres páginas y lo aventé a la basura. Sabe una cosa, lo que ha pasado es que el mundo no está vendiendo esto con tanta eficacia que la iglesia está saliendo por la puerta de atrás y comprando algo de esto, creyendo algo de esto, y en cierta manera lo trata de santificar. Usted no puede santificar esto.
Oí a una persona decir en su consejería prematrimonial, él había aconsejado a una pareja verse el uno al otro, desnudos, antes de que se casaran, para que tuvieran una idea de en qué se estaban metiendo. Ridículo. Esto no es algo clínico que puede ser tratado de esa manera. Hay algunos que incluso han sugerido relaciones sexuales prematrimoniales, para los cristianos incluso antes de que se casen. Observe la siguiente palabra, no debe haber nada de eso, ni inmundicia, ni avaricia.
Dice usted, ¿qué tiene que ver la avaricia con eso? Pleonexia, avaricia, podría traducirse codicia. Y, ¿sabe usted lo que eso dice? Si usted regresa a Éxodo 20:17, cuando está hablando ahí de que no debe codiciar, dice, no vas a codiciar esto, ni esto, ni esto, ni ¿qué de tú prójimo? tu esposa. ¿Quiere saber algo? La gente en nuestra sociedad, y me atrevo a decir, personas que están sentadas aquí en esta iglesia, codician las esposas de otras personas. Codician a otras mujeres. Codician a mujeres que ven en la televisión, o en las películas, o publicidad o revistas, o libros o lo que sea. Esto es pecado. Esta es la falsificación, parte de la mentira, la burbuja ilusoria, la fantasía que nunca es realidad, que nunca sucede.
Usted sabe, esas estrellas de películas hermosas, magnificas, supuestamente deben ser tan maravillosas que llenan las fantasías de tantas personas comunes y corrientes, son las mismas que no pueden quedarse casadas con nadie. Es una fantasía. Es una mentira. Es un engaño. Es ilusorio, no está ahí. Avaricia. La gente va tras mujeres, y las mujeres van tras hombres como si fueran hebillas pegadas a un cinturón. Por cierto, en griego la palabra pleonexia significa defraudar, defraudar. Es un fraude, es una trama de fraude literal. Es ir tras alguien para defraudarlo.
Sabe usted lo que sucede, antes bien detrás de, acabo de oír de una situación en dónde un marido es acosado por una mujer que no es su esposa. Ella va detrás de él, y se ve tan bien, y se ve tan bien, y termina siendo un fraude. No hay nada ahí, la fantasía es una mentira, y destruye, y condena todo lo que es bueno en la vida. Pleonexia. Los latinos lo llamaban amor acsceleratus habendi, lo cual significa el amor de poseer. La gente va a sacrificar todo para obtenerlo, van a destruir a sus hijos, van a destruir a su conyugue, van a destruir sus relaciones con sus amigos, van a destruir su hogar, van a destruir su trabajo, van a destruir cualquier cosa cuando tienen la avaricia que dice, tengo que tener eso porque la fantasía va a ser cumplida ahí. Y nunca va a ser así. Es la mentira de Satanás que viene del pozo.
Y entonces la Biblia dice que va a haber una falsificación. Y observen al final del versículo 3, “No sea nombrado ni una vez entre vosotros.” Ni una vez. La gente dice, “Bueno, no lo pude evitar, me enamoré afuera de mi matrimonio.” Esa no es una prueba de amor. Esa no es una justificación para el divorcio. Eso es simplemente una prueba del corazón pecaminoso, putrefacto que usted tiene. Eso es todo. La gente dice, “Bueno, no pudimos evitarlo, estábamos tan enamorados y ya no lo amo.”
Entonces, usted es un pecador, porque a usted se le manda amar a esa persona. Usted es un pecador, y eso no va a justificar un divorcio. Eso lo condena. Además de que usted no está amando a su marido, o no amando a su esposa, o sea lo que sea que comience esto, usted también es un codicioso, porque usted ha codiciado algo que no era de usted, y estaba fuera de las leyes de Dios, y afuera de la voluntad de Dios, y afuera del plan de Dios, y entonces no solo peca al no amar como debe, sino peca al codiciar lo que no es de usted. Y usted debería leer a David y Betsabé, usted vuelve a pecar porque usted roba lo que no es de usted de la persona a la que le pertenece, y entonces su pecado sigue.
