Estoy tan profundamente agradecido por las personas con las que Dios me ha rodeado en mi propia familia, comenzando con Patricia, y todos mis hijos y nietos, y el resto de la gente que el Señor ha traído a mi vida que ha servido aquí, que han sido parte de esta iglesia. Este es un viaje que todos hemos tomado juntos, no es algo que es hecho en aislamiento de ninguna manera, y para que yo pueda hacer las cosas que he determinado hacer en mi corazón y que el Señor me ha capacitado para hacer, muchas otras cosas tenían que ser hechas por otras personas que han hecho bien y noblemente todas las tareas que podían imaginarse haber sido hechas para capacitarme para hacer lo que quiero hacer y siento que Dios me ha llamado a hacer.
Y entonces, este es un deleite para mí llegar a este punto y poder decirles gracias por hacerlo posible. Gracias por no correrme de aquí cien veces a lo largo de los años. Estoy agradecido por su amor y su apoyo y su aliento en tantas maneras, y lo digo en serio, todos ustedes. Y ustedes conocen todas las cosas que han hecho para hacer que este ministerio sea posible y gozoso, y soy el más bendecido. Para mí, claro, el gozo está en el estudio. Las horas y horas de estudio cada semana por todos estos años me han beneficiado inmensamente. Ustedes reciben el sobrante de eso, reciben una hora. Es como una proporción de una a doce, por cada 10 o 12 que paso, ustedes reciben una. Entonces soy el que es más recompensado, les voy a decir eso.
Llegamos esta mañana al final del Evangelio de Marcos. Pero antes de que veamos el final del Evangelio de Marcos quiero que vaya a 1 de Corintios capítulo 15, 1 de Corintios capítulo 15. Vamos hablar de la resurrección del Señor Jesucristo, y quiero comenzar al tomar del apóstol Pablo una porción de su escrito inspirado que presenta la importancia de la resurrección frente a nosotros. En 1 de Corintios 15 y versículo 1, Pablo escribe: “Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual, asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.
Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas, o Pedro, y después a los doce. Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí.”
Notará por las palabras aquí del apóstol Pablo que la resurrección ocupa esta porción de la Escritura con la huella más grande. Hace una referencia a la muerte de Cristo, hace una referencia a la sepultura de Cristo, pero el énfasis principal está en las evidencias de Su resurrección. La razón de eso es que la resurrección no es simplemente un componente del evangelio, no es meramente una característica del evangelio, es el evento principal. De hecho, es el evento más grande en la vida de nuestro Señor Jesús. Y dado que Su vida es la vida más grandiosa, es el evento más grandioso de toda la historia humana. Es el evento culminante de la redención divina. Es la piedra angular de la promesa del evangelio.
La resurrección es la fuente de vida eterna para nosotros los que creemos. De hecho, sin la resurrección la cruz no significaría nada, la enseñanza de Jesús no significaría nada, las obras de Jesús no significarían nada, porque sin la resurrección no habría salvación. La resurrección no es el epílogo, es el clímax de la vida de Cristo y Su obra. La iglesia no se reúne y nunca se ha reunido el viernes, por importante que sea la cruz, la iglesia siempre se ha reunido el domingo porque la iglesia siempre ha entendido la prioridad de la resurrección.
Y, por cierto, la resurrección de Cristo es básicamente la clave para nuestra propia resurrección, y lo que es exclusivo del cristianismo es que a los que creemos en Cristo se nos promete ser resucitados de entre los muertos, física, literalmente, corporalmente, como Él fue, en una forma de resurrección en la que viviremos para siempre. No existe tal promesa en el islam. No existe tal promesa en el hinduismo, el budismo o cualquier otra religión mundial. Lo que es exclusivo del cristianismo es la promesa de una resurrección física en una forma que será perfecta, gozosa y eterna.
Volviendo por un momento a 1 Corintios 15 y el versículo 14, leemos esto: “Si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan. Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron. Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres.” Y luego el versículo 20 dice: "Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos”.
Al regresar al evangelio de Marcos, algunos comentarios que podrían ayudarnos a establecer el escenario. Los cuatro escritores de los evangelios cuentan la historia de la resurrección. Mientras los cuatro cuentan la historia de Su crucifixión, los cuatro la siguen con Su resurrección. Cada uno de los escritores - Mateo, Marcos, Lucas y Juan - aportan a la historia elementos y características únicos. El resultado es una combinación poderosa y magnífica de todos estos relatos inspirados para darnos la revelación completa de este magnífico evento histórico. No falta nada. Cuando juntamos Mateo, Marcos, Lucas y Juan, obtenemos todo lo que el Espíritu de Dios inspiró y quiso que supiéramos.
Sin embargo, en medio de esta rica armonía de relatos de la resurrección de Jesucristo, falta una cosa. Puede que se sorprenda de lo que es. Es la resurrección misma. No hay ningún relato de eso. No hay una descripción de lo que sucedió. El fenómeno no se describe. Nadie lo vio, y de hecho, nadie pudo explicarlo. Cómo sucedió es incomprensible, sobrenatural, como la creación. Que sucedió es el asunto crítico, y ese hecho está plenamente establecido por los cuatro escritores.
