No quiero compartir mucho tiempo esta noche, ni innecesariamente quiero predicar un sermón para ustedes. Me gustaría si fuera posible, y hago esto de vez en cuando, simplemente tener una especie de estudio bíblico grande junto con ustedes, acerca del tema de la pasión de Jesús por los perdidos. Pero me va a tomar un poco de tiempo en cierta manera llegar a ese punto específico, porque quiero hablar en general de este asunto de estar preocupados por la gente que está sin el Evangelio de Jesucristo.
Permítame comenzar al decirlo de esta manera, todo lo que es grande en la vida, todo lo que vale la pena, todo lo que es significativo, todo lo que tiene un impacto de manera suprema y es satisfactorio, es el resultado de la pasión imparable e innegable de alguien. Las cosas que marcan la historia humana como acontecimientos únicos son el resultado de personas que tienen un deseo profundo y consumidor por ver que algo suceda.
Y si el cristianismo va a impactar el mundo, debe ser llevado por personas que tienen un deseo consumidor por ver que alcance los fines de la tierra. Debe haber cierta pasión involucrada en el evangelismo cristiano. Pero debido a que vivimos en una época en la que literalmente nos abruma, que nos supera, que domina nuestra mente. La época en la que vivimos tiende a adormecer nuestro filo, nuestra pasión, tiende a adormecer nuestro compromiso, tiende a oscurecer la realidad de lo que es una meta legítima de manera genuina y lo que es un involucramiento ilegítimo. Vivimos en una época que roba nuestra fe de su poder contagioso.
Y en la mayoría de los casos me parece que los cristianos están contentos en cierta manera por colocar su fe en cristales mentales, en cierta manera es difícil, claro y exacto, y ahí termina. Hay cristianos en la actualidad, me parece, que en cierta manera son un baño de agua fría para todo corazón ardiente. De hecho, cuando conocemos a alguien con pasión, que está consumido por algún asunto espiritual, no entendemos, porque eso no es la norma. La norma en cierta manera es tener su cristianismo encajando en algún lugar para que no interrumpa su estilo de vida, o no le traiga una incomodidad a usted, que no interrumpa su recreación.
Muchos en el cristianismo en la actualidad tienen un cerebro grande, pero un corazón muy pequeño. Y la temperatura de la iglesia ha caído. Su paso es pesado y su espíritu en cierta manera es apático. Cuando pienso en eso recuerdo algo que encontré hace años atrás en una publicación presbiteriana que creo que es tan poderosa, se la leí hace unos 7 años atrás, cuando estábamos en Mateo 4.
Y quiero que lo vuelva a escuchar, es una parábola moderna. En una costa peligrosa en donde con frecuencia hay naufragios, en una ocasión hubo una estación salvavidas muy precaria. El edificio simplemente era una choza y solo había una barca. Pero los pocos miembros que estaban comprometidos mantenían una atención constante viendo el mar, y no pensaban en ellos, y simplemente salían día y noche de manera incansable buscando a los perdidos. Muchas vidas fueron salvadas por esta pequeña estación salvavidas, y se volvió famosa. Algunos de aquellos que fueron salvados, y muchos otros en el área que lo rodeaba, querían asociarse con la estación, y querían dar de su tiempo y dinero y esfuerzo para apoyar su trabajo.
Entonces se compraron nuevas barcas, y nuevas tripulaciones fueron preparadas. Y la pequeña estación salvavidas creció. Algunos de los miembros de la estación salvavidas no estaban contentos, porque el edificio estaba equipado de manera tan pobre, y no se veía muy bien. Pensaron que un lugar un poco más cómodo sería provisto como el primer refugio para aquellos que eran salvados del mar.
Entonces, reemplazaron los catres y las camas de emergencia y metieron mejores muebles en el edificio que habían agrandado. Ahora la estación salvavidas se volvió un lugar de reunión popular para sus miembros, y la decoran de manera hermosa, y la amueblaron de manera exquisita, porque la usaban como una especie de club. Menos miembros ahora estaban interesados en salir al mar en misiones para salvar la vida de personas.
Entonces contrataron a tripulaciones para que realizaran el trabajo. El lema salvavidas todavía estaba en las decoraciones del club, y había una barca litúrgica ahí en el salón en donde se tenían las celebraciones iníciales del club. Alrededor de este tiempo un barco grande terminó naufragando en la costa, y las tripulaciones contratadas trajeron a muchas personas que tenían frío, mojadas, y estaban medio ahogadas. Estaban sucios y enfermos, y algunos de ellos tenían piel negra, y algunos tenían piel amarilla. Y el club nuevo hermoso fue destrozado de manera considerable.
