Mateo capítulo 6. De nuevo estábamos a la mitad del Sermón del Monte y yo que tiempo tan emocionante y tremendo estamos disfrutando, me emociona cada mensaje. De hecho, estoy tan inmerso que no puedo terminar estos mensajes. Estoy en el proceso de enseñar la clase de predicación y estoy tratando de enseñarles cómo desarrollar un buen sermón, tener un buen comienzo y una gran conclusión y puntos principales y avanzar con poder e impacto, ni siquiera puedo terminar mis propios sermones.
Entonces, todos terminan como si fuera una serie de salchichas partidas por todos lados, y colgados de manera suelta, pero me emociona tanto en mi espíritu estos temas que olvido la estructura y simplemente termino hablando de mi propio corazón gran parte del tiempo. Pero especialmente en el Sermón del Monte me hallo con tanta verdad que puede ser expandida que usted simplemente no sabe dónde terminar, un material tremendo, tremendo, verdades tremendas de nuestro Señor Jesucristo.
Y la verdad principal que quiero que vea esta mañana, se encuentra simplemente en la primera afirmación del primer versículo del capítulo 6. Realmente vamos a estar considerando los versículos 1 al 18, como unidad a lo largo de los siguientes meses, es una porción tremenda de la Escritura. Pero todo nos es presentado al principio del versículo 1. Dice esto: “Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres para ser visto de ellos.” Deténgase ahí. Afirmación simple que abre un panorama increíble de verdad. “Guardaos de hacer vuestra justicia o sus actos justos delante de los hombres, para ser vistos de ellos.”
Realmente el principio que queremos cubrir es el principio de la hipocresía. Se cuenta la historia de un místico oriental, una especie de hombre pío, santo, que solía sentarse en un lugar prominente en una esquina de mucha gente ahí en la calle de su ciudad. Y diariamente se sentaba ahí cubierto de polvo y ceniza, y un turista que pasaba por ahí le pidió permiso para tomarle una foto. A lo cual el hombre santo respondió: “Permítame un segundo, permítame acomodar mis cenizas.” Bueno, hay mucho acomodo de cenizas en la religión, arreglar nuestra piedad para que se vea mejor para la foto. Y supongo que en todas nuestras vidas hay algo del acomodo de las cenizas. Queremos tener una buena impresión. Ese es un juego religioso conocido. Queremos parecer santos, queremos parecer piadosos, especialmente si hay algunas personas santas verdaderas que nos rodean.
Entonces jugamos un juego. El juego es la hipocresía. Somos farsantes. Obviamente si usted lee la Biblia, usted sabe que el Señor busca devoción real, genuina, autentica del corazón. Él no está interesado en que usted arregle sus cenizas, Él no está interesado en cómo se ve usted por fuera, sino que usted sea santo, piadoso, humilde. Los fariseos del tiempo de Jesús, quizás fueron los artistas de todos los tiempos en acomodar sus cenizas. Se aseguraban de que preparaban una presentación. Y ese es el punto del cual habla Jesús en los primeros dieciocho versículos de Mateo 6.
Pero nos abre un concepto más amplio, porque tenemos que entender lo que Dios piensa de esto en general, hablando en términos generales la hipocresía se presenta en la Escritura desde el comienzo hasta el final. Hay hipócritas en Génesis, hay hipócritas en Apocalipsis, hay hipócritas cuando el mundo comienza y hay hipócritas cuando terminan. Hay hipócritas en toda forma de religión, inclusive en el cristianismo, la forma verdadera. Hubieron hipócritas entre los doce, hay hipócritas en el liderazgo de la iglesia, siempre existen, simplemente es parte de la pecaminosidad del hombre jugar el juego de la religión.
Dios enfrentó esto en Israel mediante el profeta Amós. Amós escribió esto en el capítulo 5, versículo 21, “Aborrezco, aborrezco vuestros días de fiesta. No me deleitaré en vuestras asambleas solemnes, aunque me traigas holocaustos y vuestras ofrendas de comida no las aceptaré, ni consideraré las ofrendas de paz de vuestros animales gordos. Quitad de mí el ruido de vuestras canciones. No escucharé la melodía de vuestras arpas. Pero que la justicia corra como las aguas y la justicia como un torrente fuerte.”
En otras palabras, Dios está diciendo: Miren, todas esas cosas que yo presenté, todas esas cosas que yo inventé. Todas estas cosas que yo mandé las desprecio. ¿Por qué? Porque han torcido, pervertido, falsificado, su propósito. Han mantenido lo externo, pero lo interno está vacante, vacío. Eso es hipocresía. Una muestra externa sin una realidad interna. Religiosidad, ser un farsante. Por cierto, la palabra griega hipócrita, que aparece en el versículo 2, de nuevo en el versículo 5, y de nuevo en el versículo 16, es hupokritēs, básicamente en griego clásico solía referirse a un actor que estaba en un escenario, que enmascara su identidad real y juega una parte que no es la verdad de su vida, quien asume algo que es diferente de lo que es genuino.