El relato de Marcos es el más breve. Pero estamos acostumbrados a eso con Marcos, ¿no? Parece tener prisa. La palabra familiar en Marcos es "inmediatamente, inmediatamente, inmediatamente, inmediatamente". Escuche su relato, comenzando en el versículo 1 del capítulo 16: “Cuando pasó el día de reposo, María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé, compraron especias aromáticas para ir a ungirle. Y muy de mañana, el primer día de la semana, vinieron al sepulcro, ya salido el sol. Pero decían entre sí: ¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro? Pero cuando miraron, vieron removida la piedra, que era muy grande. Y cuando entraron en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, cubierto de una larga ropa blanca; y se espantaron. Mas él les dijo: No os asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar en donde le pusieron. Pero id, decid a sus discípulos, y a Pedro, que él va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo. Y ellas se fueron huyendo del sepulcro, porque les había tomado temblor y espanto; ni decían nada a nadie, porque tenían miedo.” Y ese es el final de Marcos.
Dice: "Espera un minuto, hay más en mi Biblia". Se lo explicaré esta noche. Pero el versículo 8 es el final de Marcos. Termina abruptamente; pero también termina climáticamente, ¿no es así ?, con asombro y maravilla. Los versículos 9 al 20, notará que en su Biblia probablemente están entre corchetes, o hay una nota marginal que explica que estos versículos no aparecen en los manuscritos más antiguos. Entonces, Marcos termina su evangelio con la ardiente realidad de la resurrección de Jesucristo que se apodera de las almas de estas mujeres con asombro y maravilla.
Cada uno de los cuatro evangelios, como dije, da diferentes detalles de la resurrección. Mateo tiene mucho más que decir más allá de donde Marcos detiene la narración, Lucas tiene mucho más que decir más allá de donde Marcos detiene la narrativa, Juan tiene mucho más que decir donde Marcos detiene la narrativa, y esto da testimonio del hecho de que la escritura de los Evangelios no fue una especie de operación artificial por parte de un comité de personas que intentan que todo encaje perfectamente.
Este no es un grupo de personas que están sentadas escribiendo historias de una sola fuente común, como si existiera alguna fuente de la cual Mateo, Marcos, Lucas y Juan escribieron sus evangelios. Si todos estuvieran escribiendo desde una fuente común, estarían prácticamente diciendo lo mismo. Estos son escritores inspirados individualmente y están escribiendo a partir de sus propias experiencias. Resulta que Marcos se sentó a los pies de Pedro, y reflejó gran parte de la visión de Pedro de las cosas que nos presenta esa perspectiva.
Pero no hay ningún esfuerzo artificial para que todo coincida. Hay, más bien, a lo que estamos muy acostumbrados en este mundo, y esa es la providencia de Dios por la cual Dios toma todas las experiencias y todas las palabras y todos los sentimientos y toda la escritura de estos cuatro hombres, y ellos escriben lo que hay en su corazón para escribir, y lo escriben de la manera que lo entienden, y el Espíritu Santo prevalece sobre todo para que por la providencia de Dios armonice perfectamente.
Así es como trabaja la divina providencia todo el tiempo. Las realidades, las historias son reales, son naturales, son personales. Las experiencias de cada persona individual y cada evento individual son una verdadera expresión de esa persona sobre la que se está escribiendo y, sin embargo, todo se combina perfectamente. Debería sorprenderse de lo mucho que eso da fe de la autoría divina de las Sagradas Escrituras.
Y recuerde también que hay algunas variaciones en lo que experimentaron las personas; pero todas estas personas que se presentan el domingo por la mañana y experimentan lo que experimentan - una tumba vacía, ángeles, una confrontación con Cristo y todo el asombro de eso - están en algún estado de conmoción; y por lo tanto la percepción está limitada por el trauma. Esto es tan maravilloso. Es tan maravilloso que haya este nivel de integridad en las Escrituras que lo vemos de la forma en que ellos lo vieron, lo experimentamos de la manera en que ellos lo experimentaron, en medio del asombro y la conmoción.
Los cuatro escritores de los Evangelios registran que Jesús murió. Todos registran que Él estaba verdaderamente muerto. Todos registran que murió en una cruz, que murió el viernes por la tarde y fue sepultado el viernes por la tarde, y fue colocado en una tumba, y la tumba fue sellada con una piedra. Y todos registran que el domingo por la mañana se levantó de los muertos, la tumba estaba vacía, los ángeles explicaron que había resucitado y Cristo comenzó a aparecer a sus seguidores. Todos registran todo eso, y todo puede combinarse maravillosamente.
Ahora, nota al margen: sabe que me encanta hacer esto. Y cuando pasamos por Marcos, mezclamos a Juan y Lucas y mezclamos a Mateo para obtener esa descripción. Solo quiero que sepa que uno de los proyectos que va a ver en algún lugar en el futuro es algo en lo que estamos trabajando en este momento, y es una armonía combinada de los Evangelios. Estamos tomando a Mateo, Marcos, Lucas y Juan, y los combinamos a todos en párrafos para que lea una historia de Cristo en la que se mezclarán todos los elementos de los cuatro escritores. Estoy emocionado por eso, y eso vendrá. Pero por ahora, vayamos al relato de Marcos, y mezclaremos un poco a los otros tres.