Entonces el comité de la propiedad inmediatamente construyó una casa con regaderas afuera del club, en donde las víctimas de los naufragios podían ser limpiadas antes de entrar. En la siguiente junta hubo una división en la membresía del club. La mayoría de los miembros querían detener las actividades salvavidas del club, porque eran desagradables y eran un estorbo para la vida social normal. Algunos de los miembros insistieron en que el salvar vidas era su propósito primordial, señalaron que todavía eran llamados una estación salvavidas.
Finalmente fueron derrotados en un voto, y se les dijo que si quieren salvar las vidas de diferentes tipos de personas que sufrían naufragios en esas aguas, podían iniciar su propia estación salvavidas ahí en la costa, lo cual hicieron. Conforme pasaron los años, la nueva estación experimentó los mismos cambios que ocurrieron en la antigua, evolvió en un club, y otra estación salvavidas se fundó. La historia continuó repitiéndose a sí misma.
Y si usted visitara esa costa en la actualidad, encontraría varios clubes exclusivos a lo largo de la costa. Los naufragios todavía son frecuentes en esas aguas, pero la mayoría de la gente se ahoga. Usted entiende la idea. Es una parábola de la iglesia. Y tenemos que hacernos la pregunta, ¿a dónde se ha ido la pasión por salvar vidas? ¿En dónde está la carga del evangelismo? ¿Por qué es que el evangelismo parece ser una distracción para la iglesia en lugar de ser su función central?
Dónde está el espíritu de Jeremías, quien en capítulo 9, versículo 1, dijo, “Oh, que mi cabeza fuera aguas, y mis ojos fuente de lágrimas, para que llorara día y noche por la herida de la hija de mi pueblo.” Él deseaba que él tuviera una cabeza llena de agua para que pudiera sacar toda la emoción que estaba contenida dentro, escapando únicamente de manera mínima mediante sus lágrimas.
¿Acaso la iglesia se ha conformado para un tipo de cristianismo egoísta que hace que la iglesia no sea nada más que un centro de actividades? ¿Estamos todos contentos con la comodidad y la prosperidad personal? Si usted mira atrás a la historia, el registro de la historia es que todas sus épocas más grandes han sido marcadas por ciertos esfuerzos valientes de hombres, hombres que fueron el puente sobre el vacío que amenazaba destruir a su sociedad, al caminar sobre el cuerpo de algún fanático que se hizo un camino para su gente.
El mundo siempre ha girado por fanático. Siempre ha sido girado por las personas apasionadas. John Stuart Black dijo hace muchos años atrás, y cito, “La primera iglesia trabajó mediante un contagio moral apasionado, no por la persuasión de un argumento frío. El método cristiano de la conversión, no mediante argumentos lógicos, sino mediante contagio moral, y el poder del Espíritu Santo, con las masas de la humanidad, siempre ha mostrado que es el más eficaz.” Fin de la cita.
Lo que él está diciendo es que el evangelismo es eficaz cuando viene de lo que los africanos solían llamar el corazón caliente en lugar de la mente fría. Es la pasión por la santidad y la pasión por las personas perdidas que vengan a Cristo, que encienda a la iglesia y la hace poderosa. Cuando la iglesia está preocupada por su comodidad, algo malo se ha apoderado de ella. Me sorprendió oír recientemente que algunas personas que habían estado en nuestra iglesia por muchos años se fueron, porque cambiamos su salón de clases.
Y dije, “Dios, ayúdanos. Si estamos tan lejos de aquello en lo que consiste la iglesia, que eso hace que dejemos una iglesia en donde por muchos años nos hemos integrado en las vidas de personas, y esperamos que hemos estado escuchando algunas de las cosas que han sido dichas.” Una iglesia, un cristiano sin convicciones fuertes y pasión fuertes, básicamente impotente. Usted puede regresar a la reforma. La mente más grande en el mundo en esa época en el mundo de la teología fue un hombre llamado Erasmo. Él era el pulido, él era el erudito, él era el intelecto más potente de su día. Pero él tenía una virtud que vacilaba. Y Dios nunca lo uso para traer la reforma. En lugar de eso, Dios tomó el anhelo ardiente de Martín Lutero el crudo, y mediante él, que no tenía ni la mitad del intelecto de un Erasmo, no tenía el refinamiento ni la capacidad ni el atractivo, pero el fuego en su corazón, y fue a él a quien Dios usó para que girara el curso de la historia de la iglesia.