Observe de nuevo el versículo 1, “Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos.” La palabra vistos es theaomai. Las primeras tres palabras son las mismas tres palabras de una palabra en inglés y español, teatro. No sean un actor ante un escenario, frente a una audiencia, como si estuvieran en un teatro, presentado una exhibición. No hagan sus obras justas de manera, a manera de teatro, ante una audiencia que los está viendo.
No arreglen sus cenizas para las fotografías de la gente, de tal manera que la impresión se presente como si ustedes realmente sean santos, realmente piadosos. Eso es ser un farsante espiritual. Y Dios usó a Amós el profeta para enfrentarlo en Israel porque esa era la violación más grande, abierta, de la religión verdadera que el profeta podía confrontar. Realmente creo que la razón primordial por la que Israel cayó, por la que el reino del Norte fue llevado a la cautividad, fue simplemente porque permitieron que la religión falsa se apoderara de la genuina. No solo fue verdad en el reino del Norte, fue verdad en el reino del Sur, para quien Isaías escribió.
Escuche en Isaías versículo 11, casi se oye como un mensaje idéntico. “Para que me sirven la multitud de vuestros sacrificios, dice Jehová, cansado estoy de vuestros holocaustos de carneros, y de la grosura de vuestros animales. No me deleito en la sangre de carneros o de machos cabríos, cuando vengan delante de mí, quien ha demandado esto de vuestras manos que piséis mis patios. No me traigáis más ofrenda vana, en el incienso me es abominación. Las lunas nuevas y días de reposo, el, la invocación de asambleas, no lo puedo soportar, es inequidad, es iniquidad. Inclusive, vuestras fiestas solemnes, vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas designadas, las aborrece mi alma, me son aflicción, estoy cansado de soportarlas, cuando extendáis vuestras manos esconderé mis oídos.”
“Si, cuando hagan muchas oraciones no oiré. Vuestras manos están llenas de sangre. Lavaos, limpiaos, quitad la maldad de vuestras obras delante de mis ojos, dejad de haced lo malo, aprended a hacer el bien, buscad el juicio, aliviad al oprimido, juzgad al huérfano, rogad por la viuda, venid ahora y estemos a cuenta, dice Jehová. Vuestros pecados como la nieve, serán emblanquecidos, y aunque sean rojos serán como la lana.”
De nuevo, él dice, todo lo que les he presentado, todo lo que he mandado, todo lo que he instituido en su religión, todas las fiestas y las nuevas lunas, y los sacrificios, y el incienso, todo esto lo menosprecio todo. ¿Por qué? Porque es una farsa, y hasta que sus corazones sean blancos y puros como la nieve y la lana, no tengo nada que ver con ustedes, ni siquiera se metan a mis patios. Nuestro querido Señor confrontó tanto pecado en Su época, pero nunca reprendió a un pecador como Él reprendió a los hipócritas en Mateo 23. Él reservó las palabras más fuertes para esos farsantes espirituales que habían enmascarado sus corazones malos, viles, con una fachada de piedad. Dios lo odia.
Isaías habló de esto, no solo en ese momento, sino de nuevo varias veces, por ejemplo, en el capítulo 9, y en el versículo 17, Isaías 9:17, “Por tanto Jehová, no tendrá gozo en sus jóvenes, ni él tendrá misericordia de sus huérfanos y viudas, porque toda persona es una hipócrita. Isaías 10, en el versículo 6, “Enviaré a los asirios, la vara de mi enojo, el cayado en cuya mano mi indignación en contra de una nación hipócrita.” ¿Sabe usted cuan hipócritas realmente eran? Jugaban el juego hasta lo máximo, y en el capítulo 65, en el versículo 5, escúchelos, esto es lo que dicen a otros.
“Quédate ahí, no te acerques a mí porque yo soy más santo que tú.” En otras palabras, no te acerques a mí podrías contaminarme, porque yo soy más santo que tú. Y Dios dice, son humo en mi nariz. ¿Alguna vez ha olido humo con su nariz? Es muy irritante. ¿Qué tan irritado está Dios por los hipócritas? Muy irritado. Job 15:34 dice: “Porque la congregación de hipócritas será desolada.” Job 8:13 dice: “La esperanza de los hipócritas perecerá.” Job 27:8 dice: “Porque cual es la esperanza del hipócrita cuando Dios quite su alma.” Y Job 33:13 dice: “Pero los hipócritas de corazón acumulan ira.” Los hipócritas recibirán un juicio.
Esopo tuvo una fábula. No sé si usted se acuerda de esta, de su niñez. Pero Esopo tuvo una fábula de un lobo. Y el lobo decidió que quería cenarse a una oveja gorda. Y entonces, el lobo pensó que la mejor manera de atrapar a una oveja era verse como una y meterse en el rebaño. Y entonces esa noche, cuando las ovejas fueron llevadas al redil, el lobo se metió en su disfraz de oveja y él se metió entre las ovejas. Y él entró de manera silenciosa, y ahí al borde, en la orilla, dónde estaban las ovejas esperando hasta que todas se durmieron, para que pudiera llevarse a la más gorda. Y mientras que él estaba ahí tan escondido, y tan encubierto, y en tanto secreto con lo que estaba haciendo, el pastor también tuvo hambre y decidió que iba a comerse una de las ovejas, entonces él fue y encontró a la más gorda y la más gorda de cualquiera era el lobo. Y entonces, él encontró esa y antes de revisar lo que era, él le quitó la vida.