El punto aquí es dar testimonio de que Jesús se levantó de los muertos; eso es muy importante. Recuerde ahora, Él dijo que Él se levantaría al comienzo de Su ministerio, como está registrado en el evangelio de Juan, capítulo 2, versículo 19. Él dijo: "Si destruís este cuerpo, en tres días lo resucitaré". Desde el principio dijo: "Cuando me maten, resucitaré", y siempre decía tres días. Hemos visto eso en el evangelio de Marcos, capítulo 8, versículo 31; capítulo 9, versículo 31; capítulo 10, versículos 33 y 34. Él les dijo repetidamente: “Voy a morir, voy a resucitar. Voy a morir, voy a resucitar ". Y cada vez que Él identificó un período de tiempo, ya sea Juan 2:19, Mateo 12:40, Lucas 13:32, cada vez fueron tres días. Así que tomamos el texto de Marcos y no nos sorprende encontrar, como encontramos en todos los demás evangelios, que, al tercer día, lo que Él dijo que haría es exactamente lo que hizo.
Ahora al entrar a esta experiencia increíble vamos a ver evidencia de la resurrección a lo largo de tres líneas: el testimonio de la tumba vacía, el testimonio de los ángeles celestiales, y el testimonio de los testigos oculares; testimonio del hecho histórico, testimonio de la revelación celestial, y testimonio de los testigos oculares, personales. Marcos hace eso en solo ocho versículos, realmente eso es todo lo que necesita hacer. Sin duda Jesús dijo que resucitaría, sin duda dijo que resucitaría al tercer día, y lo único que Marcos tiene que hacer es mostrar que Él resucitó y dar evidencia.
Comencemos con el testimonio de la tumba vacía, capítulo 16, versículo 1: "Cuando pasó el día de reposo", ahora permítame detenerlo ahí. "Día de reposo." Que día es ese ¿Qué día es el día de reposo judío? Sábado, sábado. Cuando terminó el sábado, y, por cierto, para ellos el sábado, el sábado de Sabbat, termina a las seis en punto. Marcamos nuestros días a la medianoche, ellos marcan sus días al atardecer.
Así que ahora estamos doce horas después del día de reposo. Estamos ahora, dice Lucas de esta manera, "El primer día de la semana". ¿Entonces es qué? Domingo. Llevamos doce horas. Es temprano, o casi doce horas, temprano en la mañana del domingo. Y, por cierto, los judíos no tenían palabra para los días. No tenían lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado, domingo en palabras hebreas, solo usaban números y todos los números estaban relacionados con el Día de reposo. Comenzaron a contar el día después del día de reposo: el primer día después del día de reposo, el segundo día después, el tercer día después, el cuarto y así sucesivamente.
Entonces Lucas dice, En el primer día de la semana. Eso es domingo, ese es el tercer día. él estuvo en la tumba el viernes, Él estuvo en la tumba el sábado, él ha estado en la tumba quizás por casi 12 horas el domingo, eso cubre los tres días en la tumba. Cualquier parte de un día constituye un cumplimiento de eso. Ahora es domingo temprano por la mañana. Este va a ser un cambio muy, muy dramático en cómo el pueblo de Dios ve sus días. El día más importante para el pueblo de Dios hasta este fin de semana siempre era el sábado. El día más importante de la semana a partir de este fin de semana siempre ha sido el Domingo. Este es un cambio dramático.
Desde ese fin de semana, ningún día de reposo ha sido necesario. Desde ese fin de semana, ningún día de reposo ha sido requerido. Desde ese fin de semana, ningún día de reposo ni siquiera es legítimo. Es lo mismo como la Pascua. La última Pascua sucedió al final de esa semana, y Jesús instituyó la Cena del Señor como la nueva fiesta memorial conmemorando Su muerte, y nunca ha habido una pascua legítima desde ese entonces, y tampoco ha habido un día de reposo legítimo desde ese fin de semana.
Todo cambió el primer día de esa semana, y esa es la razón por la que la iglesia se reunió ese día. Lea Hechos 20 versículo 7, la iglesia siempre se reunía el primer día. Lea 1 de Corintios 16, versículo 2, la iglesia se congregaba el primer día. De hecho, estaba tan establecido y tan estandarizado que en Apocalipsis capítulo 1 versículo 10, para el final del siglo primero, cuando Juan está escribiendo, dice, Juan estaba escribiendo en el Espíritu en, y por primera vez, leemos esto, el Día del Señor. Entonces ya no era el primer día, era el, ¿qué? Era el Día del Señor. Y todavía lo es, no es cierto.
“El domingo temprano por la mañana a tiempo. María Magdalena, María la Madre de Jacobo, y Salomé,” y voy a detenerme ahí. Aquí están estas mujeres. Estamos muy conscientes de que están ahí. Han estado ahí por mucho tiempo, han estado ahí por un par de años, realmente. Todo comenzó en Galilea, no es cierto, mucho tiempo antes. Fueron las que lo siguieron en Galilea. Regrese al versículo 41 en el capítulo 15, quienes, cuando él estaba en Galilea, le seguían y le servían, y otras muchas que habían subido con él a Jerusalén.
Literalmente habían estado siguiendo a Jesús a todas partes y habían estado haciendo algo muy singular: seguirlo y ministrarle. Y solo dice que estas mujeres y ángeles estaban ministrando a Cristo, nunca dice que Sus discípulos estaban haciendo eso. Y conocemos a estas mujeres, las hemos conocido. Atrás en el versículo 40: María Magdalena, María la madre de Santiago el Menor y José, y Salomé. Y hay otras. Lucas identifica a otra mujer en Lucas 24:10 con el nombre de Juana.
Hay otras mujeres. Hay todo un grupo de mujeres que han seguido a Jesús. Ellas vieron Su entierro. Vaya al versículo 46 del capítulo 15: “José de Arimatea compró una sábana, y quitándolo, lo bajó de la cruz, lo envolvió en la sábana, y lo puso y en un sepulcro que estaba cavado en una peña, e hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro. Y María Magdalena y María, la madre de José, miraban dónde lo ponían.”
