Abrimos nuestras biblias esta mañana en Mateo capítulo 24, viendo una vez más las señales de la venida del Señor Jesucristo, las señales de la venida del Señor Jesucristo. No se acerca de su niñez, pero mi niñez estuvo llena de muchos juegos, yo cuando miro atrás y pienso en mi vida como niño, no me veo en una casa, me veo afuera, quizás porque viví gran parte de mi vida en la parte sur de California. Y si solíamos jugar todo tipo de juegos afuera, y uno de los que con frecuencia jugábamos y usted también, era “las escondidillas”.
Y alguien estaba a cargo de buscar a la gente, y todo mundo corría y se escondía. Y en cierta manera el juego iniciaba decía: “Aquí vengo”, y cuál es el resto, “estén listos o no”. Usted también lo jugó. No fue un juego muy sofisticado, pero así era. Listos o no, aquí vengo. Bueno, esa afirmación, si se refiriera al Señor Jesucristo tiene implicaciones grandes y profundas, escatológicas. Y el texto en Mateo 24, que estaremos viendo esta mañana realmente podría ser titulado: “Listos o no, aquí vengo”, porque eso es exactamente lo que enseña. Es un texto que trata con la naturaleza repentina, inesperada de la venida del Señor Jesucristo. Vamos a estar viendo los versículos 36 al 42 de Mateo 24. Y realmente es la primera parte en el mensaje que nos lleva hasta el versículo 51.
Ahora, quiero que recuerde el contexto para que entienda en dónde estamos en este evangelio tremendo, en la vida de nuestro Señor. Él está a unas cuantas horas ahora, de la traición y ejecución en la cruz. Él se sienta en el Monte de los Olivos y sus discípulos se acercan a él con una pregunta muy importante que está en sus mentes y nos es dada en el versículo 3. Ellos dicen: “Dinos, ¿cuándo serán estas cosas? Y ¿cuál será la señal de tu venida y del fin del siglo?” Tienen este sentimiento en su interior de que el fin del siglo del hombre está muy cercano, que el reino del Señor Jesucristo está por venir rápidamente. Han sido llevados a creer eso porque después de todo, él es el Rey, y él está ahí. Él ha hecho señales y maravillas para probar su poder del reino. Él recientemente ha denunciado a los líderes religiosos falsos de Israel, él ha limpiado el templo de todas las actividades impías que estaban realizándose en ese lugar. Él también ha anunciado que pronto vendrá una desolación del complejo entero del templo. E inclusive él ha pronunciado la verdad de que él vendría en gloria. Y todas estas cosas los han llevado a creer que debe ser muy, muy pronto.
De hecho, Lucas 19:11 dice que pensaron que el reino de Dios aparecería inmediatamente. Digo, les parecía que él ahí se estaba anunciando así mismo como Rey, él estaba ahí destruyendo el sistema falso que existía para que estableciera el reino espiritual verdadero que les fue prometido a ellos por los profetas de la antigüedad. Y entonces, estaban llenos de expectativa.
Ahora, su pregunta tiene dos partes. Tiene una parte de cuál será la señal de tu venida y una parte de cuándo serán estas cosas. ¿Cuáles son las señales y cuando sucederá? Ahora, nuestro Señor comenzó al responder la pregunta de cuáles son las señales. Y la respuesta ya la estudiamos del versículo 4 al 35. En esa sección él les explica la señal de su venida. y particularmente es dada en el versículo 29, en dónde dice que la luna no da su luz, el sol se oscurece, las estrellas caen, las potencias de los cielos son conmovidas y después aparecerá la señal. Y la señal es el Hijo del hombre en el cielo. Esa es la señal de su venida a la tierra, cuando lo ven en el cielo.
Ahora, será precedida por otras señales generales, descritas del versículo 4 al 28. Entonces, habrán algunas señales generales. Por cierto, esas señales generales son disparadas por un acontecimiento muy particular en el versículo 15, la abominación desoladora. Cuando el anticristo establece el ídolo de sí mismo en el lugar santísimo en el templo de Jerusalén, y demanda que el mundo entero lo adore. Eso dispara los dolores de parto, eso dispara las señales, las señales generales.
Entonces usted comienza con la abominación desoladora, esa es la primera de las señales, después hay señales generales descritas en el resto de la porción que vimos, que culminan en la señal, la cual es la aparición del Hijo del hombre en el cielo. Esa es la señal. Ahora, todas estas señales comenzando con la abominación desoladora, hasta la señal del Hijo del hombre en el cielo, son señales muy rápidas, vienen en un período muy breve de tiempo. La Biblia nos dice tres y medio años, o 42 meses, o 1260 días. Y esa es la razón por la que son llamados dolores de parto, se van incrementando rápidamente y se intensifican conforme se acercan hacia el reino. Son indicadores generales, y finalmente un indicador especifico de la venida del Señor Jesús.
Ahora, esa es la pregunta de cuáles son las señales. Ahora, comenzando en el versículo 36, él explica la pregunta de cuando, cuando es que específicamente él vendrá. En otras palabras, vemos la idea general de ese periodo de tiempo, pero cuando específicamente es que él vendrá. Y comenzando en el versículo 36 y hasta el versículo 31 del capítulo 25, él trata con el cuándo serán estas cosas. Y ahí es en dónde comenzamos nuestro estudio esta mañana.
Observe el versículo 36, aquí está la clave para el resto de esa sección. “Pero del día y la hora, nadie sabe. Ni aún los ángeles de los cielos, sino solo mi Padre.” Y con esa afirmación él apunta su mente al asunto del cuándo, y les dice que el cuándo es un factor desconocido. Las señales que preceden a la segunda venida han sido dadas claramente, son detalladas de manera inequívoca aquí en Mateo 24, y también en Apocalipsis capítulo 6 al 18, usted no puede confundirse con eso. Y la generación que esté vive durante ese período verá esas señales, serán señales observables, serán señales mundiales, serán indicadores inequívocos del colapso del mundo y sus sistemas, como también el universo. Pero el momento especifico, esto es, obsérvelo en el versículo 36, “del día y la hora, no son conocidos.” No son conocidos. Y debemos hablar que él está hablando de un día y una hora.
Ahí en el versículo 42: “Velad, por tanto, porque no sabéis a qué hora.” “Qué hora.” Versículo 44, “Por tanto, estad también listos porque será una hora en la que no piensan.” Versículo 50, “El Señor de ese siervo vendrá en un día, cuando él no lo espera y en una hora que no está consciente.” Versículo 13 del capítulo 25, “Velad, por tanto, porque no conocéis ni el día ni la hora, en la que el Hijo del hombre viene.” Entonces, él está hablando del momento específico.
