Este es un mensaje del pastor John MacArthur, traducido y predicado en español para el mundo de habla hispana.
Juan 13: 31 al 38. Simplemente para establecer la escena. Sabemos dónde estamos aquellos de nosotros que hemos estado aquí estudiando a lo largo del Evangelio de Juan. Al llegar al capítulo 13 recordarán que estamos en la semana de la Pasión, la semana en la que Nuestro Señor murió y resucitó. Llegamos a Juan 13 y hasta Juan 16 oímos las promesas del Salvador dadas a sus discípulos y a todos los que creían después de Él, incluyéndonos, el legado de Cristo a los suyos. Estas son las grandes y gloriosas promesas de toda la bendición espiritual en los lugares celestiales delineadas para los discípulos y para todos nosotros. Todas emanan a partir de su amor.
El Versículo 1 comienza diciendo que Él había amado a los suyos hasta el fin. Hasta el máximo, hasta el límite, hasta la capacidad que solo Dios tiene. De tal manera que todas las promesas y bendiciones en el capítulo 13, 14, 15 y 16 son promesas de su amor, son compromisos de su amor, su legado de su amor. Toda esta instrucción, toda esta promesa vino el Jueves por la noche conforme se reunió en el aposento alto para la Pascua, la cual transformó en la Cena del Señor y después al día siguiente, claro, Él fue crucificado como el Cordero de Dios. Entonces esta es su última ocasión con los suyos conforme Él derrama su amor a ellos.
Conforme comenzó esa noche, Judas estaba ahí. Judas estaba ahí. Al llegar al versículo 31 ya se fue. Nuestro Señor ya le había dicho allá atrás en el versículo 17 cuando Satanás entró en Él, el Señor sabía que Satanás había entrado en él para cometer el acto terrible de traicionar a Jesús. Por lo tanto Jesús le dijo, “lo que vas a hacer, hazlo pronto.”
Y ese fue el acontecimiento inicial que inauguró la secuencia de cosas que llevarían a la ejecución de Jesús al día siguiente, exactamente a la hora en que los corderos de la Pascua estaban siendo matados. El versículo 30 dice, “Judas entonces salió inmediatamente y era de noche.” Era noche en el sentido físico, era noche en el sentido espiritual y será noche en el sentido eterno, porque él se ahorcaría a sí mismo y se despedazaría en las rocas unas cuantas horas después.
Judas ya se fue, Judas ya se fue. El discípulo falso ya se fue. Y Jesús comenzando en el versículo 31, se vuelve a los discípulos verdaderos y abraza a todos aquellos que lo seguirían hasta esta época y Él viene y hace estas promesas increíbles. Todo comienza en el versículo 31 y lo leeremos ese texto maravilloso hasta el final del capítulo.
Entonces cuando hubo salido, dijo Jesús, “ahora es glorificado el Hijo del Hombre y Dios es glorificado en Él. Si Dios es glorificado en Él, Dios también le glorificará en sí mismo y en seguida le glorificará. Hijitos, aun estaré con vosotros un poco. Me buscareis, pero como dije a los judíos, así os digo ahora a vosotros. Adonde yo voy, vosotros no podéis venir. Un mandamiento nuevo os doy, que os améis unos a otros como yo os he amado. Que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que son mis discípulos si tuvierais amor los unos con los otros. Le dijo Simón Pedro, “Señor, ¿a dónde vas?” Jesús le respondió, “a donde yo voy, no me puedes seguir ahora, más me seguirás después.” Le dijo Pedro, “Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora? Mi vida pondré por ti.” Jesús le respondió, “¿tu vida pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo no cantará el gallo sin que me hayas negado tres veces.”
Al ver este texto, quiero extraer de este texto las marcas de un discípulo fiel. Las marcas de un discípulo fiel. Las escrituras son claras al enseñar que el mundo está lleno de cristianos falsos, cristianos falsos. Debemos esperar eso. Sabemos que Satanás va a sembrar cizaña entre el trigo. Va a ser difícil reconocerlos porque van a ser bien falsificados. El Reino de Dios va a tener todo tipo de cosas contenido en Él, como las parábolas de Mateo 13 nos dicen, “muchos me dirán Señor, Señor. Y yo les diré apartaos de mí, Nunca os conocí.” La gente que profesa abiertamente a Jesús como Su Señor y hace muchas obras maravillosas en su nombre y demás, no tienen relación con Él.
Falsificar a cristianos por cierto es la estrategia primordial de Satanás como un Ángel de Luz. Él se disfraza como Ángel de Luz, sus ministros se disfrazan como Ángeles de Luz, quieren aparecer como representantes del Cielo pero son servidores del infierno. Falsificar el cristianismo es un esfuerzo muy importante.
Siempre me ha parecido interesante que no hay muchas formas falsas de religiones falsas. Las religiones falsas no necesitan falsificarse a sí mismas. Satanás no trabaja en crear formas falsas de religiones falsas. Entonces usted no tiene a muchos musulmanes herejes o a budistas herejes, o hindús herejes o cualquier otro tipo de religión. Ya es hereje para comenzar, ya es una mentira y es falsa. Ya es un engaño. Entonces no necesita ser formado en algo que es una representación equivocada de eso. Pero el cristianismo ni siquiera podemos mantenernos al día con todas las formas falsas de cristianismo. Apenas podemos reconocerlas a todas y cada vez que nos volteamos hay una nueva forma porque Satanás está pasando 99.9 de su tiempo falsificando el cristianismo. Usted oye este tipo de discusión todo el tiempo, inclusive usted lo oyó de nuestro presidente. Bueno hubieron cristianos hace mil años atrás que mataron a musulmanes. Esos por cierto no era cristianos, esos fueron cristianos falsos que pertenecieron a un sistema falso cristiano, pero ese es el tipo de estrategia que se lleva a cabo todo el tiempo rodeando el cristianismo, porque la falsificación de la verdad es esencial para la operación de Satanás.
Siempre me gusta decir que si usted ve una forma falsa de algo, probablemente hay una verdadera y la verdadera probablemente tiene valor, porque la gente no falsifica el papel café y los palos falsifican algo de valor, falsifican algo de valor. Y el cristianismo parece ser lo más falsificado de todo.