Ahora habían estado mirando la cruz, ¿verdad? Atrás en el versículo 40, vieron la crucifixión desde lejos, finalmente, y luego siguieron a José de Arimatea. Y se reunió con Nicodemo. Y rociaron especias sobre Jesús, lo envolvieron en lino y lo pusieron en la tumba sin usar de José; la tumba de un hombre rico en un hermoso jardín. Miraron desde lejos, sin duda, quizás ni siquiera siendo vistas. Entonces ellas habían visto Su muerte y habían visto Su entierro. Y ahora, el domingo, vuelven. ¿Por qué vuelven? Compraron especias aromáticas para venir a ungirlo.
Mire, vieron lo que pasó tarde el viernes. No iban a ser superadas por un par de desconocidos. Se trataba de mujeres que habían estado con Jesús durante un par de años, quizás. Ellas lo amaban. Lo adoraban. Le sirvieron. Lo adoraron. Están atrapadas en una tristeza terrible, un dolor desgarrador y agonizante. Mire, este no es solo un amigo, este es Aquel en quien creían que descansaba su salvación.
Es inconcebible cómo fueron sus agonías. No me las puedo imaginar. Realmente no puedo simpatizar con lo que fue esa experiencia tardía cuando regresaron a casa después de verlo enterrado, y luego pasaron el siguiente día de reposo y parte de la noche y se levantaron en la oscuridad del domingo por la mañana para regresar. No sé qué tipo de agonías sufrieron: horrores, preguntas, dudas, miedos, ansiedades: “¿Cómo puede suceder esto? ¿Cómo puede ser esto?" Pero no han perdido su sentido de afecto, no han perdido su amor, y van a regresar y van a hacer lo que siempre harían las familias amorosas, y ellas eran Su familia: iban para poner las especias en su cuerpo. Esta es una acción de amor de su parte.
Entonces vienen. Y el versículo 2 dice que vienen muy de mañana el primer día de la semana. Lucas dice: "Al amanecer". Mateo dice: "Cuando empezó a amanecer". Pero Juan dice: "Mientras aún estaba oscuro". Entonces, ¿estaba amaneciendo o estaba oscuro? Bueno, por favor. podrías experimentar eso, ¿no? Podrías decir: "Está amaneciendo" y, sin embargo, podrías estar atrapado en la oscuridad.
Esto, nuevamente, es una maravillosa, maravillosa ilustración de la integridad y honestidad de los relatos de los testigos oculares de las Escrituras que combinan estas cosas sin tratar de hacer alguna corrección artificial. Es el amanecer. Y podría decir, "Está amaneciendo", o podría decir, "Bueno, todavía está un poco oscuro". No tengo ningún problema con eso, especialmente en la situación allí, porque bloqueando todo el lado este de la ciudad de Jerusalén está el Monte de los Olivos, que se eleva sobre la ciudad. Podía ver el resplandor del amanecer que ya había estallado en el desierto hacia el este. Podía ver el resplandor en la montaña y, sin embargo, podría estar en la oscuridad de la ciudad hasta que el sol saliera por la cima del Monte de los Olivos. Mucha credibilidad radica en esas perspectivas no alteradas.
Pero realmente hay algo más que eso aquí, porque es Juan quien dice que estaba oscuro. Y esto es lo que dice, Juan 20, versículo 1: "María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro al sepulcro. María Magdalena fue de mañana siendo aún oscuro al sepulcro. Llegan estas mujeres, y cuando llegan, el sol ya ha salido. ¿Qué le dice eso? Estas mujeres vinieron después.
Ahora déjeme seguir con eso solo por un minuto. Mateo nos dice que cuando María Magdalena comenzó, obviamente no estaba sola, tenía una compañera: María. Otra María estaba con ella: María, la madre de Santiago y José, una de estas mujeres. Entonces todas comienzan juntas. Pero Juan dice que cuando llegó María Magdalena, estaba oscuro. Simplemente, lo que sucedió fue que María siguió adelante.
Estas mujeres podrían haber estado viniendo de diferentes lugares, comenzando juntas; María llega primero. Ella llega, dice Juan, en el lado oscuro del amanecer. Hay suficiente luz para ver que la tumba está abierta, la piedra ha sido quitada. Entonces María Magdalena llega primero, antes que su compañera. Recuerde, están en la oscuridad. Podrían haber sido separadas, no podían esperarse la una a la otra. Ciertamente, María Magdalena parecía estar muy adelantada; las otras mujeres, viniendo en la oscuridad a diferentes velocidades.
Ella ve la piedra rodada, dice Juan, no entra. Salta, gira en sus sandalias y se dirige hacia Pedro y Juan; ella les va a decir. ¿Y cuál es el mensaje? Juan dice, capítulo 20, versículo 2, "Han robado el cadáver". Esa es su conclusión. Por cierto, eso nos dice que ella no creía en una resurrección. Ella no dice: "Oh, sucedió tal como Él dijo que sucedería". No. Nunca lo creyeron. Incluso con todos los milagros, no lo creyeron.
Entonces, cuando llegó, está oscuro, pero hay suficiente luz para ver que la piedra fue quitada. Ella concluye que los ladrones de tumbas han robado el cuerpo. Y el robo de tumbas era un problema en aquellos días porque la gente a menudo era enterrada con objetos de valor, aunque Jesús no tenía ninguno. Ella simplemente asume que Su cuerpo ha sido robado, y se da la vuelta y corre de regreso en la oscuridad para decírselo a Pedro y a Juan; ni siquiera ve a las otras mujeres que vienen.