Ni siquiera una vez, “ni siquiera una vez se nombre”, observe el final del versículo 3, “cómo conviene,” hagios, “a santos.” ¿Cómo pueden los santos caracterizarse por amor impío, por codicia impía, egoísta, condicional, y no perdonadora? Estamos apartados, somos santos, ¿cómo pueden los santos estar involucrados en lo que no es santo? ¿Cómo pueden aquellos que son los hijos del Dios Santo, estar haciendo cosas no santas? Dice usted, “Bueno, hombre, nunca he hecho eso. Yo me estoy quedando con ya, la mamá mayor, aquí a lo largo de todos los años y estoy aguantando ahí.”
Eso es bueno. Pero simplemente, para que usted no evada esto, el versículo 4 dice, no debe tener palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías que no convienen, sino antes bien acciones de gracias. Dice usted, “Bueno, ¿qué es esto?” Escuche, no solo no lo debe hacer, ni siquiera debe hablar de eso. Ahora, eso debe literalmente devastar a nuestra sociedad. Palabras deshonestas, por cierto, significa, obscenidad general. La raíz literal es aquello que es algo vergonzoso, tiene que ver con palabras, algo que es una desgracia, básicamente tiene que ver con palabras.
El versículo 12 de este mismo capítulo, es una vergüenza, “porque es vergonzoso hablar de esas cosas que son hechas por ellos en secreto.” Ni siquiera habla de eso. Esa es la razón por la que me molesta que hay tanta licencia, incluso “dentro del cristianismo” para hablar del área de la vida sexual de una manera que no pienso que la Biblia lo permite. ¿Y, que le pasó a la gloria del descubrimiento, para dos personas, apartadas por Dios para el matrimonio? La plática que es una desgracia es lo que significan las palabras deshonestas, tiene que ver con palabras que son una desgracia.
Usted no puede leer un libro sin esa basura que viene del mundo. No puede ver un programa de televisión, no puede ver una película, difícilmente puede tener una plática con algunas personas. Sin embargo, nunca debe ser algo en lo que debemos meternos. Ni siquiera una vez debe haber una plática sucia. Ni una vez debemos escuchar plática que es una desgracia. Somos llamados a una plática santa. Lea Santiago 1, somos llamados a una plática santa, cuando usted abre su boca deben salir palabras que vienen de la mente de Dios, el corazón de Dios, los labios de Jesús, no las cosas de las que habla el mundo. No sé cómo la gente puede irse a sentar a una película, y ver todo esto y escuchar todo eso. No sé cómo puede hacer eso usted con su televisión. No sé cómo puede leer libros así o revistas así, o reírse se bromas así cuando la Biblia dice que ni siquiera una vez debe ser nombrado entre ustedes. No solo palabras deshonestas, sino vea necedades, mōrologia.
Mōrologia, de moros, de dónde obtenemos algo que significa, palabras torpes. Son palabras que vienen de alguien que tiene una deficiencia intelectual. Lo llamo obscenidad baja. Permítame mostrarle lo que quiero decir. Obscenidad baja, este es el pecado del borracho, el pecado del necio, el pecado de la boca del caño, las cosas obscenas de clase baja. Simplemente pláticas de caño, baja, sin sentido, personas que no ayudan con una connotación sucia, obscenidad baja. Mōrologia, torpe.
Pero la siguiente palabra es muy interesante, es la palabra truhanerías. Y es la palabra eutrapelia. No significa obscenidad baja, sino obscenidad alta. Dice usted, ¿qué quiere decir eso? Bueno, el mundo literalmente puede voltear las cosas de manera fácil. ¿Alguna vez ha conocido a alguien que puede tomar algo que es dicho, y convertirlo fácilmente en algo sucio? Esa es la inteligencia del anfitrión de televisión. El anfitrión del programa, ya tarde por la noche, que sin importar lo que usted diga, lo tuerce para que tenga una insinuación inmunda.