Y Dios, no de manera tan encubierta como ese pastor, sino que más bien de manera deliberada, va a quitarle la vida al lobo con ropa de oveja. Dios juzga la hipocresía. En el día de Jesús, la definición típica de la religión de los judíos en ese entonces era en términos de su hipocresía. En Marcos 7:6, él les respondió y les dijo, Jesús hablando, “Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas.” Y entonces, usted ve a nuestro Señor viendo la afirmación de Isaías en relación a la hipocresía, como una profecía como también un hecho histórico.
Y, ¿cuál es la profecía? Isaías dijo: “Este pueblo me honra con sus labios, pero su corazón está lejos de mí. Me adoran en vano, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres.” En otras palabras, son hipócritas, honran con sus labios, su corazón está lejano. Han sustituido los mandamientos divinos con tradiciones humanas, y tienen un sistema inepto de hipocresía.
Entonces habían hipócritas en Israel, y hubieron hipócritas en Judá. Hubieron hipócritas en el tiempo de Jesús, también hubieron hipócritas en la iglesia. La iglesia nace en Hechos 2, y usted conoce a los primeros hipócritas en Hechos 5, Ananías y Safira. Juegan un gran juego de farsantes, hablando que le iban a dar todo lo que poseían al Señor, mientras tanto están reteniendo algo de esto, y en su farsa, hipocresía, Dios los mata enfrente de toda la iglesia. Hechos 5.
Dice usted, quizás eso lo curó. No. Pablo dice en 1 Timoteo 4, que en los postreros tiempos vendrán espíritus engañadores enseñando doctrinas de demonios, hablando mentiras en hipocresía. Hubieron hipócritas en los primeros tiempos y habrán hipócritas en los últimos tiempos. Sabe una cosa, la lista de los hipócritas en la Biblia es una serie de nombres feos. El primer hipócrita en la Biblia es Caín. Caín fingió adorar a Dios, pero no estaba haciendo nada más que llamar la atención a su capacidad como un granjero, y le costó caro. Vemos el desenmascaro del hipócrita y el enojo que causó que asesinara a su propio hermano justo. Absalón fue un hipócrita, Absalón en 2 Samuel 15 abraza y besa a su padre David, mientras que está tramando su homicidio y derrocamiento.
Y después estuvo Joab. Joab quién abraza a Amasa, y lo abraza mientras que Amasa le devuelve el abrazo y toma una daga y la mete entre sus costillas y le quita la vida. Y quién podría olvidar a Judas el hipócrita de todos los hipócritas, quien besa repetidamente a Jesús en la mejilla, mientras que inclusive la obra terrible que él ha tramado se está llevando a cabo para llevarlo a una cruz de muerte. Y Simón mago, en el octavo capítulo de Hechos, quién fingió que él podía haber abrazado a Jesucristo y el poder del Espíritu Santo, pero la realidad es que lo único que quería era la magia para que pudiera llevarlo a ganar más dinero. Y Pedro le quitó su máscara.
Y entonces lo Caínes, y los Joabs, y los Absalones y los Judases y los Simones se encuentran a lo largo de la Biblia y nos hablan de lo feo que es la hipocresía. Pero tan feo como es cualquiera de ellos, son los Fariseos, y los Herodianos y esos judíos que pueden fingir adorar a Dios y al mismo tiempo están buscando la sangre de Su propio Hijo. ¡Qué hipocresía! La hipocresía nunca es presentada de manera agradable en la Biblia. Es vista como levadura en Lucas 12, que afecta toda la masa. Tiene una capacidad infecciosa que se esparce. Es vista en Mateo 23 como un sepulcro blanqueado, una tumba sucia que apesta de muerte, pero cubierta de blanco. Es vista en Hechos 23 en las palabras de Pablo como un sepulcro blanqueado, lo cual en realidad no es nada más que suciedad y lodo comprimido, pero se pinta de blanco cuando la verdad es que es un café feo.
Es vista en Lucas 11:44 como una tumba que está tan cubierta de pasto que usted ya no sabe que es una tumba, y entonces usted es contaminado al pisarla. Es vista como un vaso roto, cubierto por plata, de tal manera que nadie sabe que hay una rotura fatal que realmente está ahí. Es vista en Mateo 13 conforme la cizaña crece entre el trigo. Es vista en Mateo 7:15 como ese lobo vestido de oveja. Es vista en 2 Pedro 2:17 también, como un pozo sin agua. Toda la promesa está ahí, pero cuando se vacía la cubeta está sonando y está seca y vacía. Es vista por Pablo en 1 Tesalonicenses 2:5, como una cubierta para el pecado. Es vista en Mateo 9 como alguien que llora, que llora en una muerte porque se le paga llorar, lágrimas falsas, no reales. Me pareció interesante al leer algo de trasfondo de ésta hipocresía que una de las costumbres entre los judíos al llorar cuando alguien moría era rasgar sus vestidos, rasgar sus vestidos como una señal de su tristeza.