Retomamos la historia en el versículo 3, entonces, de Marcos. Las otras mujeres llegan. Conforme se acercan, se dicen entre sí, versículo 3, “¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro?” Mire, sabían en dónde estaba la tumba, y sabían que la piedra había sido colocada sobre ella porque vieron eso el viernes. Se están preguntando cómo van a quitar la piedra. El versículo 4 dice, “Pero cuando miraron, vieron removida la piedra, que era muy grande.” Wow. Qué impresión. ¿qué van a concluir? Bueno, instantáneamente concluiríamos lo mismo que María Magdalena concluyó porque ninguna de ellas esperaba una resurrección.
Dice, Bueno, ¿no crees que estas mujeres vinieron esperando una resurrección? No, vinieron esperando ungir un cuerpo muerto. ¿Por qué estarían ungiendo un cuerpo muerto con especias? Para mitigar el hedor. Si estuvieran convencidas de que habría una resurrección ese día, ¿por qué gastar el dinero y desperdiciar el tiempo? Y, por cierto, no sabían lo que pasó el sábado. El sábado fue un día importante en la tumba, pero no tenían idea: María Magdalena no tenía idea, estas mujeres no tenían idea. Estoy seguro de que le gustaría saber lo que pasó. Le voy a mostrar lo que pasó.
Vaya a Mateo 27. Aquí está el relato de Mateo. Si usted ve el versículo 60 usted ve la sepultura del viernes, José coloca el cuerpo en una sábana limpia, coloca el cuerpo de nuestro Señor en un sepulcro nuevo que había labrado en la peña, hizo rodar una gran piedra en la entrada, se fue. María Magdalena estaba ahí y la otra María, sentadas delante del sepulcro. Entonces lo vieron todo, la sepultura, al día siguiente. ¿Cuál es el día siguiente? sábado, día de reposo, el día después de la preparación, el cual era el viernes.
“Se reunieron los principales sacerdotes y los fariseos ante Pilato.” Entonces en el día de reposo van a Pilato. Esto es profanación del Día de reposo, el fin de semana de Pascua, conforme entran a un lugar gentil otra vez, por lo menos según sus propias leyes. Diciendo: “Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún, Después de tres días resucitaré. Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos de noche, y lo hurten, y digan al pueblo: Resucitó de entre los muertos. Y será el postrer error peor que el primero.”
Entonces van a Pilato y dicen, Necesitamos una guardia para asegurarnos de que los discípulos no vengan y se roben el cuerpo para tratar de realizar una resurrección falsa. No obstante, sabemos, que ninguno de ellos creía en una resurrección. No esperaban una. No iban a inventar una. Y le voy a dar otro principio simple pequeño, no iban a fingir una resurrección y después ir a morir como mártires por una resurrección falsa. Por cierto, la gente va a mentir para ganar dinero, no van a mentir para ser ejecutada. Van a mentir para evitar la ejecución, pero no para ser ejecutados. La gente no miente para ser un mártir, no entrega su vida por las mentiras, quieren que usted entregue su vida por la mentira de ellos, no su propia vida.
Entonces Pilato les dijo, tienen una guarda, les dio algunos soldados romanos. Dijo. aseguradlo como sabéis. Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro. Y le digo, cuando los soldados romanos hacían algo seguro, lo hacían seguro porque sabían lo que estaba en juego, tenían que cumplir su deber, o las consecuencias eran terribles. Y junto con la guardia, sellaron la piedra. Colocaron una piedra sobre ella, simplemente identificándola como sellada por el poder romano, y el sello no debía ser roto.
Entonces, eso es lo que pasó el sábado. Ahora hay una guardia en la tumba. Las mujeres no tienen idea de eso. No regresaron el sábado. ¿Por qué? Porque siguiendo la ley judía, no irían y tocarían un cuerpo muerto el día de reposo, no tomaban un viaje un día de reposo, no trabajaban un día de reposo, entonces no van a regresar sino hasta el domingo por la mañana. Pero el día de reposo, los Romanos toman su lugar.
Algo más pasó en las horas profundas, oscuras del domingo por la mañana. En algún momento después de que el día de reposo terminó a las seis en punto, en algún punto en la oscuridad de lo oscuro, le voy a mostrar lo que es, capítulo 28 de Mateo versículo 2, un gran terremoto, ya había ocurrido para cuando las mujeres llegaron. “Hubo un gran terremoto, porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella. Su aspecto era como un relámpago y su vestido blanco como la nieve. Y de miedo de él los guardas temblaron, y se quedaron como muertos.”
Wow. Algunas cosas interesantes están pasando ahí el fin de semana. Guardia romana. De pronto en la oscuridad profunda oscuridad de la noche hay un terremoto, un terremoto severo, terremoto severo, quizás un terremoto de ocho puntos localizado sobrenaturalmente, y en el terror del terremoto, los soldados ven a un ángel resplandeciente rodar la piedra y sentarse sobre ella, y están tan aterrados que entran en coma.