Entonces, por un lado, usted tiene la torpeza del borracho, o del necio que simplemente habla con palabras del caño, sucias. Por otro lado, usted tiene la sofisticación del hombre inteligente que no es torpe, pero tiene una inteligencia sucia, que puede convertir cualquier cosa de manera fácil para que insinúe algo. En ambos casos, es una mente de basura. En ambos casos se está hablando de algo que es malo. Y Pablo dice, “No lo hagan,” en el versículo 3, y él dice en el versículo 4, “no hablen de eso. Limpien su vida, limpien sus palabras.
Entonces, Pablo dice, el amor ha sido pervertido en una lujuria sexual, inmundicia, avaricia, y todo es para la gratificación personal, y es algo que no perdona, porque cuando usted no satisface me voy con alguien más, todo está condicionado en la respuesta correcta. No debemos involucrarnos en eso, como santos ni siquiera debemos hablar de esas cosas, ni siquiera oír que se hable de eso. Por otro lado, el versículo 4 dice que debemos dar gracias, debemos dar gracias. Eso es bastante claro. ¿Sabe porque debemos dar gracias? Y quiero que entienda esto, si no entiende nada más de lo que digo, entienda esto, porque la gratitud es lo más abnegado que usted puede hacer. ¿Entendió eso? Gratitud, absolutamente abnegado en lugar de buscar cosas egoístas, satisfacción sexual, inmundicia, avaricia, en lugar de involucrarse en estas cosas de satisfacción personal, deténgase, dé gracias.
Esa es la razón por la que dice en 1 Tesalonicenses, “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros.” Nada de lo que usted haga en la vida le va a enseñar a ser abnegado como dar gracias. Usted pasa todo el día dando gracias, usted va a salirse de sí mismo porque la gratitud tiene que ser ofrecida a Dios, ¿lo ve? No esté centrado en sí mismo. Es lo que él está diciendo, “den gracias, den gracias, den gracias.” Exprese su amor a Dios, exprese su amor a otros, que su vida se caracterice por decir gracias.
Y creo que usted podría ir inclusive de Dios aquí a aquellos que le rodean. En lugar de querer todo de todo mundo, en lugar de querer tomar, ¿Por qué no ama de una manera que dice, gracias? Gracias por lo que quieres decir, gracias por lo que eres, gracias por lo que me permites darte. Simplemente se una persona agradecida, no egoísta, en lugar de ser egoísta. El amor de Dios no es egoísta y está agradecido, y el amor del mundo es ingrato y egoísta.
Y finalmente, la plegaria, el patrón, la perversión, lleva al pago. Es claro lo que es esto. Lo vamos a ver rápidamente, véalo. “Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, ninguna persona que vive en fornicación, ningún inmundo, o avaro que es idolatra,” porque si usted codicia algo es un ídolo. Y él enlista las tres mismas cosas que están en el versículo 3, personas así. Tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. ¿Oye usted el mismo mensaje que hemos estado oyendo ahora por un mes? Si usted vive así, ¿usted no es qué? Usted no es salvo, usted no está en el reino de Dios. Más vale que se examine.
Ningún fornicario, ¿lo entendió? Ninguno. Ninguna persona inmunda. Y ningún avaro, quien es idolatra tiene herencia alguna en el reino de Cristo o de Dios. Ese no es nuestro estilo de vida. Esas personas están en el mundo. No hay lugar para dudar la actitud de Dios hacia la inmoralidad. No es sorprendente que no debería serlo. No es sorprendente que ni siquiera debiera hablar de eso. Somos los hijos de Dios, ¿ve eso en ese texto? Somos los hijos de Dios, en el versículo 1, somos los amados de Cristo. Somos los santos, al final del versículo 3, somos los ciudadanos del reino, y debemos actuar de manera coherente con nuestra identidad. Él dice, vea el versículo 5, “esto sabéis,” esto no es ningún misterio grande, ustedes lo saben. Y, por cierto, me temo que algunas personas no lo saben, no saben esto.