Entonces ¿cómo sabe usted quiénes son los cristianos verdaderos? ¿Cómo sabemos eso? ¿Quiénes son los seguidores verdaderos de Cristo? ¿Cómo pueden ser identificados? ¿Cómo puedo ser identificado, no solo para usted, sino para mí? ¿Cómo sabe que usted es un creyente verdadero? Bueno no es por nuestra profesión, no es por el hecho de que pertenecemos a algún tipo de organización religiosa que se llama a si misma cristiana. No es porque vivimos en cierta moralidad o ética judeo-cristiana o inclusive cristiana. No es externo. No tiene que ver con símbolos externos o conductas externas o profesiones externas. La manera en la que usted sabe que alguien es un cristiano es por el corazón. El corazón.
Esto comienza a ser muy claro en el Antiguo Testamento en el capítulo 36 de Ezequiel, un capitulo muy conocido. Y quiero simplemente leer estas palabras conocidas para usted para que lo tenga en su mente, en donde el Señor describe lo que es la salvación y aquí esta.
“Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.” Ahí está la definición de la regeneración. Ahí está la definición de la transformación, la metamorfosis, el nuevo nacimiento, el nacer de nuevo, la conversión. Es ser limpiado de la inmundicia y la adoración falsa. Es que se le dé un corazón nuevo, un nuevo espíritu y ese corazón nuevo y ese espíritu nuevo es el hogar del Espíritu Santo que nos hace caminar según los estatutos de Dios y obedecer sus ordenanzas. Aquí lo que importa es el corazón.
En Juan 3 usted recuerda que Jesús le habló a Nicodemo y le dijo que la vida eterna y la entrada al Reino viene a aquellos que son nacidos de arriba. Es una transformación espiritual, un nacimiento espiritual que es interno. Es una obra de Dios. El Espíritu Santo se mueve y hace esto a quien Él quiere, cuando Él quiere, Juan 3.
Pablo lo dijo de esta manera, “Si alguno está en Cristo, nueva ¿qué? creatura es. Las cosas viejas pasaron y aquí todas son hechas nuevas.” Pablo escribiéndole a Tito en el capítulo 3 la llama el lavamiento de la regeneración, el lavamiento de la regeneración y eso sale de Ezequiel 36. Es un lavado del pecado, es un lavado de la impiedad, de la inmundicia y los ídolos y es vida nueva implantada. Y Pedro lo entendió y dijo esto en Primera de Pedro 1:3, “Bendito sea el Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos ha hecho renacer.” Y ahí en el versículo 23, “siendo renacidos, o nacidos de arriba, no de simiente corruptible, sino de simiente incorruptible, por la palabra viva y eterna de Dios, por la verdad en el Evangelio, por la obra del Espíritu Santo, literalmente somos transformados en el interior, en el interior.”
El Nuevo Testamento habla de esto muchas, muchas veces. Por ejemplo el Nuevo Testamento se refiere a esta transformación como Dios purificando sus corazones por la Fe, Hechos 15:9. Romanos 2:29 es llamada la circuncisión del corazón, limpiar, purificar el corazón. Segunda Corintios 4:6 “es Dios haciendo que brille la Luz de la Gloria del Evangelio en Cristo en el corazón entenebrecido.” Segunda de Timoteo 2:22, “es que se nos dé un corazón puro.” Hebreos 10:22 “es que nuestros corazón sean rociados y limpiados.”
Siempre tiene que ver con el corazón. Y ¿qué es el corazón? El corazón es la persona interna. Esto es lo que identifica a los cristiano, no la estructura, no los símbolos, no los rituales, no las ceremonias, no pertenecer a formas institucionales de cristianismo. Tiene que ver con la regeneración, conversión, nuevo nacimiento, nacer de arriba, un milagro espiritual, sobrenatural que lo cambia en el interior y se vuelve evidente. Es claro en el exterior. Una obra verdadera y sobrenatural de Dios que produce un cambio completo. Una nueva creatura, una nueva disposición, nuevos deseos, nuevos afectos, nuevos anhelos, nuevas esperanzas, nuevas prioridades.
Ahora a partir de esta vida nueva, vienen todas las gracias espirituales, amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. A partir de esta vida nueva vienen todas las Glorias espirituales que son depositadas en nosotros, pero al nivel más elemental.
La evidencia de esta transformación puede ser resumida en una palabra y es la palabra amor. Amor. Ese es el cimiento de todo. Es amor lo que demuestra un corazón nuevo. Es amor lo que demuestra un corazón nuevo. El amor puede hacer lo que la ley no podía hacer. Pablo en Romanos 13 vuelve a reiterar que la ley condena, pero el amor es el cumplimiento de la ley. Somos descritos como aquellos que aman al Señor. A los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien.
Hay una dirección que apunta a Dios en este amor, pero no está limitado a eso. Hay una dirección de este amor que se dirige a los hombres como hemos estado diciendo. Inclusive hay un aspecto personal de este amor. De nuevo los discípulos falsos algunas veces son difíciles de detectar, porque quizás tienen una moralidad visible, tienen algo de conocimiento y hablan de hechos bíblicos y tienen información bíblica y se apegan o se involucran en algunas formas de cristianismo, pero lo que estamos buscando al identificar a un creyente verdadero es amor, amor manifiesto porque esa es la evidencia de un corazón transformado. Sin ese amor, es obvio que no hay transformación. Es así de simple.
Escuche a Primera de Juan 4:13, “Por esto sabemos que permanecemos en Él.” ¿Cómo sabemos eso? Si nos amamos unos a otros. Dios permanece en nosotros y su amor es perfeccionado en nosotros ¿Cómo sabemos que Dios permanece en nosotros? Si amamos. Si amamos.
Ahora ese amor en nuestro texto va en tres direcciones. Va hacia nuestro Señor, va hacia otros y tiene un componente personal. Ahora recuerde, todas las promesas de Juan 13 al 16, inclusive la oración de Juan 17, están simplemente cargadas de amor. De hecho la palabra amor es repetida una y otra y otra vez a lo largo de todos estos capítulos. Todas las promesas del Señor fluyen de su amor a nosotros y producen en nosotros amor que le corresponde.
“Él derrama su amor en nuestros corazones.” Romanos 5:5 y somos conocidos por nuestro amor. El Señor nos da un legado de amor, nos da todas las glorias de su amor. Estas únicamente son para aquellos a quien Él ame eternamente y correspondemos a ese amor. Nosotros le amamos a Él ¿Por qué? Porque él nos amó primero.