La Biblia habla de rasgar las vestiduras, romperse la ropa. Los historiadores dicen que los judíos se volvieron tan bueno en la hipocresía de la tristeza, que cuando rompían su ropa siempre se aseguraban de romperla en la costura, para que pudieran volverla a coser para la siguiente ocasión en la que lloraran. La hipocresía, la fachada de mostrar preocupación cuando usted no le importa. De ser justo por fuera cuando usted es injusto por dentro, y lo único que usted está haciendo es acomodar sus cenizas para el efecto que tiene en otros.
Esa es precisamente la palabra de nuestro Señor aquí en Mateo 6, véala de nuevo. “Guardaos,” y usa la palabra ‘guardaos,’ es la mejor traducción o tengan cuidado, para forzarnos a ver la seriedad de esto. “Guardaos, cuidado con que no estén haciendo sus actos justos…” Ahora, algunas versiones dicen, ‘limosnas’. Esa no es la mejor expresión textual. La palabra en el griego realmente es dikaiosune, la palabra estándar para justicia.
La palabra ‘limosna,’ viene en el versículo 2, ‘elemosune’. Pero para el versículo 1 debería ser traducida, sus actos justos. Cuidado con que no hagan sus actos justos ante los hombres, para presentar una presentación, un teatro, exhibicionismo para ellos. Que su religión sea real. Y el punto es: Cuidado si no la es. Y cuidado es una espada refulgente, cuidado nos dice que no estamos viendo algo que es un asunto sentimental, o algo que es un asunto suave. Esto es serio. Cuidado. ¿Por qué? Hay consecuencias.
Ahora, quiero que entienda el contexto un poco, para que entienda lo que está pasando aquí. Estamos en el Sermón del Monte, usted sabe eso. El Sermón del Monte está diseñado para presentarle al pueblo judío de ese entonces, y a toda generación sucesiva, a toda persona que lea la Biblia, el estándar verdadero de justicia. Ahora, usted recordará que el Señor comenzó con la naturaleza de la justicia en las bienaventuranzas. Y después Él pasó a la influencia de la justicia, sal y luz en el mundo.
Y después Él pasó a los elementos mismos de la justicia, la naturaleza de la justicia, su influencia, y sus estándares. Y la naturaleza de la justicia excede a la de los escribas y los fariseos. Ellos no tenían ese tipo de naturaleza. No estaban llorando por su pecado, no estaban siendo mansos, no estaban quebrantados en espíritu, no estaban teniendo hambre de justicia. No eran puros de corazón, no eran pacificadores, no eran misericordiosos, no eran ninguna de esas cosas.
Entonces Él les dice: Ustedes no cumplen con el estándar. Y después Él habla de la influencia de la justicia, es sal y luz, preserva y alumbra al mundo. No hicieron eso, eran parte de la putrefacción y parte de la oscuridad. Y después Él dice: Ahora quiero decirles cuales son los estándares de la justicia. Y Él comenzó en el capítulo 5 versículo 21, y no vivían al nivel de ninguno de ellos. Nunca los cumplieron. Su virtud no estaba calificada para Su reino, su influencia no estaba calificada para Su reino. Y entonces, así fue con su estándar de justicia. Y francamente Él todavía está hablando de lo mismo, los estándares de justicia, aquí en el capítulo. Pero hay un giro un poco diferente que quiero que vea, porque en el capítulo 5, versículos 21 al 48 Él estaba hablando de la justicia. Ahora, observe esta palabra “enseñada,” enseñada por los escribas y fariseos. La justicia enseñada por los escribas y fariseos.
Ahora, en el capítulo 6, Él quiere ver la justicia practicada o vivida por los escribas y fariseos. Una es su teología y la otra es su vida. En el 5 Él estaba diciendo: Esto es lo que enseñan, pero esto es lo que Dios enseña. Ahora, en el 6 Él dice: Así es como ustedes adoran. Así es como ustedes viven. Esta es su práctica, pero el estándar de Dios está aquí arriba. Entonces, en una sección Él está tratando con su enseñanza, y en otra Él está tratando con su práctica.
Usted podría decir que en un sentido en el capítulo 5 Él está tratando con su moralidad, su contenido teológico, sus decisiones morales, su información cognitiva, su estándar de moralidad, y en el siguiente, con su religión.
En otras palabras, cómo esa moralidad se manifiesta en sus vidas. Su adoración era falsa, porque su teología era falsa. Y la religión verdadera tiene que tener ambas, usted tiene que tener lo cognitivo, usted debe tener los hechos, usted debe tener los estándares morales. Usted debe tener la enseñanza apropiada. Y entonces debe vivirse de la manera apropiada. Entonces aquí Él está diciendo, cuando están haciendo algo, sea en el versículo 2, dando limosnas, o en el versículo 5 orando, o en el versículo 16 ayunando.