Ahora, escuche. El período de tiempo de la segunda venida será conocido, tiene que ser conocido. Tiene que ser conocido debido a toda la secuencia de acontecimiento. La abominación desoladora será un acontecimiento histórico, los conflictos mundiales tremendos, las guerras, los rumores de guerra, la nación levantándose contra nación, reino contra reino, las hambres, las pestes, las descripciones de Apocalipsis 6 al 18, en dónde el agua fresca es devastada y el agua salada es devastada, y el mar se convierte en sangre, y en dónde el día cambia su ciclo normal, y la luz del día es acortada, y hay una cantidad mayor de oscuridad. Y todos esos acontecimientos que son observables indicarán que es el período general, y el tiempo general de la segunda venida. Pero el día y la hora no serán conocidos. Eso vendrá de manera repentina, de una manera inesperada.
El período de la tribulación es indicado de manera muy clara, y sabemos que la venida del Hijo del hombre, versículo 29, dice es inmediatamente después de la tribulación. Pero, qué tan inmediatamente, no lo sabemos. Para abordarlo de otra manera, recuerde esto: que tanto Daniel en el Antiguo Testamento, y Juan en el Nuevo Testamento escribiendo en Apocalipsis nos dicen que el período de la tribulación, la gran tribulación es un período de tres y medio años, 42 meses, 1260 días. Encontramos eso en Daniel 7:25, 9:27 y 12:7. Lo encontramos en Apocalipsis 11, versículos 2 y 3; en Apocalipsis capítulo 12, versículo 14; y Apocalipsis 13, versículo 5. Entonces, están todos esos indicadores muy claros que es un período de tres y medio año, comienza con la abominación desoladora en el versículo 15, el anticristo estableciendo su propia adoración personal. Entonces, eso es muy claro. Observable.
Después serán tres y medio años. Inmediatamente después dice el versículo 29 viene la señal del Hijo del hombre en el cielo. Ahora, qué tan inmediatamente después no lo sabemos. Y una vez que la señal venga, no sabemos cuánto será hasta que él de hecho el establezca el reino, entonces, hay algo de flexibilidad en eso. Hay un período de tiempo ahí. Daniel nos da una pista de esto porque en Daniel 12:11, Daniel habla de un periodo de prueba y tribulación de 1290 días. Entonces, él añade 30 días más al final. Y después en Daniel 12:12, él habla de 1365 días, él añade otros 45 haciéndolo un total de 75 días.
Entonces, Daniel ve un período de tres y medio años, 42 meses, 1260 días. Y después él ve otro período el cuál no es descrito en cuánto a su contenido de 75 días. Entonces, no sabemos exactamente el día y la hora. El período de tiempo sí, el período general sí. Ahora, solo sabemos que una vez que ese período haya comenzado, ¿verdad? No lo sabemos ahora, porque no sabemos sobre que generación va a venir. Será iniciado con el rapto de la iglesia, y eso no ha pasado. Y después, tres y medio años de paz, conforme el anticristo llega al rescate político del país medio oriental de Israel, y les trae seguridad y comienza a construir su imperio romano revivido en Europa, y todo va bien y después es a la mitad de ese período de siete años que todo esto comienza cuando él establece la adoración de sí mismo.
Entonces, el rapto, el levantamiento del anticristo, los dolores de parto, la señal del Hijo del hombre, eso no ha sucedido aún. No sabemos que generación va a enfrentar esto. Podría ser esta generación, podría suceder en cualquier momento. La iglesia es llevada y la tribulación comienza. Entonces, no sabemos que generación es, pero la generación sobre la que venga inclusive con todas esas señales, inclusive con todo eso que pase, aun así, no conocerá el día exacto, la hora exacta cuando Cristo viene. Ese es un secreto.
Ahora, esto no está hablando del rapto, está hablando de la segunda venida. Estamos al fin de la tribulación aquí, como es tan obvio a partir del versículo 29, hemos pasado ya el tiempo de la tribulación en el pensamiento de Mateo y la enseñanza de nuestro Señor. Entonces, es un tiempo del cuál nadie sabe. Ahora observe el versículo 36 y veamos algunos asuntos específicos. Es un día y una hora lo que estamos viendo, no una era. No sabemos sobre que generación vendrá, pero esto sabemos, que sea cual sea la generación con la que comience terminará con ella, ¿verdad? Esos son los versículos 32 al 35, esa generación que ve el comienzo va a ver el fin porque va a venir tan rápido, tan rápido. Tres y medio años de tribulación se acabarán y después una especie de período de tiempo indeterminado, en algún punto ahí. El Señor vendrá y establecerá su reino inmediatamente después de la tribulación, pero vendrá rápido. Pero nadie conoce el día ni la hora, el momento específico.
Y el comienza al decir, “Nadie sabe”, y él se está refiriendo ahí a los humanos, la humanidad, los hombres naturales, no lo saben, no lo saben. No les es revelado a ellos. también es señalado en Mateo 25:13 como leí hace un momento, “Vosotros no sabéis ni el día, ni la hora en la que el Hijo del hombre viene.” Dios ha escogido no revelar ese momento especifico, y no dar señales específicas de ese momento específico. Y hay razón en su gran sabiduría para eso. Si los hombres conocieran el momento exacto cuando el Señor viniera, podrían ser impíos hasta poco antes de ese momento. Inclusive la gente que estuviera preparada pudiera vivir en pánico o podría estar rindiéndose pensando que el tiempo era demasiado corto, la vida se volvería sin esperanza. Si usted supiera exactamente cuando el Señor viniera, no habrían planes, no habrían relaciones continuas, y todo sería afectado dramáticamente por ese conocimiento.
Entonces, el Señor ha escogido no darnos ese conocimiento, sino vivir cada momento esperando su intervención, para que estemos preparados todo el tiempo. Si el mundo conociera el momento mismo de la venida de Cristo, se engañaría pensando que en ese momento final podría tomar los pasos necesarios para corregir las cosas a tiempo, y por eso Dios no nos ha dicho eso. Entonces, ningún hombre sabe eso, está escondido de los hombres. Y después dice: “No, ni los ángeles en el cielo.” Inclusive los ángeles no lo conocen. El mundo natural no lo conoce, ni el mundo sobrenatural lo conoce.
Ahora, los ángeles están cercanos a Dios. En Isaías 6 están volando ahí alrededor del trono de Dios, haciendo lo que Él manda en Mateo 18:10. Son vistos cara a cara con Dios en comunión íntima con Él, están muy cercanos a Dios. Están alrededor del trono, tienen comunión con Él regularmente para obedecerlo. Además, si usted recuerda en Mateo 13, nos dice que los ángeles son los agentes de juicio en la segunda venida. Cuándo Dios juzgue al mundo y congregue a los hombres para ese juicio, Él envía a sus ángeles, que son los que cosechan. Recuerde usted, para recoger el trigo y la cizaña.