Entonces el discípulo genuino no solo es conocido porque él ha sido librado del error a la verdad, porque él ha sido librado de las tinieblas a la luz de Satanás, a dios del pecado, a la justicia, sino que el creyente verdadero es conocido porque él ha sido librado del odio al amor. Dices, “Espera un momento, ¿qué quiere decir odio? ¿Quiere decir que los incrédulos odian? Sí, sí odian a un grado u otro ¿Qué es lo que odian? Odian a Dios, odian a Cristo, odian el Evangelio, odian la Biblia.
Jesús dijo eso a Juan 15 en esta ocasión misma en le versículo 18 “Si el mundo se aborreciere, sabéis que me ha aborrecido a Mí antes de que os aborreciera. Si fueres del mundo, el mundo amaría lo suyo, pero debido a que no sois del mundo, sino que Yo os escogí del mundo, debido a esto el mundo se aborrece.”
Simplemente así es. Odian, odian las cosas de Dios. Ahí en el versículo 25 Él dice, “me aborrecieron, sin causa me aborrecieron. No hay razón para este odio. Este odio está encerrado en su naturaleza caída, está encerrado en la depravación. Hay un odio hacia Dios y un odio hacia Cristo y un odio hacia el Evangelio y un odio hacia las Escrituras.
Una de las cosas que sucede en la salvación, y es una realidad dominante, es que de pronto lo que usted aborrecía ahora lo ama. Ama a Dios, ama su palabra, ama a los suyos. Y a usted le encanta ser leal a Él. Estas son las dimensiones del amor derramado en el corazón por el Espíritu Santo.
Ahora regresemos a ver estos tres aspectos del amor.
Número Uno. Un creyente verdadero es identificado por amor, por la Gloria de su Señor. Vimos eso en los versículos 31 al 33. Amor por la Gloria de su Señor. Vimos eso a detalle, no voy a regresar. Simplemente mencionar que el Señor quiere que estos discípulos que están discutiendo, que están debatiendo acerca del hecho de que quieren estar a su derecha y a su izquierda y quién va a ser el mayor en el Reino, y simplemente están cargados de orgullo egoísta, buscando sus intereses personales y es bastante nauseabundo eso. Y se ha estado llevando ya por mucho tiempo. Nuestro Señor quiere darles una redirección y entonces les dice, “miren,” versículo 31, “ahora el Hijo de Dios es glorificado y Dios es glorificado en Él. Si Dios es glorificado en Él, Dios también se glorificará en sí mismo y lo glorificaré inmediatamente.” Tienen que quitarse los ojos de sus propias metas, su propia ambición, sus propios deseos y tienen que comenzar a pensar en la Gloria de su Señor ¿Entienden? Sé que no les gusta que me voy, sé que esto los turba.
Juan 14:1, “dejen de dejar que su corazón este turbado.” Versículo 27 mismo capítulo, al final del versículo, “No dejen que su corazón se turbe, no teman.” Y más conversaciones se llevaron a cabo esa noche acerca de, no queremos que te vayas ¿A dónde vas? ¿Por qué no podemos venir? Tienen que quitar su enfoque de sus posiciones en este Reino en mi Gloria. Ahora es el momento para que Yo sea glorificado. Ahora es glorificado el Hijo del Hombre. Ve a la cruz, Él es glorificado en la cruz. Ahí es donde Él despliega su Gloria. Sí, Él fue glorificado claro en su configuración de una manera, pero no fue ahí en donde Él dijo, ahora es glorificado el Hijo del Hombre. Él fue glorificado en su bautismo, pero no fue ahí que Él dijo, ahora el Hijo del Hombre es glorificado. Es aquí en la cruz que el Hijo del Hombre es verdaderamente glorificado, porque Él logra la redención para todos los que jamás creerían a lo largo de toda la historia humana. Este es su acto más grande de Gloria. No solo eso, Dios es glorificado en la cruz porque Dios muestra todos sus atributos. Todo, desde el amor de Dios a la justicia de Dios. Todo desde la misericordia y la gracia, a la justicia de Dios. Todo desde su perdón, a su ira. Todo está ahí. Además una tercera cosa, Dios va a glorificarlo inmediatamente, lo cual significa que tienen que entender que no solo la cruz va a glorificarme y la cruz va a glorificar al Padre, sino que cuando se acabe del otro lado, Dios me va a glorificar a mí inmediatamente por la resurrección, ascensión, exaltación glorificación, coronación. Tienen que dejar que esto suceda. Necesitan enfocarse en mi Gloria venidera.
“Hijito,” versículo 33, “aun estaré con vosotros un poco. Me buscareis, pero como os dije a los judíos, lo hizo dos veces, así os digo ahora a vosotros, a donde yo voy, vosotros no podéis venir. No ahora. Ahora no. Ahora no.”
Allá abajo en el versículo 36 Él dijo, vendrán después. De hecho en el 14 Él dice, “voy a preparar ¿qué? un lugar para vosotros.” Es temporal. Para los judíos es para siempre. Ustedes nunca vendrán a donde yo voy. Para ellos temporal.
No se aferren a mi humillación. No se aferren a mi humillación. ¿Se acuerda cuando Él dijo, “no te aferres a mí?” en el huerto a la dama que se aferró a sus pies, “debo ir a mi Padre. No puedes mantenerme aquí. Es tiempo para mi Gloria. 33 años es suficiente. Es tiempo para mi Gloria.”
Y simplemente explica un punto aquí, lo hicimos la semana pasada. Usted puede identificar a un creyente verdadero porque el objeto de su amor es la Gloria de su Señor. Sea lo que eso signifique, sea lo que cueste, sea cual sea el precio que pague. Y estudiamos eso la última vez. Para un seguidor devoto verdadero del Señor Jesucristo, el amor demanda que su Señor sea glorificado. Sé glorificado Señor, sé glorificado. Lo cantamos eso todo el tiempo ¿no es cierto? Lo decimos todo el tiempo. Esa es la marca de una persona humilde, abnegada, transformada, regenerada.