En otras palabras, cuando practican su religión está debajo del estándar. Su teología es inapropiada, y así lo es su práctica de la religión. La moralidad de su sistema no es el correcto, y tampoco lo es la operación de su sistema. Es algo muy importante observar esto, como creyentes debemos tener ambos. Siempre hay personas que piensan que el cristianismo solo es cuestión de lo que usted hace, usted simplemente va a la iglesia, usted sabe, y da un poco en la ofrenda, y cumple con este ritual religioso, y cumple con su lectura bíblica diaria o lo que usted haga y está bien. Eso no es todo. Existe ese elemento cognitivo, esa responsabilidad de tener un estándar moral.
Es correcto. Hay personas en la actualidad que simplemente piensan que lo único que usted necesita es el estándar moral. Piensan que lo único que usted tiene que hacer, lo llaman, cristianismo religioso, no quieren identificarse con la iglesia, son anti iglesia, son anti estructura, anti organización, simplemente quieren ser piadosos en una, en un vacío, quieren ser morales de una manera social, pero hay un equilibrio. Jesús está diciendo: Sí, deben tener la enseñanza apropiada, pero sí, hay un lugar para dar, y orar y ayunar dentro de la comunidad de aquellos que creen. Y eso debe ejercerse de manera apropiada. Es cuestión de lo que usted conoce y lo que usted cree, y también como actúa usted, y los dos deben estar juntos.
Ahora, quiero mostrarle otra cosa interesante. Jesús está estableciendo un estándar aquí que nadie jamás había establecido en la historia del mundo, excepto por Dios, claro. Ningún otro sistema humano jamás se acercó a este estándar, excede a todo sistema que jamás ha existido, inventado por el hombre. Le voy a mostrar porqué. Regrese a esta sección, capítulo 5, versículo 20. Ahora, ahora estamos de regreso a la sección moral. Lo que usted enseña, lo que usted cree, su teología. “Pero yo os digo,” versículo 20, “que a menos que vuestra justicia sea mayor que la de la justicia de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.”
Ahora, Jesús procede entonces a presentar un estándar moral que excede al de los escribas y fariseos que eran los maestros en Israel. Muy bien, entonces es superior a ese sistema. Hay un estándar moral superior. Ahora, vaya al capítulo 6, versículo 5, y Él dice: “Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas,” ¿muy bien? Versículo 2, “Cuando deis vuestras limosnas, no lo hagan con la trompeta, como los hipócritas,” versículo 16, “cuando ayunéis, no seáis como los hipócritas.” Los hipócritas son sinónimos de los fariseos y los escribas. Y de nuevo, Él está diciendo, cuando practiquen su religión, cuando vivan su vida espiritual, debe superior también a la de ellos.
Entonces, lo que Jesús está diciendo, ahora entienda esto, es que lo que les estoy diciendo en contenido es superior, y en práctica es superior a lo que está sucediendo en este momento. Ésta es una condenación increíble contra el sistema entero. E inclusive hay una tercera categoría, Él va de la teología a la justicia que se relaciona con la moralidad, a la justicia que se relaciona con la religión práctica, y después una tercera, justicia que se relaciona con las cosas mundanas. Y del versículo 19 del capítulo 6 en adelante, él habla de cosas, cosas mundanas como lo que usted come y lo que usted bebe y lo que usted usa como ropa y todo ese tipo de cosas. Él habla del dinero y cómo lo trata usted, y cómo usted piensa de él, y como usted lo considera y demás.
Entonces, usted va y cubre todo el espectro, ¿no es cierto? Él va, ahora observe esto, Él va de sus valores morales teológicos a sus prácticas religiosas, a su vida diaria mundana. Y en la secuencia entera Él dice, su teología no sirve y su religión no sirve, y su enfoque a la vida diaria no sirve, sus estándares son demasiado bajos. Y esa es la razón por la que Él dice ahí, en el versículo 19, no pueden hacerse tesoros en la tierra. “No deben estar afanados,” versículo 25, “por su vida.” ¿Por qué? Porque eso es característico de ellos. Ellos estaban concentrados en hacer tesoro en la tierra. Ellos estaban preocupados por su vida, entonces Él dice: Debe haber un sistema más allá del de los escribas y los fariseos.
Ahora, ¿por qué estoy enfatizando esto? Porque, escuche mire. Tanto nuestra teología cómo nuestra religión, nuestra adoración, por así decirlo, y nuestra vida diaria, debe ser superior al mejor sistema que los hombres jamás podrían inventar en sus mejores esfuerzos. No sirve. Además, hay algunas personas que podrían decir: Bueno, simplemente voy a deshacerme de toda la religión y voy a ser un pagano, simplemente voy a encontrar una filosofía y seguir. Escuche, el Señor hace lo mismo con la filosofía humana, y se lo voy a mostrar. Es muy interesante, capítulo 5, versículo 47, Él dice esto: “Si solo saludan a sus hermanos, ¿qué hacéis más que otros? Los paganos hacen eso. Sed pues vosotros perfectos como vuestro padre que está en los cielos es perfecto.