Entonces los ángeles están muy involucrados en la actividad de juicio en el versículo 31 de nuestro capítulo que estamos viendo ahora. Los ángeles son los que son enviados para reunir a los elegidos también. Entonces, aunque los ángeles están tan cercanos a Dios, y aunque están cara a cara con Dios, en un sentido espiritual, haciendo lo que Él manda, y aunque son los agentes de juicio y reúnen a los piadosos y a los impíos en el tiempo de la venida de Cristo, ellos a pesar de todo eso, no conocen el momento exacto. Dios no ha escogido revelárselos a ellos. Y Él tiene sus razones. No conozco esas razones, porque la Escritura no las revela. Pero ellos tampoco lo saben.
Ahora, los mejores manuscritos de Mateo nos indican que también debería incluirse en el texto, “ni el Hijo, ni el Hijo.” En Marcos 13:32 el cuál es el pasaje paralelo es definitivamente incluido por Marcos, “De ese día y la hora, ningún hombre sabe, ni los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.” Y sería mejor incluirlo aquí en Mateo, creo que en ciertas versiones lo incluyen de manera correcta. Jesús dice, “Inclusive el Hijo del hombre no sabe.” “Inclusive Yo no sé.” Y claro, esto ha creado todo tipo de discusiones interesantes, ¿cómo es que Jesucristo, (quién es Dios), no puede saber algo? ¿cómo es que Jesucristo quién es Dios, quién es omnisciente, lo cual significa que él conoce todo, no puede saber algo, o no sabe algo?
Bueno, eso creo yo es explicado de manera más bien fácil si entendemos el significado de su encarnación. Jesucristo es Dios plenamente, como los teólogos solían decirlo, es Dios mismo de Dios mismo, él es Dios de manera plena y total, porque usted no puede ser parte de Dios, él es todo Dios. Pero cuando él se volvió hombre, él de manera voluntaria restringió el uso de su naturaleza divina, de sus atributos divinos. No fue que él hizo a un lado los atributos, no fue que él hizo a un lado su deidad, fue que él restringió el uso de esas cosas. Él los tuvo como instrumentos, pero escogió no usarlos.
Entonces, él vivió, por así decirlo, sin usar su omnisciencia, a menos de que el Padre le dijera que la usara. Sabemos que él era omnisciente en algunas ocasiones. Juan 2 dice que él no necesitaba que nadie le dijera lo que estaba en el corazón del hombre, porque él sabía lo que estaba en el corazón de un hombre. Hay muchas indicaciones de su gran conocimiento, de su conocimiento divino, pero él restringió el uso de su omnisciencia a esas cosas que el Padre deseaba que él supiera. Ese es el diseño de la encarnación.
Cuando la Biblia dice que él se volvió un Hijo, él adoptó la forma de siervo, significa que él se sometió a sí mismo a aquello que el Padre quería que él hiciera, aquello que el Padre que dijera, y aquello que el Padre quería que supiera. Esa es la razón por la que en Juan 15:15 usted tiene un versículo muy, muy importante para entender a Cristo. Dice esto, Jesús hablándole a los discípulos, “Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que su señor hace, pero os he llamado amigos,” ahora escuche esto, “porque todas las cosas que yo he oído de mi Padre, os las he dado a conocer.”
En otras palabras, el conocimiento de Jesús en su encarnación estaba delimitado por lo que el Padre le había revelado. Y el Padre le reveló cosas a él mediante la Escritura, esto es el Antiguo Testamento, conforme él estudió la Escritura; mediante la experiencia, conforme él caminó en el mundo y vio el movimiento y poder de Dios; y mediante revelación directa. Pero Jesús limitó su conocimiento a lo que el Padre escogió revelarle a él. Él no tuvo que hacer eso, pero él escogió hacer eso para cumplir la función de un siervo, para así alcanzar o llevar a cabo la redención de la humanidad.
Es un concepto muy importante, de tal manera que cuando él dice que se humilló a sí mismo, y tomó forma de siervo hecho en semejanza de hombre y demás, significa que él limitó el uso de sus atributos. Y si usted estudiara por ejemplo en los pasajes que tratan con la primera parte de su vida, usted recordará que dice que Jesús creció en sabiduría y estatura, recuerde usted y en favor con Dios y los hombres. Él creció en sabiduría.
Dice usted, ¿cómo él podía crecer en sabiduría si era Dios? Porque él creció en sabiduría en el sentido de que él limitó su conocimiento a lo que el Padre le reveló a él, de tal manera que mientras que él estuvo vivo, el Padre constantemente le estaba revelando cosas a él, entonces él estaba creciendo en sabiduría. ¿Entiende usted eso? Esa fue, por así decirlo, una restricción auto impuesta, una humillación auto impuesta por así decirlo, de la naturaleza divina para llevar a cabo su redención y la mía.
Y entonces, conforme usted lo ve aquí, en un sentido, él está creciendo en sabiduría, todavía está incrementando su conocimiento, porque el Padre todavía no le ha revelado esto a él. Ahora, es mi convicción personal que después de la resurrección esto le fue revelado, que cuando él salió de la tumba en la gloria de su vida de resurrección, dice en Mateo 25:18, les dijo a sus discípulos, “Toda potestad me es dada en los cielos y en la tierra.” Y creo que lo que eso está diciendo es que nada falta, tengo autoridad sobre todas las cosas.” Y después en Hechos 1:7 él dijo esto, “Pero a vosotros no os es dado el saber los tiempos y las sazones que el Padre ha puesto en su sola potestad.” Y él ya no se incluye ahí. Él dice a ustedes no les es dado.
Entonces, bien podría ser que después de la resurrección, su conocimiento quedó completo, es como si el Padre solo le reveló a él, el gran acontecimiento que seguía, y Él nunca le reveló el momento pleno de su segunda venida hasta que él ya había salido de la tumba y había logrado la resurrección y después el Padre le abrió el siguiente acontecimiento en su obra maravillosa, maravillosa.
Entonces él dice, “La gente no sabe, los ángeles no saben, y por ahora ni siquiera yo lo sé”, para mostrar la naturaleza inesperada, repentina y el misterio del momento de la venida de Jesucristo. Y después al final del versículo 36, “Si no solo mi Padre.” Y recuerde, él siempre lo llamó Padre, excepto por una ocasión cuando él dijo, “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” Porque él estaba muriendo en la cruz y estuvo separado de Dios. En todo momento, fuera de ese que le habló a Dios, le habló como Padre. Le habló a Él como Padre. Ese fue su término favorito para Dios, y “solo” es enfatizado.
Él es el único que sabe y claro, esa es la razón por la que creo que cuando Jesús entró en su gloria, sino fue inmediatamente después de su resurrección, ciertamente después de su ascensión, él entonces entró de regreso a la plenitud de aquello que él había conocido antes de la encarnación, y en este momento ahora, él sabe de manera plena cuándo es que ese momento de la segunda venida será. Pero en medio de esa encarnación eso había sido abandonado a favor de aprender lo que el Padre le diría y nada más.