Hemos visto esto antes en la Escritura, no es cierto, con Ezequiel e Isaías y otros. La presencia brillante, celestial de este ángel les da una anestesia divina, y no tienen idea de lo que les pegó. Y, por cierto, la piedra removida simplemente como comentario, no para dejar que Jesús saliera, sino para dejar que las mujeres entraran. Los soldados en algún punto despiertan de su estupor, y usted puede imaginarse la euforia, ¿Viste ese ángel? ¿Qué pasó después de eso? No sé lo que pasó después de eso. Nadie sabe qué pasó después de eso, simplemente se apagaron todos como luces.
Para cuando las mujeres llegan no hay soldados o los habrían encontrado. Simplemente llegan, y en el versículo 5, dice, entraron en el sepulcro. No hay soldados ahí. Ni siquiera hay alguna evidencia de soldados ahí. Los soldados no tienen a quién cuidar. Se despertaron en algún punto de su estupor en la profundidad de la oscuridad y sabían que tenían un problema, habían fracasado en su deber, y tienen que reportarle a los que les rinden cuentas, y ese no es Pilato, sino, más bien, el Sanedrín que le pidió a Pilato que se los diera, al Sanedrín. Entonces van al Sanedrín y le reportan al Sanedrín.
Bueno, usted sabe lo que dicen, Estábamos haciendo lo que debíamos estar haciendo, lo que siempre hacemos, estábamos cuidando. De pronto, hubo un terremoto aterrador, estaba sacudiendo todo. Y después un ángel brillante, un ser angelical, salió del cielo, se sentó en la piedra después de rodarla, y eso es lo último que recordamos. Y cuando despertamos, revisamos la tumba, Él no estaba ahí. Regresaremos a ellos en un minuto, pero por el momento, por favor, regresemos con las mujeres.
Vienen, y no hay soldados. Entrando en la tumba, Lucas dice que no encontraron el cuerpo del Señor Jesús. Ahora, ¿qué van a concluir? ¿Qué concluyó María Magdalena? Quizás inicialmente; pero no les toma mucho tiempo obtener otra explicación. Vamos a llegar ahí en un minuto. Pero déjeme detenerlo aquí mismo y darle el punto simple que Marcos está presentando.
Todo lo que le he dicho hasta ahora es para demostrar una cosa, una cosa y una sola cosa: la tumba no está ocupada. ¿De acuerdo? ¿Lo entendió? Eso es. Tiene una tumba vacía. Eso es lo que está transmitiendo Marcos, al igual que Juan, Lucas y Mateo. La tumba estaba vacía. Y sabemos que los discípulos no robaron el cuerpo porque ni siquiera creían en una resurrección, que luego no requería que fingieran. Pero el cuerpo no está ahí.
Los soldados romanos sabían que no robaron el cuerpo. Las mujeres sabían que no robaron el cuerpo. Pedro y Juan, cuando llegaron, sabían que no habían robado el cuerpo. Pero los líderes judíos temían que alguien pudiera robar el cuerpo. Bueno, ¿por qué incluso pensarían así? Porque eran farsantes y mentirosos con mucha, mucha experiencia, y pensaban que otras personas pensaban como ellos pensaban. Mentirían para perpetuar su religión todos los días; eso es la hipocresía.
Entonces, todos los hechos, todos los hechos físicos, dejan en claro que la tumba está vacía, la tumba está vacía. Y todo el mundo sabe que el cuerpo no fue robado. Eso está confirmado, volviendo a Mateo 28, de una manera muy interesante. Volvamos a la reunión de soldados con el Sanedrín. Versículo 11 de Mateo 28: “Entraron en la ciudad e informaron a los principales sacerdotes de lo que había sucedido”. Les contaron la historia de lo que había sucedido, tal como sucedió: "Un terremoto, un ángel, un coma, nos despertamos, el cuerpo desaparecido”.
“Oh, ahora tenemos un problema. Tenemos una verdadera resurrección en nuestras manos, ¿qué vamos a hacer para desacreditar eso?” ¿No es asombroso? ¿Cuán enorme y profunda es la incredulidad? Están tan a gusto con una mentira, están tan acostumbrados a una mentira, están tan familiarizados con la hipocresía que la verdad se les escapa por completo. No solo no la ven, ni siquiera tienen interés en ella.
“Entonces reunieron a los ancianos, el Sanedrín se reunió, y habido consejo, dieron mucho dinero a los soldados,” hay una palabra para eso, sí, soborno, “diciendo: Decid vosotros, Sus discípulos vinieron de noche y lo hurtaron, estando nosotros dormidos.” Hey, eso afectará mucho a nuestros superiores. Se supone que no debemos estar dormidos, se supone que debemos estar cumpliendo con nuestro deber. Y, por cierto, si esto lo oyere el gobernador, nosotros le persuadiremos, y os pondremos a salvo, los mantendremos alejados de los problemas ". Eran buenos en ganarse a Pilato, se lo prometo. Lo ganaron en la ejecución de Jesús. Podían intimidar las sandalias de ese hombre.
Bueno, los soldados, no tenían otra opción. Entonces, en el versículo 15, “Tomaron el dinero e hicieron como se les había instruido”. Iban a todas partes diciendo: “Los discípulos robaron el cuerpo. Los discípulos robaron el cuerpo. Los discípulos robaron el cuerpo ". Y la historia se difundió tan ampliamente entre los judíos que todavía existe cuando Mateo escribe veinticinco años después.
¿Sabe que los líderes de Israel nunca negaron la tumba vacía? Las mujeres sabían que la tumba estaba vacía. Los discípulos sabían que la tumba estaba vacía. Los guardias sabían que la tumba estaba vacía. El Sanedrín sabía que la tumba estaba vacía. Ese es el testimonio, la primera línea de testimonio. Nadie señaló nunca una tumba ocupada. Nadie negó jamás que la tumba de Jesús estaba vacía.