El gran predicador José Parker dijo hace años atrás, “Mientras que la iglesia de Dios es una de muchas instituciones, tendrán su pequeño día, morirá y será todo. Pero tan pronto como ella tenga el Espíritu de Jesús, hasta que el mundo piensa que ha enloquecido, entonces estaremos en el camino alto para capturar a este planeta para Cristo.” Me maravillo, dijo un puritano de la antigüedad, cómo puedo predicar de manera estoica y fría, cómo puedo dejar que los hombres estén solos en sus pecados y que no voy a ellos y les ruego por causa del Señor, sin importar cómo lo reciban, y sin importar qué problemas me causen.
Cuando salgo de mi púlpito no estoy acusado de necesidad, de adornos o de elegancia, ni de dejar caer a un mundo no atractivo, sino que mi conciencia me pregunta cómo puedes hablar de la vida y la muerte con un corazón así, cómo puedes predicar del cielo y del infierno de una manera tan adormecida y descuidada. Verdaderamente este golpe de conciencia resuena en mis oídos, oh Señor, haz que Tú nos uses para hacerlo en las almas de otros.
Me puedo identificar con eso. Algunas veces siento la gran culpa habilidad de predicar de manera fría, o en cierta manera indiferente en mi corazón, si no en mi voz, de cosas que demandan el compromiso más grande. Un gran santo de Dios, Horacio Bonar, después de escuchar a un ministro joven que estaba predicando con gran gusto, le dijo, “Te encanta predicar, ¿no es cierto?” “Sí Señor. De hecho, me encanta.” Pero dijo el santo, “¿Amas a los hombres a quienes les prédicas? Eso es lo que importa.”
Y es trágico cuando llegamos al lugar en la vida de la iglesia, en donde nos hemos encontrado estar tan metidos en la cultura cristiana, que hemos perdido nuestra pasión, hemos perdido nuestro corazón cálido. Tenemos una mente bien preparada, pero no corazón cálido. El Dr. Cortland Myers, un pastor bautista de años atrás, escribió un libro titulado ¿Cómo Sabemos? El libro de la cerca de Robert Murray M'Cheyne, uno de los más grandes predicadores de Escocia, que murió a la edad de 29 años de edad. Esa será la edad cuando vine a Grace. Él ministró hasta los 29, y el Señor lo llevó a casa.
En el libro el Dr. Mayers escribe, “A donde quiera que M'Cheyne pisaba, Escocia se acudía. Cuando él abría su boca, una fuerza espiritual se movía en toda dirección. Miles lo seguían a los pies de Cristo. Un viajero dispuesto a ver a dónde M'Cheyne había predicado, fue al pueblo escocés, y encontró la iglesia. Él entró. Un hombre mayor de cabellos grises en su 60 lo llevó a la iglesia, y lo llevó al estudio privado de M'Cheyne, siéntate en esa silla, le ordenó. Y el viajero titubeó por un momento, y después se sentó en la silla. En la mesa frente a él estaba una Biblia abierta, inclina tu cabeza en ese libro y ora. Eso es lo que nuestro ministro siempre hacía antes de que predicaba, dijo el hombre mayor. Después llevó al visitante al púlpito ante la Biblia abierta. Ponte de pie ahí, él dijo, inclina tu cabeza sobre tus manos y deja correr las lágrimas. Así es como nuestro ministro siempre lo hacía antes de que comenzara a predicar.”
Y el Dr. Mayers dijo, “Con una pasión por almas perdidas en necesidad, es sorprendente que el Espíritu Santo le dio a M'Cheyne una personalidad magnética que atrajo a tantos al Salvador.” Es la importancia de un corazón apasionado. De hecho, creo que sería seguro decir que ninguna virtud está segura que no sea mantenida de manera entusiasta, ninguna virtud está segura en las manos de alguien que no tiene una gran convicción. De Juan Knox se dijo, y cito a su biógrafo, “Tan poderoso era él en su anhelo por las almas perdidas que pensé que rompería el púlpito en pedazos.” De José Alleine, quien ha escrito de manera tan profunda acerca del tema de la salvación se dijo, y cito, “Con un anhelo Insaciable infinito por la conversión de las almas. Él predicó con una voz fuerte, con un ojo fijo, y un alma encendida de amor.” ¿En dónde están estos hombres?