En otras palabras, no solo deben tener un compromiso que es mejor que el de los escribas y fariseos, sino que también obviamente debe ser mejor que el de ¿quiénes? los gentiles, los paganos, ¿verdad? Están por debajo del estándar. Él dice lo mismo en la siguiente sección, capítulo 6. Cuándo Él entra a la sección del capítulo 6, observe el versículo 7, aquí Él está hablando de la vida religiosa. “Y cuando oréis, no hagáis vanas repeticiones como los gentiles.” Y en la tercera sección, Él hace lo mismo. Cuándo Él entra a las cosas mundanas en el versículo 32, “porque todas estas cosas buscan los gentiles.”
En otras palabras, Cristo está diciendo, les estoy ofreciendo un estándar. Y el estándar es superior en su contenido, en su adoración, y en su vida diaria al de que cualquier sistema religioso o no religioso que el mundo jamás ha visto. ¿Lo ve? Ahora, cuando alguien viene y dice: Bueno, ¿cómo es posible que ustedes cristianos digan que son los únicos que tienen la verdad? Usted les debe decir, eso es lo Jesús dijo. Jesús sin duda alguna es el humano de mente más estrecha que jamás vivió. Él dijo: Todo lo que les digo es verdad, y cualquier otra cosa es falsa. Nada más que Él respaldó el hecho con la realidad de que Él tenía el derecho de decirlo. ¿Amén?
Cómo puede ver, esto es lo que Él está diciendo aquí: No pueden cumplirlo, no pueden. Ustedes se quedan de manera miserable y terrible, cortos del estándar para mí reino. Soy un rey. Mateo está diciendo eso a lo largo, y estoy ofreciéndoles un reino, pero no van a entrar en los términos que ustedes ahora están ofreciendo. Hay otra manera, y es reconocer que no pueden hacerlo, su teología no sirve, su religión no sirve, y su enfoque a la vida no sirve, necesitan que alguien limpie su pecado, los purifique, les dé una nueva naturaleza apta para Mi reino, y Yo soy esa persona, es lo que Cristo está diciendo.
Ahora, eso le da el contexto general. Estamos viendo esa sección a la mitad entre la teología y lo mundano. Esa sección de adoración religiosa o práctica. Y Él dice: Todo lo que hagáis, en el versículo 1, asegúrense que hagan sus actos justos. Esto tiene que ver con su adoración, con su actividad religiosa. Asegúrense de que no lo hagan para ser vistos por los hombres. Y Él da tres ilustraciones. Tres. La primera es dar, en los versículos 2 al 4. La segunda es orar, en los versículos 5 al 15. Y la tercera es ayunar, en los versículos 16 al 18.
El Señor simplemente escoge tres actividades religiosas, tres actividades espirituales, tres elementos de adoración. Y son, son muy amplios. El ‘da’, tiene que ver con nuestra religión, conforme actúa hacia otros. El ‘orar’ tiene que ver con nuestra religión, conforme actúa hacia Dios. Y el ‘ayunar’ tiene que ver con nuestra religión conforme se relaciona con nosotros mismos. El ayunar tiene que ver con nuestra propia carne. El hacer morir la carne, el negarnos a nosotros mismos, la disciplina, el llevarnos a Cristo en términos de compromiso total. Orar entonces es tener comunión con Dios, el dar entonces toca las vidas de la gente que nos rodea.
Entonces, realmente, estas tres ilustraciones de manera hermosa resumen o contienen todos los elementos de nuestra vida espiritual, de nuestra vida de adoración. Es casi como si asciende, porque usted realmente comienza con un espíritu correcto en su propio corazón, limpiándose a sí mismo, ayunando siendo parte de abnegación. Cuando usted está bien entonces sus oraciones van a estar bien, y a partir del ayuno viene la oración, y a partir de la oración viene el dar.
Y entonces, el asciende del dar a orar, a ayunar, y les dice de hecho, ustedes hacen todo esto, ustedes dan, oran, ayunan, pero están por debajo del estándar y yo les ofrezco algo más allá de eso. Por cierto, es interesante señalar, versículo 2, que dice: “Cuándo den vuestras limosnas,” versículo 5, “Cuando oren,” y versículo 16, “cuando ayunen.” No dice como si lo hicieran, sino cuando. ¿Por qué? Porque se supone que van a hacer eso. Asume que es parte de la religión, la adoración, el servicio espiritual.
Ahora, quiero que vea tres puntos clave en estos primeros cuatro versículos. Y simplemente vamos a ver el primero, y ya hemos hecho eso. Únicamente quiero señalar un par de cosas, quiero que vea la práctica de la justicia, el peligro de la religión, y la promesa de la recompensa. Y vamos a cubrir dos, y los tres puntos la próxima vez. Pero la primera es la práctica de la religión, o la práctica de la justicia.
Observe de nuevo el versículo 1. “Cuidado con hacer sus actos justos ante los hombres, para ser vistos de ellos.” Ahora, escuchen amados, la Biblia habla de hacer actos justos. Dios nunca diseñó que nosotros fuéramos monjes. El monasticismo, el hacer toda su justicia cerrado en un cubículo no es bíblico. Y algunos han malinterpretado este versículo. Bueno, cuidado con que hagan algunos de sus actos justos ante los hombres. Entonces, vete a una esquina y haz todos tus actos justos.