Y entonces, no sabemos. Ese momento no lo conocemos. Y hay una razón para eso, porque el Señor quiere que toda generación viva expectante, no sabemos sobre que generación va a venir, pero cuando venga va a venir en un holocausto, y va a venir rápidamente. Y no sabemos que generación será. Inclusive la generación sobre la que venga, no va a conocer el momento exacto. Entonces, los cristianos desde el Nuevo Testamento, siempre han vivido con la expectativa de la venida de Cristo. Los corintios, por ejemplo, Pablo les escribe en 1 Corintios 1, y dice, “De tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la venida de nuestro Señor Jesucristo.” Hay una primera generación en la iglesia en Corinto esperando la venida del Señor Jesucristo. Están esperando como si fuera a venir en su propia generación.
Y después, en Hebreos, “No dejando de congregarnos”, el escritor dice en el capítulo 10, versículos 24 y 25, “Y mucho más cuando veáis que ese día se acerca.” Es como si esas personas que estaban recibiendo la carta a los Hebreos, estaban viviendo para ver que se acercara el día. Y después en Filipenses, el apóstol Pablo escribe en el capítulo 3, versículo 20, “Nuestra ciudadanía está en los cielos, de dónde también esperamos al Salvador, el Señor Jesucristo.” Pablo dice aquí, esperando a ver si viene en cualquier momento. Y en Santiago, usted encuentra exactamente lo mismo, en Santiago capítulo 5, versículo 8, “Sed pacientes, estableced vuestros corazones, porque la venida del Señor se acerca.” Y en 1 Pedro, capítulo 4 versículos 7, “El fin de todas las cosas se acerca.” Y en 1 Juan 2:18, “Son los últimos días.” Y en Apocalipsis 22:20, “He aquí, Yo vengo pronto. Amén. Ven Señor Jesús”, dice Juan.
Entonces, como puede ver, los escritores inclusive en el Nuevo Testamento estaban esperando la segunda venida de Jesucristo. No entendieron de manera plena el tiempo que pasaría, vivían con expectativa y toda generación debe vivir así, porque toda generación debe vivir preparada. ¿Entiende usted adónde voy? Ese es el punto. Si lo esperamos en cualquier momento, estamos preparados en cualquier momento. Y sólo Dios sabe cuándo será. Sólo Dios sabe cuándo ese momento específico se llevará a cabo.
Y entonces, usted hace la pregunta, ¿bueno, porque se está esperando? Y creo que le puedo dar una respuesta. La primera parte de esa respuesta viene de Apocalipsis capítulo 14, versículo 15. Y creo que él está esperando por esta razón. “Otro ángel salió del templo”, Apocalipsis 14:15, “clamando a gran voz, a aquel que estaba sentado en la nube.” Esa es una escena indicada para nosotros, en el versículo 14, del Hijo del hombre, el Señor Jesucristo sentado en el cielo, y el ángel viene y clama a gran voz “Mete la hoz, y cosecha, porque el tiempo ha llegado para que tu coseches, porque la cosecha de la tierra está lista. Y el que se sentó en la nube, metió su hoz en la tierra y la tierra fue cosechada.”
La imagen aquí es muy, muy importante. Usted planta y cuida de las plantas, y el grano crece hasta llegar a ser maduro, y después usted cosecha. Y el retrato aquí es este, el Señor ha esperado que madure la maldad. Él ha esperado que madure el pecado y Dios no va a entrar en juicio sobre este mundo hasta que la cosecha esté madura, hasta que el pecado haya llegado a su fin, en su curso. Hasta que se haya desgastado, por así decirlo, hasta que toda la impiedad del misterio de la iniquidad, esto es, la maldad de la maldad que está por ser revelado, y es difícil imaginar que pueda haber aún más maldad que está por ser revelada, ¿verdad? Es difícil imaginar eso en nuestro mundo, pero la maldad no revelada de ese tiempo futuro cuando el pecado siga su curso de manera abierta, llegará a su ápice, a su clímax, y entonces, la hoz será sacada y la cosecha se llevará a cabo.
Entonces, la razón por la que Dios ha esperado durante estos dos mil años, es en primer lugar, porque él está permitiendo que el pecado siga su curso, se desgaste a sí mismo, se madure hasta el punto que finalmente de manera plena y para siempre sea cosechado. Hay otra razón, y esa razón nos es indicada en Romanos capítulo 11, versículo 25 y dice, “Porque no quiero hermanos que ignoréis este misterio, esta verdad no revelada, no sea que seáis arrogantes a vuestros propios ojos, sino que ceguera en parte ha acontecido a Israel, hasta que la plenitud de los gentiles haya entrado.” La plenitud de los gentiles habla de congregar a la iglesia en esta época.
Y creo que otra razón por la que el Señor espera es para congregar a la iglesia. Creo que él está esperando congregar a todos los santos, cuyos nombres están escritos en el libro de la vida del Cordero. Él está esperando recoger a los gentiles que, por los siglos de los siglos, a lo largo de la eternidad le darán gloria, le darán alabanza, le darán honor, le darán adoración y lo servirán. Él está recolectando a ocupantes para su cielo eterno, para alabar y glorificar su nombre. Y también, después que la plenitud de los gentiles haya entrado, versículo 26 dice, “Y entonces, todo Israel será salvo.” Tiene que haber también en el futuro, la salvación de Israel para que el judío y gentil juntos por toda la eternidad puedan alabar a Dios.
Entonces, se ha llevado a cabo un tiempo desde la primera venida. Hemos estado esperando estos dos mil años y él no ha venido aun, y las razones son dos: una que el pecado se madure, y dos, que los redimidos que han sido planeados para su gloria eternamente sean llevados a esa gloria eterna. Entonces, es para el pecado, y para la salvación. Ahora, vea 2 Pedro capítulo 3 por un momento. Y esto también se relaciona con el mismo punto. En 2 Pedro, capítulo 3, decimos, hombre esto está tomando mucho tiempo, esto sigue, y sigue, y sigue. ¿Y cuándo va a acabarse? Pero lo que olvidamos en el versículo 8, “No seáis ignorantes de esto, que un día para el Señor son como mil años, y mil años son como un día.”
En otras palabras, Dios no lleva un reloj. Y lo que nos parece un período largo de tiempo, es porque somos del tiempo, y no es tiempo en absoluto para un Dios sin tiempo, eterno, “Y el Señor no retarda su promesa, como algunos lo tienen por tardanza.” No es que él no la pueda cumplir o que no está viviendo al nivel de su Palabra, no la está cumpliendo. Está esperando porque él es paciente para con todos, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento. Él está esperando a que todos los gentiles, y todos los judíos planeados desde la eternidad pasada, hayan llegado a la redención. Y después vendrá la segunda venida. No es que él no puede actuar, es que él está reuniendo a sus redimidos. No es que mucho tiempo ha pasado porque para Dios no ha pasado tiempo en absoluto.