Decidí esta semana que necesitaba leer más acerca de ese tipo de hombres, y así fue. Y leí acerca de la pasión de Juan Wesley, su pasión por los perdidos realmente es sorprendente. Permítanme darles un poco de información biográfica de Juan Wesley. El escritor dice, “Él salió a hacer más por Inglaterra de lo que fue hecho por los ejércitos y barcos de Inglaterra en toda su vida. Que valentía y que trabajo. Él se había despedido de la comodidad. Y en cuanto al dinero, él vivía con muy poco y daba más de $200,000.00. Abusado y difamado en su época, él podía decir, dejo mi reputación en donde dejo mi alma, en las manos de Dios. Él le dijo a su hermano Carlos, cuando yo haya entregado a Dios mi comodidad, mi tiempo y mi trabajo, ¿exenté mi reputación? Entonces Juan Wesley a pie y montado a caballo, viajó más de 230,000 kilómetros, predicó 2,400 sermones. Y en medio de la difamación y el abuso nunca conoció los deleites del amor en casa. Fue sujeto de ataques incesantes de la multitud, del púlpito, y los diarios. Él no abatió una gota de corazón o esperanza hasta que había llegado a la edad de 88 años de edad y dejó de trabajar y de vivir.”
Canon Farrar dice, “La evidencia abrumadora existe para mostrar que la iglesia y la gente de Inglaterra en su día eran personas apáticas, sin alma, y la predicación era descuidada, la tierra estaba inmersa en inmoralidad. A Wesley se le concedió la tarea para la cual él fue apartado por una consagración envidiable, una tarea que incluso un arcángel pudo haber envidiado de él, de despertar un avivamiento poderoso de vida religiosa en esos púlpitos muertos en la iglesia que estaba dormida en una sociedad moribunda.
Él fue la sinceridad religiosa que no solo formó la comunidad de Wesley, que más tarde se convirtió en el metodismo, sino que operando a través del corazón de la iglesia misma que lo había menospreciado, él infundio fuego en sus carbones blancos. Fue él quien descubrió ese secreto perdido del cristianismo, la motivación fuerte por almas humanas. Él fue la voz que clamaba en el valle de los huesos secos, salid de los cuatro vientos, oh espíritu, y sopla sobre los muertos para que vivan.”
En la bahía de Westminster, ese gran templo de silencio y reconciliación, uno puede leer tres de sus grandes dichos Uno lleno de conocimiento santo, “Veo al mundo entero como mi parroquia.” Otro lleno de confianza triunfal, “Dios sepulta a su obrero, pero su obra sigue.” El tercero, su clamor en una época de debilidad extrema, es el mejor de todos, “Dios está con nosotros.” Y su biógrafo dice de él, “Al llegar al clímax de su vida, él se quedó sin aliento buscando almas.”
Y después estuvo el ejemplo de un gran predicador llamado Jorge Whitfield. En una lista larga de grandes evangelistas, el biógrafo dice, “Ningún hombre sobresale tanto a la luz de una pasión tan fuerte como la de Whitfield. Para él dos continentes reconocen su deuda y mantienen verde las tradiciones de su poder maravilloso. La mayoría de los líderes y los que buscan quedar bien con los hombres han llegado su servicio de las partes bajas de los pobres, y Whitfield no fue la excepción. Uniendo a Wesley para formar el club santo en Oxford, al principio mostró morbo en su anhelo espiritual.
Él usaba ropa con parches, comía alimento muy sencillo, oraba bajo los árboles. Ya en las noches del invierno en una agonía de alma que el sudor corría por su rostro. Finalmente él se aferró a Dios por la fe simple. Él había viajado por su propia vía dolorosa, el camino de la cruz. Y a través del dolor llegó a la paz. De esta manera él fue capacitado para ayudar a otros cuyo viaje fue por el mismo camino. Ordenado a la edad de 22, él comenzó a predicar inmediatamente con un efecto tremendo. Probablemente ningún hombre desde los días de Pablo lo sobrepasó en elocuencia sagrada.”
Dijo Juan Newton, “Si me preguntas quién fue el segundo predicador en el mundo, no lo sé. Pero si me preguntas quién es el primero, solo podrá haber una respuesta, Whitfield. Franklin fue a oírlo rogar por su escuela de huérfanos en Georgia, pero determinó que él no daría nada. Después de escuchar un poco decidió dar su dinero, primero sus cobres, después su plato, después su oro. Y antes de que Whitfield terminara, él había vaciado sus bolsillos. Hopkinson dejó su dinero en casa deliberadamente, pero fue tan conmovido que él tomó prestado todo el dinero de su vecino. Jerry dijo que él podía repetir las palabras Mesopotamia, y todo mundo lloraría.
Pero después de que todo se había dicho acerca de su elocuencia, su poder sobre los hombres dependía más sobre la pasión de su alma, que absorbía incluso la ambición más baja, y usó todo poder dado por Dios para llevar a los hombres a una decisión personal de Jesucristo como Señor y Salvador. Él fue de un mismo sentir con Jonathan Edwards con respecto a esto, y ambos guiaron el gran despertar de nuestra república joven. Ningún hombre fue más incansable en devoción que él.