Ahora, queremos decirle a todo mundo, “Bueno, tal y tal, sé que están viviendo constantemente en fornicación. Sé que están viviendo con una persona todo el tiempo, sé que hacen esto todo el tiempo, sé que son homosexuales, pero después de todo tomaron una decisión.” Escuche, esto saben, que ningún fornicario es salvo, ninguna persona que vive así. Debe haber un cambio. O quizás habrá un momento cuando un creyente cae en el pecado de fornicación, pero esa no va a ser la característica continua de su vida, sin que haya un rompimiento.
Desde el momento en que él se convirtió, debe haber un cambio porque la salvación se basa en el arrepentimiento. Si usted ha aprendido algo cuando usted fue salvo, usted aprendió eso. Tito 2:11, escuche esto, “Porque la gracia de Dios que trae salvación, se ha manifestado a todos los hombres.” Ahora, cuando usted recibió salvación, dice esto, “enseñándonos.” ¿Sabía usted que su salvación le enseña algo? Le enseña a negar la impiedad y los deseos mundanos, “vivamos de manera sobria, justa y piadosamente en este siglo presente.” Cuando usted fue salvo, usted aprendió eso. Su salvación le enseñó eso, que usted no podía seguir viviendo en lujurias e impiedad. La salvación enseña, eso es básico.
Entonces él dice, “esas personas no tienen ninguna parte.” Dice usted, “Bueno, ¿Qué hay acerca de un cristiano que es atraído a pecar en esa área, un cristiano que habla de esa manera torpe o sucia?” Bueno, el Señor va a perdonar. Seguro. 1 Juan 1:9, Él continúa limpiándonos. Y van a haber ocasiones cuando como cristianos fallamos quizás en esas áreas. No es necesario. Pero puede haber ocasiones cuando sucede y Dios va a perdonar. Pero no será el flujo de su vida vivir así. En absoluto. Le he contado por años, ahora, la santidad es un cambio en su vida, en la salvación. Y después una frecuencia decreciente de pecado.
Bueno, versículo 6, él dice, ahora este es el castigo. No van a entrar al reino. “Nadie os engañe con palabras vanas.” No deje que nadie le diga, “Puedes vivir así, Dios te va a perdonar.” No deje que nadie le diga, “Vas a estar bien, vas a entrar al reino. Vas a estar bien. Tomaste una decisión, hiciste lo religioso. Está bien vivir así, no dejes que nadie te engañe con esas palabras vacías. Son vacías, no sirven de nada. Son inútiles. “Porque por estas cosas,” ¿qué cosas? Fornicación, inmundicia, avaricia, palabras necias, “viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia.”
¿Lo ve usted? Estas son las cosas mismas por las que Dios condena la gente al infierno. No deje que nadie lo engañe. Estas no son características de los hijos de Dios. Son características de los hijos de desobediencia. ¿Ve usted el contraste? Versículo 6 termina con los hijos de desobediencia, el versículo 1 comenzó con los queridos hijos de Dios. Hay una diferencia. Y el resultado de todo esto es una palabra final. Escuche, y cierro. Versículo 7, “No seáis, pues, partícipes con ellos.” La palabra ‘partícipes’ significa “socio”. No se una al mundo en su maldad, el pasado, amados, es pasado. Oremos.
Padre, sabemos que el mundo ofrece un amor egoísta, condicional, no perdonador, una falsificación; y Tú ofreces, amor abnegado, perdonador, incondicional. Gracias por amarnos de esa manera. Nos amaste cuando no lo merecíamos, y después nos dijiste que nos amaramos unos a otros, cuando tampoco lo merecíamos. Ayúdanos a amar como Tú amaste, para que podamos imitarte como hijos amados, queridos. Guárdanos del mundo y el maligno. Dios, oro porque Tú protejas a estas personas preciadas, de esta área de pecado, para que no se nombre ni una vez entre nosotros, para que Jesús sea glorificado, en cuyo nombre maravilloso oramos. Amén.
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