En segundo lugar, versículos 34 y 35. Este amor va en la dirección de otros. El nuevo mandamiento era nuevo ¿Por qué era un nuevo mandamiento? ¿Acaso no hubo mandamiento amar que había existido por mucho tiempo? Absolutamente, se encontraba ya en el Pentateuco. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Amarás al Señor Tu Dios con todo tu corazón, alma, mente y fuerzas. Es el mandamiento más fuerte amar que se puede dar. Seguro, pero ¿por qué es un mandamiento nuevo? Le voy a decir por qué es nuevo.
Número uno, los judíos no lo decían. Era nuevo para los judíos. Estaban llenos de enemistad, amargura, celos, rivalidad, facciones, divisiones. Número dos, los discípulos no lo mostraron. Estaban discutiendo acerca de quién de ellos era el más grande en el Reino, luchando entre ellos. Número 3, el Señor acababa de establecer un ejemplo nuevo que demostró un tipo de amor que nunca antes había sido demostrado y añadiría a eso en la cruz. Ninguno tiene mayor amor que este. En cuarto lugar tendrán una nueva capacidad de amar de una nueva manera, porque el Espíritu Santo vendría y derramaría ese amor en sus corazones. Por todas esas razones, esto es nuevo.
Entonces Él dice, “les estoy dando lo que es esencialmente un mandamiento nuevo, que os améis unos a otros como yo os he amado. Que vosotros os améis unos a otros. Por esto conocerán todos que sois mis discípulos, porque tenéis amor, unos por otros.” Quiere demostrar que ustedes son alma verdaderamente regenerada, nacida de nuevo, redimida. Entonces su amor va a dar ese testimonio de manera clara. Su amor lo hará. Su amor. Así es como el mundo sabrá, hablamos de un Salvador, hablamos de la transformación, hablamos de un nuevo nacimiento, hablamos de recibir literalmente vida nueva, hablamos de cómo el Señor nos transforma totalmente ¿Cómo demostramos eso? No solo pueden ser palabras. Lo demostramos a nuestro amor unos a otros ¿Sí amamos a los perdidos como Dios los ama? ¿Sí a amamos a nuestros enemigos? Mateo 5 ¿Sí queremos hacerle bien a todos los hombres? Pero sobre cualquier otra cosa demostramos el poder del Evangelio de transformar por un tipo de amor que el mundo no conoce. Muy bien. Llevamos el amor a otro nivel.
Ahora ahí es donde terminamos la última vez, entonces vamos a retomarlo aquí.
Dije que únicamente los humildes aman, solo la gente humilde ama, solo la gente quebrantada ama. Solo la gente de bienaventuranza ama. El mundo está lleno de odio. La gente no regenerada está llena de egoísmo, están centrados en sí mismos y eso lleva a odio, enemistad, enojo, venganza y violencia, pero para los creyentes somos marcados por el amor. Somos marcados por el amor, porque hemos sido humillados. Dios solo da Gracia, Santiago dice, a los humildes ¿verdad? Solo a los humildes. Dios da Gracia a los humildes. A los orgullosos Dios los rechaza ¿De qué estamos hablando? Los humildes son los mansos. Los humildes son los que tienen hambre y sed. Las bienaventuranzas. Aquellos que saben que está en bancarrota espiritual, que reconocen su pecado, que confiesan su pecado, se arrepienten de su pecado, claman a Dios por una salvación en misericordia que no merecen. Eso es lo más humilde que usted va a hacer. Cuando usted literalmente llega a cualquier extremo que sea necesario para obtener la salvación usted sabe que no puede alcanzar. En donde es necesario usted odia a su padre, a su madre, inclusive su propia vida. En donde usted calcula el costo y ningún costo es demasiado elevado. Cuando usted viene quebrantado delante de Dios y usted dice, “Voy directo al infierno. Estoy atado al pecado. No tengo esperanza, No tengo manera de salir de esto. No tengo nada que ofrecer. No puedo alcanzar nada Señor. Me arrojo a tu misericordia, perdóname.” Ese es el punto más humilde al que cualquier alma puede llegar. Y eso es lo que significa venir a los pies de la cruz y clamar por Gracia.
Ahora una vez que usted entra en la familia de Dios, usted ha sido humillado, un creyente verdadero ha sido humillado y Pablo dice en Filipenses 2:1 al 4, puede abrir su biblia ahí. “Si hay una consolación de amor. Si hay algo tal como un amor consolador. Si hay una comunión verdadera del Espíritu. Si hay afecto y compasión. Si va a mantenerse el mismo amor, unidos en espíritu, con un solo propósito.” En otras palabras, si va a haber amor. Si el amor realmente va a estar presente, así es como funciona. “Nada hagáis por contienda o por vanagloria. Antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a uno mismo. No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.” De hecho, haya pues en nosotros este mismo sentir, el cual hubo en Cristo, quien siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo. Instando a la condición de hombre, se humilló a sí mismo haciendo su ________ hasta la muerte, muerte de cruz.
Usted no puede humillarse más de lo que Cristo se humilló. Solo los humildes aman y entre más humilde sea usted, más va a amar usted. Entre más orgulloso sea, menos va a amar.
Ahora leemos la definición clásica de este amor en Primera de Corintios 13, quiero regresar ahí, pero quiero recordarle que hay una línea en Primera de Corintios 13, es esta, “El amor no busca lo suyo.” Filipenses 2:4 dice, “no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Nada hagáis por contienda, por ambición egoísta.” Bueno Primera de Corintios dice, “El amor no busca lo suyo, es humilde, es abnegado, es indiferente a la ganancia personal, a la satisfacción personal, a la ambición personal. Está entregado al bienestar del que ama la bendición, el bien, el gozo del objeto de su amor.” Es una actitud que cuesta mucho por cierto, el amar es caro, es caro.
Voy a tratar de ayudarle a verlo en términos prácticos. Le voy a dar tres puntos. Uno, tenemos que amar lo suficiente para servir. Tenemos que amar lo suficiente para servir. Vimos eso en Juan 13 cuando Jesús lavó los pies de los discípulos, ¿se acuerda? Así es como el capítulo abrió. Todos estaban discutiendo acerca de cuál de ellos iba a ser el más grande en el Reino. Ninguno de ellos iba a amar la función más baja de un esclavo y lavar los pies de los otros. Por lo tanto colocarse en una posición baja. Ese no era el deseo de nadie. Entonces debido a que nadie hizo eso y sus pies estaban todos sucios por los caminos polvorientos, Nuestro Señor lo hizo, lavó sus pies.