Entonces, ¿qué tan necios son los burladores en el versículo 3? “Burladores vendrán en los días postreros, siguiendo sus propias concupiscencias”, dice el versículo 4, “diciendo, ¿dónde está la promesa de su advenimiento? ¿dónde está la promesa de su venida?” “No va a venir, hemos esperado y esperado, y esperado, y esperado” “Y desde que los padres durmieron, regresando hasta los patriarcas, todas las cosas continúan como desde el principio de la creación.” Dicen, “somos uniformitarios, uniformitarios.”
Ahora, creemos en la teoría de la uniformidad, todo sigue igual, nada nunca cambia. Pero para decir eso, versículo 5 dice, tienen que ser ignorantes, de que por la palabra de Dios los cielos en la antigüedad, y la tierra salieron del agua, y por el agua en ese entonces el mundo fue inundado y pereció. Tienen que ignorar de manera deliberada el diluvio. Escuche, el mundo no siempre ha sido igual. Dios acabó con el mundo entero excepto por 8 personas, ¿no es cierto? en el diluvio. No ha continuado todo igual. Y hay evidencia por todo el mundo, por todo el globo de un diluvio universal mundial, en dónde Dios ahogó a toda la civilización humana.
En Génesis capítulo 6, Dios vio a toda la humanidad, y él no vio nada más que impiedad y maldad continuamente y decidió ahogarlos a todos, excepto por las ocho almas justas que estuvieron sobre la faz de la tierra. Noé, su esposa, tres hijos, y tres esposas. Y si usted va a decir, “Bueno, todas las cosas siempre han continuado como son.” Ha olvidado que eso pasó. Todas las cosas no han continuado como son. La razón por la que hay un tiempo aquí, es porque en el versículo 8 Dios ni siquiera ve el tiempo. Y, en segundo lugar, porque él está esperando congregar a todos sus elegidos.
Pero versículo 10, dice: “El día del Señor vendrá, ¿no es cierto? vendrá. Y vendrá como ladrón en la noche, de manera inesperada y repentina, es el punto, cuando no lo esperamos, cuando no lo pensamos, cuando no nos damos cuenta. Y después él explica que van a pasar los cielos y la tierra, y todo esto. Y me parece interesante que Pedro en cierta manera incluye el panorama general de la segunda venida, y no hace una distinción, y con eso quiero decir esto, en el momento cuando el Señor venga en su segunda venida, para comenzar con su reino de mil años, los cielos son cambiados dramáticamente, y la tierra es cambiada también. Sabemos eso, las estrellas caen, la luna no da su luz, el sol se apaga, toda el agua, el agua fresca, el agua salada, las configuraciones de la tierra son cambiadas, todo está en caos, las potencias de los cielos son sacudidas.
Creemos que todo esto va a pasar, se va a llevar a cabo en el período milenial, conforme él recrea por así decirlo, un nuevo cielo y una nueva tierra para el reino, para el milenio. Habrá en un sentido un nuevo tipo de cielo y una nueva tierra, en la segunda venida. Después al final del reino en Apocalipsis 21, Juan habla de los cielos nuevos, y la nueva tierra. Y creo que debemos ver entonces, que ese es un proceso de recreación de dos fases, por así decirlo, que cuando Jesús venga, habrá una modificación del universo. Y al final del reino habrá una recreación de un nuevo cielo y una nueva tierra que son eternos. Durante el reino, será una tierra restaurada como la conocemos, y cielos restaurados como los conocemos, en el estado final será un nuevo cielo y una nueva tierra, algo que nunca hemos conocido.
Entonces, en un sentido, Pedro simplemente nos lleva a toda la disolución de todo, al fin del reino. Y nos dice, de hecho, que cuando Jesús venga, habrá una desintegración de todo como lo conocemos en el espacio y en la tierra, y un nuevo cielo y una nueva tierra. Él dice en el versículo 13. Y entonces, en ese sentido, él aparentemente nos está llevando al cambio total que viene al fin del reino. Pero ese cambio comienza antes de los mil años, conforme tenemos un cielo restaurado, y una tierra restaurada. Y sabemos eso, porque el colapso es muy claro en la tribulación, y algo nuevo sale de eso, y después finalmente algo inclusive más glorioso en el estado eterno.
Entonces, es interesante pensar en esto. Dios creando en un mundo no caído, después el mundo es caído, después el mundo restaurado como el Señor quiere que lo sea para el reino del Señor Jesucristo, y después en ultimas es recreado para el nuevo cielo y la nueva tierra en el estado eterno. Entonces, la historia del globo, en un sentido, y del universo, puede ser visto en esta gran literatura profética. Ahora, va a venir, entonces, dice Pedro. Va a venir. ¿Cuándo va a venir? Nadie lo sabe.
Ahora, regresemos al versículo 36, “Nadie realmente conoce el día y la hora exactos.” Conocemos la generación, ¿verdad? Sí, verdad, porque es la generación que ve los dolores de parto, versículos 32 al 35. Esa es la generación, pero el día y la hora, nadie sabe. Nadie sabe. Entonces, ¿cuál debe ser la actitud de toda generación? ¿cuál debe ser la actitud de toda persona, debido a que no conocemos el momento exacto? Particularmente, ¿cuál debe ser la actitud de la gente que ve los dolores de parto? ¿cuál debe ser la actitud de esta generación que esté viva en ese tiempo? La generación que ve la abominación desoladora, la generación que ve cómo se levanta el anticristo, la generación que ve el cambio de la faz de la tierra, que ve todos los desastres naturales y espirituales y sobrenaturales y lo que sea. ¿Cuál debe ser su actitud?
En primer lugar, debe ser alerta. En segundo lugar, estar listos. Y, en tercer lugar, fidelidad. Y vamos a ver únicamente la primera, alerta. Versículo 37. La naturaleza inesperada de la segunda venida llama a estar alertas. “Pero como los días de Noé fueron, así será la venida del Hijo del hombre.” Ahora, aquí de nuevo encontramos lo que Pedro hace en la epístola al relacionar la segunda venida del Señor Jesucristo y su juicio, su holocausto cataclísmico de juicio, de regreso al diluvio. Es la única ilustración en la historia humana que puede apenas acercarse porque destruyó de manera total la faz de la tierra.
Y entonces, vamos a descubrir que la actitud que prevaleció durante el tiempo de Noé, será la actitud que prevalecerá durante el tiempo de la segunda venida. Eso es lo que él quiere decir cuando dice, “Como los días de Noé fueron, así será la venida del Hijo del hombre.” Será como fue en el tiempo de Noé, apenas antes de la venida del Señor Jesucristo. Sabe, no solo la gente no conoce el día y la hora de la venida del Señor, pero la mayoría de ellos ni siquiera les va a importar. Inclusive con todas las señales, y todas las maravillas, y todas las cosas que estén pasando, no les va a importar. Ni siquiera van a pensar en eso. Ni siquiera van a estar considerando eso como una alternativa. Es difícil imaginar eso. Digo, realmente es difícil imaginar eso.