En una ocasión él escribe, y este es su escrito, “Señor, cuando Tú me veas en peligro de establecerme, coloca una espina en compasión tierna en mi nido.” Y de nuevo él dijo, “Estoy determinado a seguir hasta que caiga muerto peleando, aunque esté sin piernas.” Hablando de su pasión, un Dr. Parsons dijo de él en un sermón predicado el día de su muerte, “Estábamos convencidos que él creía el mensaje que él llegó a presentar como de la importancia extrema. En la piedra de mármol, arriba de su polvo, en el Puerto de Newbury, estas palabras están grabadas. Dice ahí, “Como un soldado de la cruz, humilde, devoto, apasionado, él se puso toda la armadura de Dios, prefiriendo el honor de Cristo antes que su propio interés, comodidad, reputación o vida.” Y así dice su lápida. En 34 años él cruzó el Atlántico 13 veces y predicó 18,000 sermones. Para su sello, él tenía una llama, y bajo ella, el lema, “Que busquemos el cielo.”
En las palabras del gran poeta Cowper, “Él amaba al mundo que lo odiaba. La lágrima que caía sobre su Biblia era sincera. Atacado por el escándalo y la lengua de la contienda, su única respuesta fue una vida irreprensible.” Los registros de las últimas horas de Jorge Whitfield en el Puerto de Newberry son emocionantes más allá de lo que las palabras pueden expresar. Él está predicando su último sermón. Su tema es la fe y las obras. Con sus grandes sonidos él clama, “Obras. Obras. Un hombre llegará al cielo por obras. Yo pensaría antes de subir a la luna usando una cuerda de arena.”
Pero su voz comienza a fallar. “Me voy – dice él – a mi descanso eterno. Mi sol se ha levantado, se ha mostrado y se está poniendo. No. Está a punto de levantarse y brillar para siempre. No he vivido en vano. Y aunque podría vivir para predicar a Cristo mil años, muero para estar con Él, lo cual para mí es mucho mejor.” Él iba a predicar esa misma noche, pero se sintió incapaz de hacerlo. Él tomó su vela para irse a dormir, y a la mitad de las escaleras de afuera él se detuvo con la vela en su mano. La vela había quemado hasta apagarse, y así también su vida. Él se fue a su habitación a una noche agonizante, humanamente hablando, y después a la presencia del Señor Jesucristo. Transformó esta nación como el instrumento de Dios.
Leo acerca de personas así, y me pregunto dónde están, dónde están. Me parece que hoy día los profetas de Jehová son tan impotentes como los sacerdotes de Baal, cuando hablamos de llamar porque caiga fuego del cielo, o hay mucho teatro y mucha manipulación y mucha histeria torpe. ¿Pero dónde está el poder y la pasión por los perdidos?
Algunas de las cosas más maravillosas escritas del tema del evangelismo fueron escritas por un hombre llamado L.R. Scarborough, quien en una ocasión fue el presidente del seminario bautista del sur en Fort Worth, y fue el líder de su ministerio de evangelismo. Algunas de sus cosas simplemente son maravillosas. Y al escribir de la pasión de Jesús, él dice esto, “Jesús fue más que un reformador, benefactor, liberador, más que un predicador y maestro. Él fue y es el regenerador del mundo. Él halló toda la vida envenenada de pecado mortal. Él colocó la antitoxina salvadora, el suero que da vida de la regeneración en la raíz de la malaria pecaminosa del mundo, incluyendo la cólera, parálisis, lepra, cáncer y tuberculosis. Él fue el gran médico, el cirujano del alma más grande del mundo. Fin de la cita.
Jesús fue marcado de manera única, dice Scarborough, como uno que tuvo pasión por las almas de los hombres. Él anhelaba alcanzar a los perdidos. Él entusiasta. Él lloró por los perdidos. Y realmente creo que él es nuestro modelo. Y aún si podemos hacerlo de manera tan breve esta noche, me gustaría ver al Señor como el modelo de evangelismo, de la pasión por evangelismo.
Ahora, para ver esto vayamos al Nuevo Testamento y al registro de los evangelios, y no vamos a explicar demás el punto, sino simplemente presentarlo. Y esperamos que sea de una manera que valdrá la pena recordar. Jesús tuvo un gran compromiso con alcanzar a las personas perdidas con el Evangelio Salvador. Y solo quiero mostrarle algunas maneras en las que sabemos eso, y le voy a dar un pequeño bosquejo. En primer lugar, sabemos que Jesús estaba preocupado por alcanzar a los perdidos, porque incluso su precursor fue un evangelista, incluso su precursor fue un evangelista.