Vimos eso a gran detalle. Es un relato conmovedor, sorprendente de amar lo suficiente como para servir. Amar lo suficiente como para inclinarse y servir al nivel más bajo en la vida. Al nivel más bajo, pies sucios. Amamos lo suficiente como para hacer lo más bajo. La tarea simple humillante, porque estamos preocupados únicamente por el bienestar del otro, el beneficio del otro, la bendición del otro. Y demostrar nuestro amor al otro. Entonces amamos lo suficiente como para servir.
Ya hemos estudiado eso, pero en segundo lugar y quiero desarrollar esto un poco. Amamos también lo suficiente como para santificar. Amamos lo suficiente como para servir y amamos lo suficiente como para santificar ¿Qué significa eso? Vaya a Mateo 18. En Mateo .16 tenemos la primera vez en el Nuevo Testamento en donde la palabra Iglesia es usada. Mateo 16, capítulo 18 tenemos la primera vez que se le da instrucción a la Iglesia. Ahí en el versículo 15 y en adelante la Iglesia se menciona, dilo a la Iglesia, versículo 17.
Entonces el Señor ahora le está hablando a los suyos. La iglesia no comienza sino hasta el día de pentecostés. Esto es instrucción preliminar para la Iglesia. Esto en el capítulo 18 es la primera instrucción dada a la iglesia antes de que la Iglesia llegara a existir. Son los cimientos por así decirlo. Esta es a base para la vida de la Iglesia. Antes de que el cimiento sea establecido en Pentecostés, de que el resto de la doctrina de los apóstoles sea establecida ¿Cuál es el punto de Mateo 18? Los discípulos vienen a Jesús, están discutiendo de nuevo acerca de quién es el mayor en el Reino ¿Quién entonces es el mayor en el Reino de los Cielos? Todos querían ser el mayor “¿Podemos sentarnos a tu derecha y a tu izquierda?” Juan y su hermano le pidieron junto con su madre ayudándoles para ilustrar eso. Entonces Jesús va a darles una lección de la vida en el Reino, muy bien. Entonces llama a un pequeño niño, a sí mismo. Algunos creen que de hecho la casa esta era la casa de Pedro y uno de los parientes de Pedro tenía un pequeño niño, pero lo que sea, pero no sabemos. Jesús tiene un pequeño niño en sus brazos como una ilustración. Él coloca al pequeño delante de ellos y después comienza a hablarles y lo que Él tiene que decirles es tan importante. Ahora recuerde, este es el cimiento de la Iglesia. Esta es la primera instrucción dada a la Iglesia. “A menos que os convirtáis,” versículo 3, “y os volváis como niños, no entrareis en el Reino.” Esa es la humildad, la bajeza, el reconocimiento abnegado de no haber logrado nada, de no haber alcanzado nada, de no haber producido nada. Usted llega con las manos vacías, en bancarrota al Reino. Usted viene como un niño. Los niños no han logrado nada, tienen que ser cuidados, ni siquiera pueden cuidar de sí mismos. No pueden alcanzar nada. No tienen ninguna historia de logros. Así es como usted entra. Usted entra sin nada. Usted entra en bancarrota. Usted entra al Reino, usted se humilla a sí mismo, versículo 4. Usted se humilla a sí mismo para entrar en el Reino.
Y ya en el Reino usted es el mayor ¿verdad? Juan el Bautista fue el hombre más grande que jamás vivió hasta este entonces, pero todos en el Reino de los Cielos son mayores que Juan. La grandeza es simplemente estar en el Reino y no es relativa, es absoluta, es absoluta.
Muy bien ahora estamos en el Reino y entramos como niños y todavía somos como niños. Ahora se nos enseña qué hacer. Todo aquel que recibiera un niño, como este en mi nombre me recibe a mí. ¡Guau! Cuando usted abre su corazón, abre su vida, se abre a sí mismo para tener comunión con otro creyente, usted está recibiendo a Cristo. Cristo viene a usted en ese creyente ¿Entendió eso? Ese es el cimiento. Ese es el cimiento de la vida en la Iglesia. Todo creyente verdadero es literalmente Cristo viniendo a su vida. Eso tiene mucho que ver con cómo voy a tratar a todo mundo. Esa es una realidad.
Como pastor cuando los veo a ustedes, honestamente puedo decir, y he conocido a muchas personas y creo que eso dice que he estado aquí 46 años, he conocido a muchas personas. No tengo algún tipo de parámetro relativo en mi mente, todo mundo es Cristo para mí. Todo mundo es Cristo para mí. Ustedes son Cristos. Y cuando usted viene a mí, Cristo viene a mí. Y cuando yo le ministro usted, y le ministro a alguien en quien Cristo vive, porque en él murió a quien llamó y con quien Él vivirá para siempre en la Gloria. Esto simplemente cambia todo en las relaciones humanas para los creyentes. Y no es que no estoy dispuesto a lavarle sus pies, claro que lo estoy. O hacer alguna cosa temporal, o ayudar a la gente si está enferma o llamarles, orar con ellos si están en el hospital. O proveer recursos financieros si tienen necesidades físicas, o sea cual sea el problema de la vida para tratar de ayudar las dificultades, ¡Claro! pero hay algo que va mucho más allá que ese tipo de ayuda externa. Algo mucho más importante. Versículo 6, “y viene de manera negativa, cualquiera que haga que algunos de estos pequeños que creen en Mí, tropiece.” ¡Oh! ¿Qué quiere decir eso? Tropiece en pecado. Si usted es la causa de que otro creyente tropiece y peque, escuche esto. Será mejor para él que se amarrare a su cuello una piedra grande y se ahogara en la profundidad del mar. Eso es bastante extremo. Digo, no sé si usted puede ser más extremo que eso. Usted estará mejor ahogándose en una muerte horrenda, arrastrado hasta el fondo del mar, con una roca jalándolo amarrado a su cuello, que hacer que otro creyente tropiece y peque.
Aquí es donde llegamos al punto en donde usted ama lo suficiente como para santificar. Todos tenemos que ser influencias santificadoras, no fuentes de tentación. Usted dice, “bueno, ¿cómo es que yo puedo causar que otro cristiano tropiece? Bueno usted los lleva a pecar. Tolera su chisme, los tienta a hacer algo que no está bien, podría hacerlo de manera abierta, podría hacerlo de manera encubierta al ser un mal ejemplo, al establecer un patrón que ellos siguen y van a caer en pecado. Podrá hacerlo al no instruirlos en el camino justo. Podría hacerlo al no advertirles y amonestarlos, pero digo, el objetivo aquí es que usted debe vivir su vida de tal manera que nada de lo que usted hace, haga que otras personas tropiecen y pequen. Usted estaría mejor ahogado.