Ahora, espera un minuto. ¿Es eso lo que la Biblia quiere decir por lo que dice? ¿Acaso la Biblia no enseña que debemos hacer justos ante los hombres? Sí, lo dice. En el Salmo 106, versículo 3 simplemente se lo voy a leer, dice esto: “Bienaventurados los que observan la justicia, y el que hace justicia en todo momento.” Es bienaventurado hacer justicia en todo momento. Isaías 58:2 “Me buscan diario y se deleitan en conocer mis caminos, como una nación que hizo justicia.” Y en 1 Juan 2:29 es otra buena palabra de esto, dice: “Si sabéis que él es justo, sabéis que todo el que hace justicia es nacido de él.”
En otras palabras, debemos justicia y debemos hacerlo en dónde pueda ser vista para que la gente sepa que pertenecemos a Dios. Debemos dejar que nuestra justicia sea manifiesta. Y dice usted: Bueno, espera un minuto. Dice aquí que no hagan su justicia ante los hombres. Pero usted tiene que ver la última frase. Realmente en el griego, tiene la construcción de propósito diseño. Con el propósito de, o con el diseño de que seamos vistos por los hombres. En otras palabras, usted hace su justicia, pero no con el propósito simplemente de ser visto por los hombres para que usted se vea bien.
Permítame mostrarle el contraste, creo que se presenta de manera hermosa en el mismo pasaje. Observe de regreso, el capítulo 5, versículo 16, ¿qué dice? “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres.” Ahí está. “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras.” Ahora, espera un minuto, ¿así alumbre vuestra luz delante de los hombres para que vean vuestras buenas obras? Capítulo 6, versículo 1, “Guardaos de haced vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos de ellos.” Dice usted: Esos se contradicen. Esos se excluyen entre sí. No. No, porque los motivos son diferentes. Dice: hagan sus obras para que Dios sea glorificado. Ese es el positivo en el versículo 16 del capítulo 5. Pero no hagan sus obras para que los hombres los glorifiquen a ustedes.
Como puede ver realmente son dos lados de lo mismo. De hecho, no hay un problema real aquí, solo es uno imaginario. Solo es semántica, solo son palabras, no un problema real. Debemos hacer lo que hacemos, para que los hombres puedan glorificar a Dios, pero no con el propósito de buscar la aprobación de ellos. Y Juan Calvino dice: “Esta es una amonestación necesaria porque en todas las virtudes, la entrada de la hipocresía debe ser evitada, y no hay una obra tan digna de reconocimiento que en muchas situaciones está corrompida y contaminada por la hipocresía.” Esa es una línea fina. Tengo esa tentación en mi propia vida. Nuestro Señor tuvo esa tentación, estoy seguro, porque Él fue tentado en todo según nuestra semejanza. Pero hay ocasiones en las que usted cuando se ve tentado a predicar para ser respetado por los hombres, en lugar de darle la gloria a Dios.
Hay ocasiones en las que usted da, y usted da y se asegura de decirles a ciertas personas que usted dio, especialmente personas que cuestionan el compromiso de usted, para que sepan cuan espiritual realmente es usted. Usted hace oraciones largas y de muchas palabras, o usted ayuna, y se ve en cierta manera trágico, lo cual con frecuencia se confunde con espiritualidad. Usted simplemente se ve enfermo o con dolor, y la gente piensa que usted es humilde. Somos buenos en eso. Y todos jugamos ese juego. Y todos somos tentados en eso.
Agustín dijo que: “El amor del honor era el área mortal de la piedad vana y no genuina.” Él dijo: “Otros vicios producen malas obras, pero esto produce buenas obras de una manera mala.” Me gusta decirlo de esta manera, la hipocresía es el honor que el vicio le presenta a la virtud. Hipocresía. Y nuestro Señor está diciendo: Cuidado. Fue una marca de los fariseos, que cuando ellos daban tocaban una trompeta por ello, y cuando oraban se ponían de pie en un lugar público y oraban con una voz tan alta para que todo mundo supiera cuan espirituales eran. Son casi una caricatura tan ridícula que es difícil de imaginar. Y cuando ayunaban se ponían cosméticos en el rostro para que se vieran medio muertos esperando que alguien dijera: Oh, qué hombre tan santo es él.
Escuche, debemos hacer que nuestra luz brille, debemos hacer que nuestras obras sean vistas para que Dios pueda ser glorificado, pero no debemos hacerlo para que nosotros recibamos honor. Eso es hipócrita. De hecho, el 5:16 y 6:1 podrían ser mejor resumidos al indicar que ambos están tratando con pecados diferentes. Esa es la razón por la que digo que la discrepancia es solo imaginaria, porque los pecados son diferentes. En el capítulo 5 Él está tratando con la sal y la luz, y Él está tratando con el hecho de que necesitamos ser una influencia en el mundo.