Mateo 3. ¿Quién fue su precursor? Juan El Bautista. Era un reformador, un profeta, un predicador poderoso, pero preminentemente él fue un evangelista. De manera preminente él llamó al arrepentimiento. De manera permanente él fue un ganador de almas. Y podemos usar ese término más bien contemporáneo. Me parece significativo que El Salvador, el Hijo de Dios, el Señor de Gloria, Jesucristo, fue presentado al mundo por un hombre cuya única credencial fue que él era un evangelista, que él predicaba arrepentimiento. Y ciertamente fue uno de los más, sino es que el más poderoso de los profetas evangelísticos en la historia de Israel. Porque toda Jerusalén y Judea salieron para oírlo predicar. Él fue una voz poderosa de trueno llamando a los hombres Dios, y presentándoles al redentor del mundo, quién dijo, “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.”
Para entender un poco su énfasis, capítulo 3, versículo 1, “En aquellos días vino Juan El Bautista predicando en el desierto de Judea, y diciendo, “Aquí está la esencia de su mensaje. Arrepentíos porque el reino de los cielos se ha acercado.” Él llamó al arrepentimiento. Él llamó a los hombres a dejar su pecado y volverse al reino de Dios. Lo cual sería, claro, presentado por el rey mismo, el Señor Jesucristo, “Pues este es de aquel de quien habló el Profeta Isaías cuando dijo voz del que clama en el desierto, preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas.” Y dice que él estaba vestido de pelo de camello y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos, y su comida era langostas y miel silvestre, no una dieta deseable en lo particular. Pero si usted está afuera en el desierto de Judea no tiene muchas opciones. No había nada en su forma persona que era atractivo en particular, fue el poder de su mensaje, el poder de su vida.
Y dice en el versículo 5, “Y salía a él Jerusalén y toda Judea y toda la provincia de alrededor del Jordán, y eran bautizados por él en el Jordán confesando sus pecados.” Este es un avivamiento que este hombre trajo al predicar en contra del pecado. Y él era muy directo. Él vio a muchos de los fariseos. Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían. Ahora, si él hubiera sido preparado en los métodos modernos de evangelismo, usted tan solo puede imaginarse cómo pudo haber enfrentado a los fariseos, qué sutilezas pudo haber usado para tratar de identificarse con el punto del que venían. Podríamos imaginarnos todo tipo de estrategias que él pudo haber usado, “Oh, eso es maravilloso. Usted es un fariseo. Mi tío fue un fariseo. La hermana de mi esposa está casada. Los vamos a invitar a cenar. Estoy tan contento porque usted es un –” Quizás incluso existía una preparación de evangelismo para cómo darle testimonio a un fariseo.
Bueno, quiero que vea su estrategia. Él los vio venir, y les decía, “Generación de víboras. ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?” Sorprendente. ¿Qué están haciendo aquí víboras? Haced pues frutos dignos de arrepentimiento. Y no penséis decir dentro de vosotros mismos a Abraham tenemos por padre. No me den nada de ese orgullo judío, porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aún de estas piedras. No son nada especial. Él puede hacer eso con una roca.
Ahora, este es un método muy directo, “Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles. Por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego. Yo la verdad os bautizo con agua para arrepentimiento, pero el que viene tras de mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo. Él los bautizará en Espíritu Santo y fuego. Su aumentador está en su mano y limpiará su era recoger su trigo en el granero, y quemará la paja en el fuego que nunca se apagará.” Pero dónde están los evangelistas que truenan. ¿Por qué hemos aceptado esta comunicación de moda? ¿Qué pasión se ha perdido en el evangelismo en la iglesia contemporánea de tal manera que todo mundo está metido en la estrategia sutil que está de moda, que francamente usted no encuentra en la Escritura siendo modelada por los evangelistas o el escrito sagrado? Fue dicho de Juan el Bautista en Juan 5:35, que él era una luz viva y brillante.
Usted estará con Juan El Bautista unos 30 segundos antes de que supiera lo que él tenía que decir. Escuche, sé que Jesús tuvo una pasión por el evangelismo, porque su precursor fue un evangelista ardiente. Eso me dice algo acerca del compromiso del Señor. Él quiso comenzar un avivamiento antes de que Él siquiera llegara así. En segundo lugar, y estos son puntos muy obvios, simplemente a manera de repaso, es claro para mí que Él tuvo una pasión por el evangelismo debido a que su propio ministerio estuvo centrado en eso.
El ministerio mismo de Jesucristo básicamente fue un ministerio de evangelismo. Capítulo 4, versículo 17 de Mateo, y hemos visto este versículo muchas veces. Jesús comenzó a predicar, y cuál fue su mensaje, simplemente fue un eco de lo que Juan predicó, “Arrepentíos porque el reino delos cielos se ha acercado.” Él sin duda alguna dijo cosas que Juan dijo acerca de la ira venidera, juicio, arder, infierno, escapar de él, confesar su pecado, volverse de su pecado. Él predicó un mensaje de arrepentimiento, y se volvió lo que marcó su ministerio más que cualquier otro tema.