Estarán burlándose como en 2 Pedro capítulo 3, y van a estar sacando sus pequeñas reglas, y van a estar sacando sus pequeñas tablas, y van a estar con sus computadoras, y van a estar analizando el universo para tratar de explicar científicamente porque todo está entrando en caos. Porque hay terremotos, y porque hay todo tipo de movimientos en los cielos, y porque las mareas están mal, y porque la luna no da su luz, y porque el sol no está funcionando apropiadamente. Y porque la luz en el día se ha acortado, y porque hay sangre en los mares, y amargura en el agua fresca y porque la gente se está matando entre sí, y porque hay masacres terribles por todo el mundo.
Van a estar tratando de entender todo esto sociológicamente, científicamente, racionalmente, pero no van a buscar la verdad de la Palabra de Dios. Dice usted, “Es casi imposible creer eso.” Pero es exactamente correcto. Digo, porque esperaríamos que fuera diferente que cuando el Señor Jesucristo estuvo aquí la primera vez, ¿verdad? Digo, podían verlo, podían oírlo. Lo vieron quitar la enfermedad de la tierra de Palestina, lo vieron resucitar a los muertos, y aun así no podían concluir las cosas correctas. De hecho, los líderes religiosos decidieron que él era del diablo.
Entonces, la mente del hombre está cegada, ¿lo ve? Y el mundo del tiempo de nuestro Señor fue tan egoísta, estuvo tan centrado en sí mismo, tan religioso, tan hipócrita, tan materialista, tan pecaminoso, tan malo, tan carente de vida espiritual y percepción que ni siquiera podía ver al Salvador cuando caminó en medio de ellos. ¿Por qué esperamos que el mundo del futuro sea diferente cuando vean las señales de su venida? En Mateo capítulo 16, recuerda usted los primeros tres versículos, una condenación tremenda. Los fariseos y los saduceos vinieron y probaron a Jesús, y deseaban que les mostrara una señal del cielo. Digo, es ridículo preguntar algo así. Danos una señal del cielo. Habían visto miles y miles de señales como esas de él.
Y él les respondió y les dijo: “Cuando es tarde, dicen, ‘Buen clima y el cielo está rojo. Y en la mañana dicen, ‘Hay mal clima hoy porque el cielo está rojo, y nublado.’ Hipócritas que pueden discernir el cielo, pero no pueden discernir las señales de los tiempos.” Deben ser los líderes, ustedes son muy buenos en identificar el clima, pero no tenían ni idea de lo que Dios está haciendo. Como puede ver, cierran sus mentes a la verdad de Dios, así como la historia de Israel ha sido una historia de ignorar la Palabra de Dios. Ignoraron a los profetas de Dios, ignoraron los milagros de esos profetas, ignoraron las palabras de esos profetas, asesinaron a los profetas, asesinaron al Hijo de Dios. Y cuando vengan las señales de su venida, y la gran tribulación, el mundo estará igual de oscuro, igual de imperceptible, igual de ciego como siempre lo ha sido a lo que está pasando. Y hará lo que siempre han hecho, lo van a justificar mediante algún medio racional.
El hecho es que van a ser más impíos en esa época que en cualquier otra época en la historia del mundo. La Biblia nos dice en 2 Tesalonicenses capítulo 2, que durante el tiempo de la tribulación el que refrena es quitado. El Espíritu Santo en el mundo en la actualidad está refrenando la maldad, conteniendo la maldad. Es como si Él está dejando que hay más todo el tiempo, pero finalmente cuando la tribulación venga, Él quita sus manos y deja que la maldad corra de manera desatada. Y después Apocalipsis 9 dice que el infierno saca a todos los demonios que han estado atados temporalmente, y se apoderan de la tierra, de tal manera que la población de los demonios inmediatamente se incrementa de manera dramática. Y después nos dice que Miguel y Satanás tienen una lucha, y Satanás es expulsado del cielo a la tierra, Apocalipsis 12.
Entonces, ahora tiene a Satanás en la tierra, y todos los demonios que han estado afuera del infierno, y salen como ranas inmundas, por así decirlo, saliendo del infierno, y todos los demonios que ya están ahí, sin refreno en el mundo, simplemente, el mundo se entrega al pecado, y ese tipo de mundo más allá de lo que podemos imaginar. Esa es la razón por la que es llamado el misterio de la iniquidad. Esa iniquidad a un nivel que aún no ha sido revelado, conocido, ni experimentado en 2 Tesalonicenses 2, ese mundo será tan vil, tan miserable, estará tan preocupado con el pecado, y el sexo, y las drogas, y el alcohol, tan inmerso en su preservación materialista de la economía política de Babilonia, tan mala, tan llena de odio entre sí hacia Dios, hacia la verdad, que cuando todo esto suceda, habrá todo tipo de explicaciones excepto por la disposición de entender la verdad. No van a estar dispuestos a entender la verdad. Y él dice, será como en los días de Noé.
Cómo puede ver, en los días de Noé la gente ignoró la verdad, ¿no es cierto? ¿Sabe usted por cuanto tiempo predicó Noé? 2 Pedro 2:5 lo llama, Noé predicador de justicia. Usted piensa que él simplemente construyó una caja grande, esa es la palabra para la palabra de una caja de madera. Él construyó una caja grande de madera en medio del desierto, y le dijo a la gente que iba a venir un diluvio. Y se rieron porque nunca había llovido. No había existido algo como la lluvia, no había agua ahí. Y, ¿sabe por cuánto tiempo construyó ese barco? 120 años. Y se rieron, y lo ridiculizaron, y se burlaron, y lo menospreciaron. Pero 2 Pedro 2:5 dice que él fue un predicador de justicia. Él no solo fue un constructor de barcos, él fue un predicador. Antes de que él fuera un constructor de barcos, él fue un predicador. Y por 120 años, mientras que el construyó el barco, a él le debieron haber preguntado un millón de veces, ¿por qué estás construyendo el barco? ¿verdad? ¿por qué estás construyendo el barco?
Y ese fue el gatillo para el sermón porque Dios va a juzgar la impiedad de este mundo, y solo aquellos que ponen su fe en él van a escapar. Y estoy construyendo el barco como una manera de escapar, ¿les gustaría subirse? Y se burlaron, y se burlaron, y se burlaron por 120 años, siguieron con la vida como si no pasara nada, mientras que él predicó juicio, predicó juicio, predicó juicio, y se los demostró al construir una gran caja de madera en medio de todo, para que todo mundo la viera y no le creyeron. Y estoy seguro que la primera vez que cayó una gota en la nariz de una persona, pensaron que un dinosaurio había estornudado detrás de un monte o algo así. Aun así, no lo creyeron. No querían creer eso. Pudieron haber inventado todo tipo de excusas para no creer eso. Bueno, ¿cómo fue en los días de Noé?