Bueno, las mujeres ahora están en estado de shock, y el impacto se intensifica en la segunda línea del testimonio: el testimonio de los ángeles. Pasaremos por esto rápidamente. En el versículo 5, nuevamente, dice: “Cuando entraron en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, cubierto de una larga ropa blanca, y se espantaron". Vieron a un joven sentado a la derecha con una túnica blanca. ¿Una túnica resplandeciente y deslumbrante? Si. Lucas dice que en realidad había dos ángeles que de repente se pararon cerca de ellas con ropa deslumbrante. Si vio un ángel deslumbrante, es posible que no se dé cuenta si era uno o dos. Juan dice en Juan 20, versículo 12, que en realidad había dos ángeles.
Un poco más tarde, cuando las mujeres se encuentran con los ángeles, están parados cerca de ellos, en primer lugar; entonces ellos se alejaron y estaban sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, sobre la losa donde yacía el cuerpo de Jesús. Entonces tenemos dos testigos angelicales. “En boca de dos testigos” - incluso testigos angelicales, según Deuteronomio 19:15 - “la verdad es confirmada”. Entonces, uno de los ángeles habla.
Creo que esta fue una conversación muy natural. Probablemente estaban tratando de procesar el caminar por primera vez en toda su vida hacia la presencia angelical - mensajeros angelicales ardientes y resplandecientes de la misma presencia de Dios - y tratando de averiguar qué está pasando. La piedra está lejos, la tumba está vacía, los ángeles ardientes están allí y el ángel que habla está tratando de comunicar el mensaje más allá de las ondas de choque. Quizás hablaron y dijeron cosas diferentes.
De hecho, hay diferentes cosas registradas aquí por Marcos y otros escritores. Pero por ahora, las mujeres estaban espantadas. La palabra es ekthambeō, significa estar aterrorizado, aterrorizado no en el sentido de que teme por su vida, sino de que hay algo a su alrededor que no se puede comprender racionalmente; no puede captarlo, no puede captarlo; desconcierto. De hecho, Lucas dice que estaban aterrorizadas y literalmente cayeron con la cara hacia el suelo. Esto es tan impactante. Lucas usa una palabra de la que obtenemos la palabra "fobia", una especie de miedo severo, un miedo. Una fobia es el miedo a algo que no se comprende o explica de manera racional.
Bueno, finalmente, se registra que uno de los ángeles les dijo en el versículo 6: "No os asustéis". Es fácil para usted decirlo, señor. “No os asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el que fue crucificado”. Y aquí está la primera palabra sobre la resurrección: "Ha resucitado". Esa es una palabra en griego, ēgerthē, un verbo. “Él” - literalmente pasivo - “Ha resucitado. Ha sido resucitado ". Lucas agrega en Lucas 24:5 que uno de los ángeles también dijo: "¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?" Así que es una conversación muy natural. Se dijeron cosas mientras los ángeles intentaban comunicar más allá, como dije, de las ondas de choque que estaban pasando en las mentes de las mujeres. “Él no está aquí”, dijo. “Ha resucitado, no está aquí. Mirad el lugar en donde le pusieron. Él no está allí “.
Hemos visto el testimonio de la tierra: una tumba vacía. Ahora escuchamos el testimonio del cielo: ángeles celestiales. Negar la resurrección de Jesucristo es negar las realidades históricas de la tumba vacía y es negar la revelación histórica de los ángeles celestiales. Hablan por Dios, ¿no es cierto? Hablan por Dios.
Hay una tercera línea de evidencia para probar la resurrección, solo brevemente, versículos 7 y 8, es el testimonio de testigos presenciales. Me encanta esto. Los ángeles continúan hablando. “Id. Id." Este es un mandamiento. Y, por cierto, por si acaso está mirando por ahí, Marcos de hecho no usa la palabra "ángeles", pero los otros escritores sí. Entonces sabemos que estos son ángeles y este es un ángel que habla.
“Id”, el ángel - quiero que se asegure de saber que este es un ángel porque este ángel habla por Dios y da una orden. “Id, decid a sus discípulos y a Pedro. ¿Por qué mete a Pedro allí? Porque Pedro necesitaba un pequeño toque personal de amor y recuperación porque la última escena con Pedro fue realmente bastante fea: sus negaciones. “Díganle a Pedro y a los demás que Él va adelante de vosotros a Galilea. Allí le veréis como os dijo. Díganle a los hombres. Señoras, cuando se vayan, vayan a los apóstoles, díganles que vayan a Galilea; Él se va a reunir con ustedes allí.”
Ya lo había dicho atrás en el capítulo 14, versículo 28: "Después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea". Les dijo: "Me reuniré con ustedes en Galilea. Voy a aparecer ante ustedes en Galilea.” "Así que vayan y díganles que se dirijan a Galilea”. Adivine qué; no fueron a Galilea. Cuando llegaron las mujeres, dijeron: "No, esto no puede ser verdad, esto no puede ser verdad ". Mientras tanto, María Magdalena hizo que Pedro y Juan corrieran solos hacia la tumba. Los demás, los que estaban reunidos en esta reunión con los apóstoles, no lo creyeron. No fueron a Galilea.