Y cuando en el versículo 35 del capítulo 9, “Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el Evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.” Encontramos ahí otra indicación de que Él estaba evangelizando. Él estaba predicando las buenas nuevas del reino. ¿Cuáles son las buenas nuevas? Que los pecados de los hombres puedan ser perdonados, que Dios ha provisto un cordero, que Dios ha hecho provisión para el pecado. Esas fueron las buenas noticias.
Y a dónde quiera que Él iba lo predicaba. En el capítulo 11, versículo 28, Él dio una invitación, “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados y yo os daré descanso. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.” Comparándose a sí mismo con la carga pesada, las cosas insoportables que los legalistas estaban colocando en las espaldas de la gente.
El primer sermón registrado en la Escritura Mateo 5 al 7, creo que es el sermón evangelístico más grande jamás registrado. Es una obra maestra de evangelismo, en la que Jesús comienza al decir, “Aquí están las características de aquellos que están en mi reino. Segundo punto, no califican. Tercer punto, más vale que califiquen. Van a ser juzgados. Tres puntos. Tres capítulos.” Número uno, aquí están los estándares. Número dos, no los cumplen. Número tres, más vale que los cumplan.
Muy simple, muy directo. Usted lo encuentra en el Evangelio de Juan, y de manera repetida él está llamando a que la gente venga en fe y lo abracen. En Juan capítulo 6, Él dice, “Yo soy el pan de vida.” Él dice, “Si creen en mí, en el que me envió.” Esa es la obra de Dios. Y después se vuelve y dice, “Deben creer en mí como el pan viviente. Deben comer mi carne y beber mi sangre.” Y lo que Él quiere decir es participar de mí. En Juan capítulo 7 Él dice, “En el día de la gran fiesta si alguno tiene sed, venga a mí y beba.” En el capítulo 8, “Yo soy la luz del mundo.” En el capítulo 10, “Yo soy el buen pastor. Yo pongo mi vida por las ovejas.” En el capítulo 11, “Yo soy la resurrección y la vida.”
Digo, Él constantemente está proclamando, y proclamando un mensaje de evangelismo, de salvación en Él. Entonces sabemos que Jesús tuvo una pasión por los perdidos. Él, después de todo había llorado por la Ciudad de Jerusalén, su corazón se dolía por su incredulidad, y Él clamó y clamó para que fueran salvos.
Pero no solo estuvo en el área pública, y pude haber leído otras Escrituras para apoyar y sustanciar eso. Hay muchas de ellas que nos dicen de la predicación del ministerio de predicación de Jesús, su predicación pública. Estoy pensando en Marcos 1:39. Él predicó en sus sinagogas por toda Galilea, y echó fuera demonios. Él fue un predicador del Evangelio, ese fue su llamado primordial, llamar a los hombres a la salvación. Él vino en una misión evangelística.
Pero no solo estamos seguros de su compromiso con el evangelismo al ver su predicación pública, sino también mediante su testimonio personal, Jesús también estuvo involucrado en el evangelismo personal. De hecho, las personas iníciales con las que Él estuvo involucrado de manera personal fueron algunos de los discípulos. En Juan 1:43, Él trajo a Felipe a la salvación. En Lucas 5:27-32, y también en Mateo, tenemos un registro de que Él trajo a Mateo a la salvación. Llamó a Mateo a nosotros. Y en el Evangelio, Lucas capítulo 5, Él es llamado Levy, pero es el mismo hombre. Entonces de manera personal Él trajo a Felipe a la fe. De manera personal trajo a Mateo la fe, y a otros de los discípulos, sin duda alguna.
Y después en Juan capítulo 4 Él conoció una mujer en un pozo, que tuvo cinco maridos, y con el que vivía no era su marido. Una mujer bastante miserable. Y en gracia maravillosa la llevó a la salvación. Y después Él se reunió con un hombre de estatura baja, quien era un publicano y un extorsionador, que había robado a todo mundo. En Lucas 19, él tenía curiosidad de Jesús. Él subió a un árbol, y cuando estaba pasando el desfile, él estaba ahí metido en el árbol, y el Señor simplemente detuvo el desfile, y vio a ese hombre, su nombre era Zaqueo. Y dijo, “Sal de ese árbol, baja.” Lo cual realmente lo señala. Él probablemente estaba tratando de mantener algo de discreción. Él ya no era discreto. Y él le dijo, “Vengo a tu casa.” Él lo hizo. Y en evangelismo personal llevó ese hombre a la fe y la confesión de pecado y arrepentimiento.