Versículo 38, “Cómo en los días de Noé, antes del diluvio”, esto es la gente, “estaban comiendo y bebiendo y casándose y dándose en casamiento, hasta el día en el que Noé entró al arca. Y no lo supieron hasta que el diluvio vino y se llevó a todos, así será también la venida del Hijo del hombre.” Increíble. 120 años este hombre predicó y predicó, y predicó, y predicó y predicó, y no lo creyeron, hasta que fueron llevados en el diluvio. Y van a haber señales y señales, y señales durante tres y medio años, 42 meses, 1260 días. Van a haber señales claras a nivel mundial de que todo está deshaciéndose, y van a haber predicadores de justicia, los 144 mil, los dos testigos de Apocalipsis 11, la multitud redimida de gentiles de todo el mundo de Apocalipsis 7. Y van a ser ayudados por el evangelio predicado por el ángel que predica el evangelio eterno, por todo el globo, van a oír el mensaje, pero no lo van a creer, no lo van a creer hasta que literalmente sean llevados en el holocausto definitivo de juicio en la segunda venida. Van a inventar todo tipo de razones para burlarse y mofarse y reírse y ridiculizar. Y si fueron así de impíos en el día de Noé, serán más impíos en el día de la venida del Hijo del hombre.
Ahora, observe lo que dice, estuvieron comiendo y bebiendo, casándose y dándose en casamiento. Ahora, eso no son pecados. Comer y beber no son pecados, y casarse y darse en casamiento no son pecados. El casarse se refiere a la gente que se casa, dar en casamiento se refiere a las familias que dan a sus jóvenes para que se casen. Lo que significa es que la vida siguió como siempre, ¿verdad? Simplemente significa que siguieron con la rutina, simplemente vivieron como si nada fuera a cambiar jamás. No les importó lo que estaba pasando, no vieron sus implicaciones, siguieron comiendo en el día de Noé y bebiendo y casándose y dando en casamiento como si nunca hubiera un fin.
Entonces, comer y beber eso es rutina personal, casarse y dar en casamiento eso es rutina familiar, actividad social. Simplemente siguieron con los ciclos de actividades normales, personales, familiares, y de actividades, la vida como es normal. Simplemente siguieron viviendo la rutina, trataron de ajustarse un poco a esta persona Noé, y lo que él estaba diciendo, pero la vida siguió como siempre, y eso es exactamente lo que sucederá en la tribulación. Nosotros, creo, como cristianos vivimos bajo alguna idea de que cuando todo esto comienza, por todo el mundo, la gente simplemente va a estar pensando aquí estamos, aquí estamos, escuche, habrá un remanente redimido. Habrá un remanente redimido, masivo, incontable, innumerable según Apocalipsis 7. Habrá un avivamiento y la fe de la nación de Israel, pero también habrá un rechazo mundial de todas estas cosas como si tuvieran algo que ver con algo relacionado con Dios, secularismo, el epítome de esto. Y en los días de Noé, antes del diluvio simplemente siguieron con su rutina hasta el día que Noé entró en la kibtos, el arca, la caja.
Y después, usted sabe lo que dice en Génesis 11 al 16, que cuando entraron al arca que, cerraron la puerta. Y probablemente no tomó mucho tiempo para que el agua comenzara a elevarse y algunas personas empezaron a tocar, pero era demasiado tarde. No se dieron cuenta, versículo 39, ginsk, no se dieron cuenta hasta que el kataklusmos vino, cataclismo. Significa lavar, hasta que el lavado vino, hasta que los lavó a todos, se los llevó a todos en condenación a la muerte, al juicio, a una eternidad impía.
Y entonces, así será la venida del Hijo del hombre, hacia el final del versículo 37. Y así será la venida del Hijo del hombre, dice al final del versículo 39, 2 veces dice eso, será igual. La vida como siempre, siguiendo con la rutina hasta que sea demasiado tarde, demasiado tarde. Devastación instantánea. Y entonces, esa generación será como la generación de Noé, advertida, y advertida y advertida y advertida, y advertida. Esa generación fue advertida por 120 años. La gente vivía más tiempo antes en ese entonces. La generación futura será advertida durante tres y medio años. El hecho es que están siendo advertidos en este momento, están siendo advertidos desde que el Nuevo Testamento fue escrito, sea cual sea la generación que esté viva cuando eso suceda, podría ser esta, pero no van a despertar a esta realidad hasta que sean llevados en juicio.
Y después él se vuelve muy específico en el versículo 40 y 41, “Habrán dos en el campo, uno será llevado el otro se quedará. Dos moliendo, uno será llevado y el otro se quedará.” La palabra “uno” en el versículo 40, es masculino en género, el uno en el versículo 41 es femenino en género. Eso significa que el versículo 40 habla de un hombre en el campo, dos hombres en el campo, uno es llevado, uno se queda. Versículo 41, de mujeres, dos mujeres moliendo, una es llevada y otra se queda. La tarea del hombre en esa parte agricultural del mundo, en ese entonces era estar en el campo y las mujeres estaban ahí con la piedra moliendo aquello que era cosechado por los hombres.
Entonces, la vida será como siempre. Y en medio de la rutina de la vida, uno será llevado. ¿Qué queremos decir con llevado? He oído a personas decir que esto se refiere al rapto. Usted no puede meter al rapto aquí. El rapto ya pasó mucho antes que esto. Esto está hablando de ser llevado en juicio. Regrese al versículo 39, “hasta que el cataclismo vino, y se los llevó.” Está basado en eso, es basado en ese retrato del diluvio, llevándose a los hombres a la muerte. Dos van a estar en el campo, cuando ese diluvio devastador final de fuego venga. Y uno es llevado en juicio, dos moliendo y una es llevada en juicio, y la otra se queda. La otra se queda, ¿para que se queda? Se quedan para entrar ¿a qué? Y se volverán aquellos que pueblan el reino milenial. Son los redimidos.
Entonces, usted tiene a personas trabajando, algunos serán creyentes, y otros serán incrédulos. Los incrédulos serán llevados y los creyentes serán preservados. Por cierto, ese proceso de separación es descrito a detalle en el juicio de las ovejas y los cabritos, en Mateo 25:31-46, en dónde él se lleva a los cabritos por un lado y los envía al castigo eterno, sus ovejas por otro lado, les da el reino, entonces se quedan. Muy importante. Se quedan para el reino.
Entonces, esto es lo que debemos tener en mente. Cuándo el reino milenial venga, y comience, la gente que se quedará para entrar, serán creyentes que no son llevados en el juicio de todos los impíos. Entonces, el reino sobre la tierra, el reino milenial será poblado por aquellos creyentes que han vivido este reino de terror del anticristo, y él no los ha destruido, todavía están vivos cuando Cristo viene. Cristo se lleva en un holocausto de juicio a todos los impíos, pero los piadosos que todavía quedan y que están vivos, entrará a su reino milenial para poblar ese reino.