Bueno el versículo 7 dice, “¡Ay del mundo! Debido a sus piedras de tropiezo ¡Ay del mundo! condenación al mundo. Me da gusto porque el mundo está ahí. No vamos a ser condenados cuando hagamos que otros tropiecen. Los maridos pueden hacer que sus esposas tropiecen. Las mujeres pueden hacer que los maridos tropiecen. Y usted lo puede hacer con mucha frecuencia. Usted sabe qué botón apretar. Quizás eres como tu mamá o lo que sea, no sé pero ¿usted conoce esos gatillos? Dice usted, “¿acaso esto significa que podemos ser condenados? ¿Condenación la palabra ay?” No, ¡ay del mundo! ¿Qué es lo que le está diciendo? Lo esperamos del mundo, lo esperamos por cierto. El Señor va a recompensar al mundo, no se van a salir con la suya. El mundo y particularmente en la actualidad, claro, estamos muy conscientes del mundo. Nuestro mundo está lleno gente que tienta a la gente a pecar, que crea la tentación. Literalmente trabaja duro en crear la tentación, creando mentiras, engaño, corrupción, inmoralidad a todo nivel posible, a todo nivel imaginable de inmoralidad. El mundo está trabajando realmente duro, realmente duro para empujar una generación entera a la homosexualidad. ¡Ay de ellos! No se van a salir con la suya. Toda aquella persona que está promoviendo eso, no se va a salir con la suya. ¡Ay de ellos! La condenación va a venir en aquellos en el mundo que han hecho eso. Es inevitable que vengan las piedras de tropiezo, pero ¡ay de ese hombre por el cual viene la piedra de tropiezo! Si tú eres el arquitecto de algo que tienta a la gente a pecar ¡Ay de ti amigo mío! ¡Ay de ti!
Ciertamente no esperamos eso en la Iglesia. No esperamos eso entre creyentes. Debemos tener una influencia santificadora. Tenemos que ir en contra de la cultura. Esta es la razón por la que usted tiene que ser tan cuidadoso, inclusive como pastor a no jugar con la cultura. Y cuando este importando elementos de la cultura, usted termina no solo con la nariz del camello en la tienda de campaña, sino con el camello entero adentro de la tienda. Tome acción drástica antes de que usted haga que alguien tropiece. Y Él usa una especie de proverbio, “Si tu mano o tu pie,” versículo 8, “te hace tropezar, córtalo y tíralo. Mejor es entrar en la vida cojo, manco que tener dos manos, dos pies y ser echado en el fuego eterno. Si tu ojo te hace ocasión de caer, sácalo y échalo, porque mejor te es entrar en la vida con un ojo, que teniendo dos ojos y ser arrojado al infierno eterno.” Mire ese es un especie de proverbio. Más vale que usted tome acción drástica contra el pecado. Esto es para el mundo, esto es para el mundo y esto también claro es para nosotros.
Después el versículo 10 se vuelve aún más específico, “no menospreciéis a uno de estos pequeños.” Entonces no debemos llevarlos a pecar, no debemos ser la causa de tropiezo, ni siquiera debemos menospreciar a uno. Eso es tener en poco, catafroneo pensar como inferior, menospreciar, considerar por debajo de nosotros a otro creyente. Eso quizás no se escuche como pecado, eso quizás no se oye como que causamos que alguien tropiece. Bueno no lo es, es otra categoría. Con Dios no hay excepción ¿de qué? De personas. Santiago dice, “no le puedes decir a este hombre pobre, salte de aquí, vete hueles. Y al hombre con la ropa elegante y el anillo de oro, siéntate aquí. No puedes hacer eso, no puedes mostrar parcialidad. No hay excepción de personas con Dios. No puedes tener en poco a la gente, verlos como menos.” Usted debe ser una influencia santificadora para todos los hijos de Dios porque Cristo viene a usted en todos ellos y usted debe ser una influencia santificadora.
Dios está tan preocupado por todo esto que en el versículo 10 dice, “Los Ángeles que ministran a los Santos en el Cielo, continuamente ven el rostro de mi Padre que está en los Cielos. Los Ángeles aquí son retratados en el Cielo viendo el rostro de Dios, hablando metafóricamente, y están viendo para ver si Dios tiene alguna preocupación. Y están ahí sobrevolando en la presencia de Dios para ser enviados para ayudar a los creyentes, por quienes Dios está preocupado. Entonces cuando usted está conduciéndose de una manera no santificada con los Hijos de Dios, Dios no queda agradado y puede tener que enviar a los Ángeles Santos para cuidar de los suyos. El punto es que el Cielo está atento a lo que hacemos. Dios está preocupado por todos, como un pastor.
“Si Él tenía 100 ovejas,” versículo 12, “y una se desvía, ¿acaso no va a dejar a las 99 y va a ir a buscar la que se desvió? y cuando la halló se regocija más que por las 99.” Entonces no es la voluntad de Vuestro Padre que está en los Cielos que uno de estos pequeños sea devastado. Él no quiere que usted menosprecie a un pequeño creyente insignificante y como consecuencia, al ignorar al creyente y al no tener un ministerio en la vida de ese creyente, no sea usted santificadora. Ese creyente pequeño en cierta manera se aparta y de alguna manera es devastado. Esto se vuelve bastante directo en el versículo 15 “si tú hermano pecas ¿qué? ve y ensénales su pecado. Si él no se arrepiente, toma a dos o tres testigos. Si no se arrepiente, dile a la Iglesia. Si no se arrepiente, sácalo. Esto es lo que el amor hace. ¡Oh! por cierto cuando el regrese y se arrepiente, perdónalo ¿cuantas veces? 70 veces 7. Todo esto es ministerio santificador. Todo esto es santificador. Entonces ¿amamos lo suficiente como para servir y servimos? Y ustedes saben eso mejor que cualquier otro grupo de personas que yo conozco en cualquier otro lugar. Ustedes son sorprendentes en servir. Y voy a decir esto, ustedes también esta comprometidos con santificar. Esta es una congregación santificadora. Ustedes se preocupan entre sí por sus vidas. Así es como el amor actúa. Entonces ¿cómo es que usted puede identificar un creyente verdadero? Un creyente verdadero ama lo suficiente como para servir y ama lo suficiente como para santificar.