Esa noche, recuerda, se les apareció en el aposento alto, donde estaban acurrucados en miedo. Durante esa semana, les apareció a dos de ellos en el camino a Emaús. Durante esa semana, tuvo una aparición privada para Pedro, mencionada en 1 Corintios 15, y una aparición privada para Santiago, también mencionada allí. Y a la semana siguiente, ocho días después de la primera aparición, se les apareció de nuevo; y todas esas apariciones fueron en Jerusalén porque no fueron a Galilea. Simplemente están acurrucados, tratando de averiguarlo. Las mujeres lo entendieron mucho más rápido, lo entendieron en unos pocos minutos, días para los hombres.
Bueno, finalmente se pusieron en marcha y se fueron a Galilea, y Juan 21 registra las apariciones de Jesús en Galilea; y ahí es donde, creo, se apareció a quinientas personas a la vez, quinientos creyentes reunidos en Galilea. Bueno, la asombrosa maravilla de esta realidad de la resurrección está siendo comprendida por las mujeres junto a la tumba vacía y el mensaje angelical. Entonces el versículo 8 dice que se convierten en los primeros testigos oculares. “Y ellas fueron huyendo del sepulcro, porque les había tomado temblor y espanto, ni decían nada a nadie porque tenían miedo.” Y ese es el final. Es un gran versículo.
La palabra "temblor": tromos. La palabra “espanto”: ektasis, éxtasis, una especie de sentimiento trascendente, desprendido de la realidad. "Miedo": phobeo, fóbico. Todas estas son experiencias que trascienden la razón. No pueden procesar lo que está sucediendo. No es porque tengan miedo de que algo les va a dañar, es la incapacidad, en su desconcierto, de dar una explicación racional de las realidades que ahora han comprendido. Están tan atónitas, aquí está la prueba: son mujeres y no le dijeron nada a nadie. No. Vamos. Por favor. Wow. ¡Cuán atónitas estaban!
Cuando dice que tenían miedo, significa que estaban en esa condición fóbica de no poder dar razones o explicaciones sobre lo que estaba pasando. Y ese es el final de Marcos. La tumba vacía, los ángeles celestiales y la experiencia de las mujeres, todas evidencias de la resurrección de Jesús. Pero no quiero terminar aquí. Quiero terminar en Mateo, Mateo 28. Esto le va a gustar.
El versículo 8, Mateo retoma la historia: “saliendo del sepulcro con temor, - oh, estoy tan contento de que esto esté aquí - "y" - ¿qué? - "gran gozo." Su miedo se está convirtiendo en gozo cuando todo comienza a aclararse. "Y fueron corriendo a dar las nuevas". ¿Qué? La resurrección a los discípulos. Me encanta esto, versículo 9: “Y he aquí, Jesús les salió al encuentro y las saludó: “Hola, señoras”. Digo, esto es realmente asombroso. “Y ellas acercándose abrazaron sus pies y le adoraron”.
Qué día para ellas, ¿eh? ¿Y no es especial que las mujeres fueron los primeros testigos oculares del Cristo resucitado? Jesús les dijo: "No temáis, id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea,” Él está tratando de darles un mensaje, “y allí me verán.” Y ya conoce el resto de la historia: las mujeres se van, y no pueden convencerlos, y no lo creen, y se quedan ocho días. Pero Marcos termina donde Marcos, por las providencias del Espíritu Santo, tenía la intención de terminarlo: maravillado, asombrado, como debería ser la respuesta de cualquiera a la resurrección de Cristo.
La resurrección, así, se establece como un hecho de la historia, como un hecho de la teología por el testimonio angelical. Es el evento más importante en la vida de Cristo. Es el evento más importante de la historia del mundo. Es el evento más importante en su vida y en la mía, porque es por Su resurrección (la del Señor) que nosotros somos justificados y viviremos para siempre. Negar la resurrección es negar el testimonio de los hechos, negar el testimonio de los ángeles, negar el testimonio de los testigos oculares y negar el testimonio de las Escrituras y negar la verdad de Dios. Dice: "Bueno, ¿por qué se agregan esas otras cosas?" Venga esta noche, se lo voy a decir; realmente le va a encantar. Oremos.
Qué maravillosa experiencia para nosotros, Señor, ser parte de esa mañana, esa mañana de domingo. Que esto no sea solo historia, aunque es historia. Que no sea solo teología, aunque es teología. Que no sea solo testimonio, aunque es testimonio. Pero que sea para nosotros la vida. Que confesemos con nuestra boca a Jesús como Señor, y creamos en nuestro corazón que Tú lo resucitaste de los muertos, y así seamos salvos.
Padre, gracias por toda la historia, de principio a fin, de la encarnación. Gracias por los gozos exquisitos que han sido nuestros al pasar por Marcos de principio a fin. Y ahora sabemos que lo que Marcos dijo al principio mismo es realmente cierto. Cuando comenzó a escribir, lo primero que dijo fue: "principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios". ¿Y qué lo prueba? “Él es declarado Hijo de Dios por la resurrección de los muertos.” Así dice el apóstol Pablo.
Y así se demuestra que toda la historia es genuinamente la historia del Hijo de Dios como lo demuestra Su resurrección. Y si Él es el Hijo, y lo es, entonces Él es el Salvador, el único Salvador, nuestra única esperanza, nuestro único rescate y la única fuente de vida. Nos regocijamos en conocerlo, amarlo y servirlo. Oro por aquellos que hasta este punto lo han rechazado, que caigan sobre su rostro como las mujeres y adoren al Señor resucitado. Todas las cosas para Su gloria, oramos. Amén.
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