Entonces, ese reino es poblado, por lo tanto, con seres físicos, personas reales como nosotros que vivieron el reinado del anticristo de terror, que creyeron la verdad del evangelio y no fueron destruidos. Quizás algunos de ellos, inclusive creyeron en el último momento. ¿Se acuerda usted de lo que dice en Hechos capítulo 2, que en el momento mismo cuando el Señor viene, describe a todos esos acontecimientos citando de Joel 2, y dice que, en ese gran tiempo, usted sabe, cuando las señales en los cielos se lleven a cabo, y el reino esté por comenzar, todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo? Yo creo que, en ese momento final, conforme el rey viene a establecer su reino, habrá algunos que invocarán el nombre del Señor apenas para ser salvos a tiempo. Serán preservados junto con aquellos que creyeron antes de eso durante el tiempo de la tribulación, y juntos entrarán en ese período del reino para poblar la tierra, para reproducirse, para tener hijos, para vivir el reino que Dios prometió en el Antiguo Testamento.
Y entonces, se quedarán. Y entonces, habrá un tiempo de gran separación cuando él venga. Ahora, todo eso para decir esto, versículo 42, muy importante, “Velad, por tanto, porque no sabéis a qué hora vuestro Señor viene.” Cuando el Señor venga los impíos serán llevados, y los justos serán dejados, permaneciendo seguros para entrar al reino, esa es la promesa. Pero no sabemos, y la generación que esté viva en ese tiempo no lo sabrá, el tiempo exacto de eso.
Entonces, necesita haber preparación. Simplemente van a seguir con la vida. Dos en un campo, dos moliendo y, por cierto, Lucas 17:34 añade: “Dos acostados”, lo cual es una nota interesante. Y debió haber sido una indicación para alguna de las personas de la antigüedad, que la tierra era redonda, porque usted tiene luz de día, en una parte del mundo, y noche en la otra, y usted debe tener un globo esférico. Pero el mundo seguirá con su rutina, y vendrá el juicio. Y después la puerta será cerrada para siempre. Así como en Mateo 25:10, en la parábola de las vírgenes. Dice que las que estaban listas entraron con él a la boda, y la puerta se cerró. Cuando ese tiempo venga, una separación se llevará a cabo. Y el Señor sabe cómo hacer esa separación. Él sabe. Él sabe a quién dejar y a quien llevarse.
En Malaquías usted sabe, cuando él estaba exhalando juicio, juicio, juicio, dice y aquellos que fueron justos, aquellos que amaron al Señor, creían en el Señor, tuvieron fe en él, se reunieron y hablaron el uno con el otro, y usted sabe lo que ellos dijeron, fue hombre, quizás seamos llevados también en todo esto, y después la palabra de Dios les dice, No serán míos en el día en el que yo haga mis joyas. Es como para decir que el Señor sabe los que son suyos, ¿verdad? Él sabe.
2 Pedro 2:4, “Y si no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que los arrojó al infierno, y los entregó a prisiones de oscuridad para ser reservados para el juicio, y si no perdonó al mundo de la antigüedad, sino que salvó a Noé, a la octava persona, predicador de justicia, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos.” En otras palabras, si Dios supo quiénes eran los ángeles pecaminosos y los castigó, y salvó a los buenos, si Dios supo quiénes eran las personas pecaminosas, y las destruyó y salvó a Noé, y a los justos, y convirtió a las ciudades de Sodoma y Gomorra en cenizas, condenándolas, haciéndolas un ejemplo para aquellos que después de ellas vivieran de manera impía, y libró al justo Lot.
En otras palabras, si Dios supo cómo sacar a Lot de Sodoma y Gomorra, y a Noé del diluvio, y a los ángeles santos de la devastación del cielo, entonces, versículo 9, “Sabe el Señor librar a los piadosos de la tentación”, o de la prueba. Entonces, cuando venga el juicio el Señor sabrá cómo distinguir y después reservar a los injustos para el día del juicio para ser castigados, 2 Pedro 2:9.
Entonces, él sabe cómo separarlos. Pero la palabra aquí versículo 42, estén alertas, es un presente imperativo, estén continuamente alertas. Toda generación, toda persona esté alerta, porque no sabéis a qué hora viene nuestro Señor. Es un clamor a la vigilancia constante, a la, a estar alerta de manera constante. Él vendrá y los hombres que reconozcan que él está por venir estarán alertas a esa venida, espiritualmente conscientes.
Escuche, esto no es ficción, esto es hecho. Así va a ser. Así como los profetas dijeron como sería en su primera venida y él cumplió toda profecía, así él lo hará en su segunda venida. Velad, por tanto, porque no sabéis a qué hora viene su señor. Y si no es su señor ahora, él será su Señor en ese entonces, y su señorío será manifestado en su derecho a enviarlo a usted a la eternidad, al infierno, al castigo. Él es Señor, y en ese momento toda rodilla se doblará, algunos en adoración amorosa, algunos en terror, pero toda rodilla se doblará.
Inclinémonos en oración. Al cerrar esta mañana, usted, yo, todos nosotros podríamos estar viviendo en esa generación que verá el rapto de la iglesia, el holocausto de la tribulación, la señal del Hijo del hombre, y el nacimiento del reino. Podría ser esta generación, ¿está usted listo? ¿Está usted alerta? ¿Está usted identificando las señales de los tiempos? ¿Está en una relación correcta con el Señor Jesucristo? Esa era entera de tiempo final, creo yo es iniciada por la remoción de la iglesia. Y seremos guardados de esa hora que viene para probar al mundo entero.
Y lo invito a usted a venir a Jesucristo, y con nosotros para ser guardado de esa hora. Y mientras que el mundo esté atravesando los terrores de la tribulación, estaremos regocijándonos en la presencia del Salvador, en el cielo. Viviendo en el lugar que él ha preparado para nosotros. Y si usted no conoce al Señor Jesucristo, usted podría conocerlo mediante un acto simple de fe, al invitarlo a su vida, Aquel que vivió y murió y resucitó por usted. Confiese su pecado, abráselo como su Señor y Salvador.
Y aquellos de ustedes que son cristianos, de nuevo, quiero hablarle también a mi propio corazón. Es un recordatorio para nosotros de que necesitamos hacer inversiones que son eternas. Todo esto se va a quemar, todo esto va a ser destruido, y solo lo que hemos invertido en la eternidad sobrevivirá, permanecerá. Y simplemente le pido a Dios a que renueve mi compromiso para hacer inversiones eternas con todo lo que tengo, todo lo que tengo, posesiones, recursos, capacidades, tiempo, todo.
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