Muy bien, en tercer lugar debemos amar lo suficiente como para sufrir. Debemos amar lo suficiente como para sufrir. Va a llegar a eso, en cierta manera es el precio. Al decir sufrir, no quiere decir que usted se coloca algo en las uñas o se flagela la espalda o cadenas. Pero hay algunos precios bastante elevados que pagar por ser alguien que ama fielmente a aquellos que son de Dios. En Segunda de Corintios quiero que vea el capítulo 2 en el versículo 15. Pablo ha derramado su corazón ya en dos cartas a los Corintios que están en el Nuevo Testamente. Él escribió dos más a las que él se refiere que no están en las Escrituras. Esas son cuatro cartas, una congregación y han secado su alma, con toda certeza. Han sido un grupo muy difícil que tratar, infiltrados por falsos maestros que lo han acusado de cosas terribles. Él está haciendo su mejor esfuerzo por ministrarles, pero observe lo que dicen Segunda de Corintios 12:15, “y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas. Gastare lo mío. Entregaré todo lo que tengo, cualquier comodidad, cualquier posición, lo que sea. Lo que yo tenga que pueda gastar. Y yo, personalmente pasivo me gastaré. Yo entregaré mi vida, yo entregaré mi vida por sus almas, aunque amando más sea amado menos.” Esto es lo que él no puede entender ¿por qué conforme yo los amo más y más y más y gasto? y literalmente a nivel personal me estoy gastando ¿por qué es que me aman menos? Regresa al capítulo 11 y entendemos un poco el sufrimiento que Pablo soportó. Él dice versículo 23, “En trabajos más abundantes, en azotes y número, son ministros de Cristo en peligros de muerte muchas veces. De los judíos cinco veces he recibido 40 azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas. Una vez apedreado. Tres veces he padecido naufragio. Una noche y un día he estado como naufrago en alta mar. En caminos muchas veces, en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos, en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre, sed, en muchos ayunos, en frio y en desnudez.” ¡Guau! Todo eso fue lo que enfrentó en su cuerpo, a nivel de su humanidad, pero observen lo que enfrentó en su alma. Versículo 28, “y además de otras cosas por encima de esas cosas externas, lo que sobre mí se agolpa cada día la preocupación por todas las Iglesias.” Él no está hablando de deberes administrativos. Él está hablando de cómo los fracasos y debilidades de la Iglesia despedazaron su corazón. Él lo dice de esta manera en el versículo 29, “¿quién enferma y yo no enfermo? ¿a quién se le hace tropezar y no me indigno? Siento su debilidad ¿quién los ha llevado a pecar sin que yo me preocupe intensamente? Su amor le costó un sufrimiento inmenso. Físico, emocional, inclusive sufrimiento espiritual. Un aguijón en su carne, mensajero de Satanás, capitulo 12, versículo 7, para humillarlo, para evitar que él se exaltara a sí mismo porque él había recibido tantas revelaciones, Y creo que estos fueron los falsos maestros, el líder de los falsos maestros en Corintios, que estaban despedazando la Iglesia y él le pidió al Señor tres veces que lo quitara, que lo quitara, agonizando, con una estaca que lo había perforado. Y el Señor le dijo, “bástate en mi Gracia, porque Mi poder se perfecciona en la debilidad.” Por lo cual por amor a Cristo, por tanto de buena gana, me gloríe mas bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo, por lo cual por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias, porque cuando soy débil, entonces soy fuerte ¡Guau! Él sufrió físicamente, él sufrió emocionalmente, él sufrió espiritualmente, él amó a ese nivel.
¿Quiere quebrantar su corazón? Vaya al versículo 20, Él le va a decir cómo. Temo ¿qué temes Pablo? ¿Temes los látigos? ¿Temes los azotes? ¿Temes las varas? ¿Temes los golpes? No, esto es lo que temo. Me temo que quizás cuando llegue, voy a encontrarlos no como quiero que estén. ¡No es eso sorprendente! Me pregunto si usted alineara los líderes en la Iglesia o la religión, inclusive pastores y les preguntara ¿qué es lo que más temen en su Iglesia? Bueno esa sería una pregunta interesante. ¿Lo que más teme usted son los asientos vacíos? ¿Lo que más teme es no tener una audiencia grande para su mensaje?
Lo que más temía Pablo era que su congregación no fuera lo que él quería que fueran ¿Y qué era lo que él quería que fueran? Él lo dijo en Gálatas, “estoy en dolores de parto hasta que Cristo sea formado en vosotros.” Esto es lo que quiero que sean y voy a seguir haciendo el sacrificio que necesite hacer para llegar a ese fin. No quiero llegar y no quiero encontrarlos siendo lo que no quiero que sean. Entonces voy a tener que ser lo que ustedes no quieren que yo sea. No quiero tener que venir y encontrar contienda y celos y enojo y disputas y calumnias y arrogancia.
Después versículo 21 él añade, “me temo que cuando yo venga, mi Dios me pueda humillar delante de ustedes y yo tengo que llorar.” ¿Por qué vas a llorar Pablo? ¿Por una congregación pequeña? ¿Por qué vas a llorar? No, voy a llorar por muchos de aquellos que han pecado en el pasado y no se han arrepentido de la impureza, inmoralidad y sensualidad que han practicado.
Mire, amar a los hermanos es trabajo duro. Amamos lo suficiente como para servir. Amamos lo suficiente como para santificar y si es necesario amamos lo suficiente como para sufrir. Esto quiere decir que nos metemos en sus vidas y sentimos el dolor y la presión de vivir la vida en un mundo pecaminoso, caído. Cuando ve una Iglesia como la nuestra, entiendo esas oraciones de Pablo. Mi temor más grande en la Iglesia es que lo celos, la disensión, el enojo, las disputas, la calumnia, los chismes, la arrogancia, la inmoralidad, la sensualidad y la impureza, pueda entrar en esta Iglesia en su vida o en la vida de cualquier otra persona. Esta es la marca del discipulado verdadero. Usted no solo ama al Señor y su Gloria, ustedes se aman entre sí a este grado.