Y Él está tratando entonces con el pecado de cobardía. “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres.” En otras palabras, no seas un cobarde. Eres la sal y la luz. Que suceda. Él está tratando con el pecado de cobardía, pero en el capítulo 6, versículo 1, É está tratando con el pecado de la hipocresía. Creo que A. B. Bruce une a ambas de una manera tan simple como cualquiera que he leído. Él dice: “Debemos mostrar cuando nos vemos tentados a escondernos, y debemos escondernos cuando nos vemos tentados a mostrar.”
La mejor manera de poder mantener la tensión es enfrentar sus tentaciones de una manera justa. La médula del asunto es cuestión del corazón. ¿Cuál es su motivo? Dos personas pueden dar, dos personas pueden orar, dos personas pueden ayunar, dos personas pueden hacer actos religiosos, y usted y yo nunca conoceremos la diferencia entre uno y el otro. Sin embargo, para Dios, uno es una fuente de gozo, un aroma fragante, y el otro es humo en su nariz. Y la diferencia está en el interior de esa persona. No hay nada de malo con mostrar su cristianismo. Así alumbre vuestra luz.
Pablo dice, oyeron que me convertí, Gálatas 1:23, y en el versículo 24 dice: Y glorificaron a Dios debido a mí. Pero él no se quedó con la gloria, él la apuntó al Señor. Romanos 10 dice: Tienen que confesar con su boca que Jesús es el Señor, dice, como es que la gente oirá sin un predicador. No estamos rechazando la justicia pública. No vamos a volvernos monjes y meternos en algún tipo de lugar inútil. Jesús dijo, “El que me confesare ante,” ¿qué? “ante los hombres, a este lo confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Pero el que me negare ante los hombres, le negaré ante mi Padre que está en los cielos.”
Debemos practicar nuestra justicia, debemos porque fuimos creados a la imagen de Cristo para buenas obras, nada más que debemos asegurarnos de que el motivo sea puro. ¿Quién es la mejor ilustración de esto? Jesús. Jesús predicó sus mensajes a una audiencia pública, Jesús vivió su vida día tras día, la impecabilidad majestuosa sin mancha de Su vida frente a los ojos del mundo entero que lo veía.
Jesús hizo milagros y maravillas y señales para que todo mundo pudiera ver, y en medio de todo en humildad Él dijo: No he venido a buscar mi honor, sino el honor de Aquel que me envió. Fue motivo. Hagan sus obras sus obras justas, amado, si eres un creyente. Háganlos, para que su luz brille para la gloria de Dios, pero cuidado cuando las hagan para arreglar sus cenizas, para que la foto de alguien de ustedes se parezca más santa de lo que usted realmente es. Oremos juntos.
Bueno, Padre todos somos sensibles a lo que el Espíritu Santo nos ha dicho en este mensaje, porque aquí es en dónde todos enfrentamos tentación. Nos vemos tentados a decir una palabra que presenta una fachada espiritual, realizar un acto, inclusive en contra de la voluntad, pero hacerlo porque parece justo. Quizás algunas personas inclusive viniendo a la iglesia el domingo por la mañana, para ellos es un acto de hipocresía hecho por el efecto que tiene. Señor, todos caemos en esto.
A veces damos a alguien en necesidad, no porque nos preocupa, sino porque queremos que piensen bien de nosotros. Y después le decimos a otros para que sepan cuan generosos realmente fuimos. Algunas veces nuestras oraciones inclusive ante nuestras propias familias, realmente no son el clamor de nuestros corazones, sino que son una rutina para dar una impresión equivocada de que realmente estamos bien contigo.
Mientras sus cabezas están inclinadas, tan solo para un momento de conclusión, hay dos audiencias para el mensaje esta mañana, como lo hubieron en ese día, estaban los fariseos y estaban los discípulos. Para los discípulos dijo algo, ya se habían comprometido con Cristo, pero simplemente porque usted está comprometido con Cristo no significa que usted no lucha con la hipocresía. El mensaje para ellos fue sean reales, sean genuinos, sean verdaderamente espirituales y verdaderamente justos, en sus ofrendas, su relación con otros, su oración, su relación con Dios, como si usted pudiera engañarlo. Y su ayuno, su relación con usted mismo. Sea real, no sea un farsante, nunca se vuelva presa de eso.
Para el no cristiano, el fariseo, no piense que sus buenas obras, su sistema que usted ha desarrollado e inventado va a ser suficiente, porque no lo será. No importa cuán justo usted parezca ser. A menos de que usted haya sido lavado en la sangre de Jesucristo, y sus pecados hayan sido perdonados, usted no entrará en el reino de Dios, y el juicio eterno más severo le pertenecerá al hipócrita más severo. Es algo terrible. Entonces, yo espero que usted examine su corazón.
Padre, oramos porque las personas correctas vengan al Señor en respuesta a Tú voz hablando a su corazón. Ayúdanos a todos a ser lo que Tú quieres que seamos. Sabiendo que la verdad es tan maravillosa, y la realidad es tan preciada. Que nunca busquemos una falsificación, sino que siempre busquemos aquello que es verdad para que Tu en todas las cosas recibas la gloria. Te damos gracias por un privilegio como este, de poder ser usados para darte gloria. En el nombre de Cristo. Amén.
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