Muy bien, hay un tercer punto. Hay una tercera perspectiva con este tipo de amor y es personal. Es personal. Es amor como se define por mi propia lealtad. El amor definido por estar enfocado en la Gloria de Cristo, estar enfocado en amar a otros, estar enfocado en mi propia lealtad. Es un aspecto crítico del amor. Y viene como una advertencia para Pedro.
Regrese a Juan 13, Simón Pedro versículo 36 le dijo, “Señor ¿por qué te vas?” Jesús le respondió, “a donde yo voy, no me podéis seguir ahora, pero sí irás más tarde. Pedro le dijo “Señor ¿por qué no te puedo seguir ahora? mi vida pondré por ti.” Buen intento Pedro, pero sabemos la verdad. Eso simplemente es humo. [Inaudible] llamó a esto una realidad muy peligrosa en la vida del creyente, ignorancia personal, sobrevaluar su madurez espiritual, sobrevaluar su fortaleza espiritual. El discipulado es más que lealtad prometida, es lealtad permanente practicada.
Pedro hizo esta promesa de manera repetida. Allá atrás en Mateo 16. Allá atrás en Lucas 22, Mateo 26. De hecho él hizo la misma promesa varias veces más esta noche como se registra por Lucas y Mateo. Él estaba convencido de su lealtad absoluta. Estoy listo a morir por ti ahora. Versículo 38, Jesús respondió, “¿mi vida pondrás por Mí? de cierto de cierto te digo el gallo no cantará hasta que me niegues tres veces.” ¡Oh! ¿Qué significa que el gallo cante? No tenían relojes, sé que usted sabe eso. Entones dividían la noche desde que se ponía el sol hasta tres horas más o menos más tarde, quizás no de la noche, le llamaban la tarde. Después de ahí en adelante digamos hasta la medianoche, era llamada la medianoche. Después de la medianoche a las tres era llamado, cuando canta el gallo, porque alrededor de las tres de la mañana los gallos comenzaban a cantar. Entonces después la mañana seguía de las tres a las seis de la mañana. Antes de las tres de la mañana, mañana por la mañana, me vas a negar tres veces. Y lo hizo ¿no es cierto? Más de tres veces, en tres lugares separados, múltiples veces. Lucas señala que Pedro “Pedro se jactó demasiado, oró demasiado poco, actuó demasiado rápido, siguió demasiado lejos y terminó negando a su Señor.” Y cuando se dio cuenta de lo que había sucedido, Lucas 22:62 “Pedro salió y ¿qué hizo? él simplemente lloro amargamente. Una experiencia agonizante, agonizante, agonizante. Profundamente entristecido, profundamente deprimido, atemorizado culpable. El Señor lo encuentra en Galilea y ¿qué le dijo el Señor? “Pedro ¿me qué? ¿me amas? Sí Señor, te amo. Pedro, ¿me amas? Sí Señor te amo. Pedro, ¿me amas? Señor Tú sabes que te amo. Entonces alimenta a mis ovejas.” Pedro nunca dobló la rodilla después de eso. Nunca lo volvió hacer. Finalmente fue una cruz en donde él fue crucificado de cabeza. Él predicó ese gran sermón en Pentecostés y muchos de esos sermones que siguieron en la ciudad de Jerusalén ¿Cuál fue al diferencia? El Espíritu Santo vino, derramó ese amor en su corazón y nunca disminuyó, nunca disminuyó. Un amor leal.
¿Cómo sabe usted cuando alguien es un cristiano verdadero? Su amor se enfoca en la Gloria de su Señor, en el bienestar de sus hermanos y hermanas en Cristo y se evidencia a sí mismo en una lealtad inmortal, perseverante, amorosa a Cristo.
Hay otro beneficio maravilloso de esto y quiero cerrar ahí. Entonces vaya a Primera de Juan si es tan amable. Veamos el capítulo 3 versículo 18, “Hijitos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.” Muy bien, realidad, amar lo suficiente como para servir. lo suficiente como para santificar, lo suficiente como para sufrir. Después observe el siguiente versículo “por esto sabremos que somos de la verdad y aseguraremos nuestro corazón delante de Él.”
¿Quiere tener un corazón seguro? ¿Quiere saber qué es salvo? ¿Quiere tener esa certeza? ¿Quiere tener confianza? Así es como usted la tiene. Diga el principio, el amor es la marca, no es solo la marca lo que muestra nuestra salvación otros. Es la marca que nos da nuestra certeza. Por esto sabremos que somos de la verdad y aseguraremos nuestro corazón delante de Él. Y en lo que nuestro corazón nos condene. En otras palabras, nuestro corazón nos puede condenar, vientos de duda e inseguridad pueden venir hacia nosotros como tentaciones y nuestros propios fracasos pueden causar que las dudas surjan, pero el amor manifiesto en todas estas direcciones quite esa condenación y nos da confianza delante de Dios. Que gran afirmación.
Eso es lo que vimos ¿no es cierto? en el capítulo 4 versículo 12, “si nos amamos unos a otros Dios permanece en nosotros y su amor es perfeccionado en nosotros.” Versículo 13, “Por esto sabemos que permanecemos en Él y Él en nosotros.”
¿Cómo sabe usted si es un creyente? Porque a usted se le ha dado el Espíritu Santo ¿Cómo se manifiesta el Espíritu Santo? En su fruto ¿Cuál es el primero? Amor, simplemente una porción increíble de las Escrituras. La marca grandiosa, distintiva de los verdaderos cristianos es amor. Por cierto, no son señales y maravillas. No son dones, influencia, popularidad, es la gracia simple hermosa del amor. La gracia de un corazón humilde enfocada hacia el Cielo, enfocada en servir a otros y estabilizando nuestra lealtad a Cristo.
Padre te damos gracias otra vez por Tu palabra preciada nosotros, cuán bendecimos somos. Cuán bendecidos hemos sido inclusive en esta mañana al haber considerado estas cosas. Sé glorificado Señor en la aplicación de esta verdad a todo corazón. Da certeza a ese corazón que duda, certeza en la evidencia del amor manifiesto hacia tu Gloria. Y en esa pasión profunda por ser leales y fieles a ti. Danos el gozo de nuestra salvación en esa certeza. Te daremos el horno y la Gloria en el nombre de Cristo, Amén.
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