Y sabemos eso porque el hombre dijo, “Voy a devolver todo lo que he tomado al cuádruple.” El fruto de arrepentimiento. Él de manera personal trajo a Bartimeo el ciego. Usted lee la historia en Marcos capítulo 10, versículo 46 al 52, cómo Jesús trajo a ese ciego Bartimeo a la confianza y a creer en Él como el Hijo del Dios viviente. Y después una de las historias más hermosas de todas, registradas en Mateo capítulo 8, cuando Jesús cruzó el Mar de Galilea y llegó al país de Gerasa, y se reunió con el maniaco de Gadara. Y esa era una aldea en el área de Gerasa. De hecho, habían dos de ellos, estaban cortando con piedras, y llenos de todo tipo de demonios. Y antes de que todo el acontecimiento se acabará, Él envío a todos los demonios a un grupo de cerdos que se aventaron, y me gusta decir que se aventaron en un clavado tipo cerdo en el Mar de Galilea.
Y antes de que se acabar eso dice que el maniaco estaba sentado vestido, y en su juicio cabal dijo, “Por favor, te quiero seguir.” Y el Señor quiso que se quedará para que fuera su testigo de manera personal, mediante su propio testimonio llevó ese maníaco gadareno a la fe. Y hubieron ocasiones también cuando Él se esforzó por llevar a cabo evangelismo personal, pero el corazón estaba cerrado. ¿Se acuerda del joven rico de Mateo 19? Después de que Jesús le había traído las cosas que necesitaba conocer para llegar a la vida eterna, el joven, debido a que era muy rico dijo no, se fue.
El Señor se quedó. Trágico. Creo que la ilustración más hermosa del evangelismo personal de todas, es el encuentro tan breve, sin embargo, incisivo, de Jesús y el ladrón en la cruz. ¿No lo cree? Antes de que Él muriera. Antes de que Él fuera a ese momento final dijo, “Consumado es.” Y antes de que dijera eso y se encomendara a Dios, Él rescató del infierno eterno al ladrón penitente. Como puede ver, Él agonizó por las almas de hombres perdidos. Él se entristeció. En Juan 5, versículo 40, Él dijo, “No queréis venir para que tengáis vida.”
Y hay una, hay una marca reflexiva en esas palabras, su corazón estaba entristecido por eso. Acompáñame a Lucas 19 por un momento, perdón, Lucas 16:19. Este es Lázaro, el mendigo y el hombre rico. Y Él cuenta la historia de cómo el hombre rico fue al hades, al infierno. Y Lázaro fue al seno de Abraham, el lugar de bendición. Y después de haber contado la historia llega a un fin, y el hombre rico clama y dice, “Por favor manda a alguien a hablarle a mis hermanos.” Y Abraham en el versículo 29 dice, “A Moisés y a los profetas tienen. Óiganlos.” En otras palabras, que lean la Palabra de Dios. Y Él dijo, No Padre Abraham. Si alguno fuera de los muertos, se arrepentirán.” Y él les dijo, “Si no oyen a Moisés y a los profetas, no se persuadirán, aunque uno se levantara de los muertos.
Y ciertamente cuando Jesús dijo eso debió haber simplemente habido dolor en su corazón como una estaca, porque Él habría sido aquel que se levantaría de los muertos, y aunque Él se levantara de los muertos, aún así no creerían, ¿verdad? Y Él sabía eso, y Él dijo eso. El tiempo está limitado y no hay manera en la que podamos cubrir todos los elementos del uso de nuestro Señor del evangelismo. Pero Él predico el Evangelio. Él llamó de manera personal a los hombres. Creo que podríamos señalar algunos elementos en común en su ministerio de evangelismo. Uno Él estuvo disponible. Usted encuentra a Jesús siempre en las multitudes. O hubieron momentos cuando Él se retiró a los montes, Él se retiró al Monte de los Olivos. Hubieron momentos cuando Él se tuvo que apartar o le habrían quitado la vida, como en Nazaret, o no lo habrían arrojado de un risco. Pero en la mayoría de los casos Él estuvo disponible. Él estuvo ahí.
En segundo lugar, Él no tuvo favoritos. Él no tuvo favoritos. Él no estuvo con la élite. De hecho, Él estuvo con los leprosos. Oh, me encanta el hecho de que Él estuvo con la gente común y corriente, las rameras, los comerciantes, los publicanos. Él estuvo con aquellos que socialmente estaban en la clase baja económicamente y moralmente. Pero, por otro lado, Él también podía ir para estar con el centurión romano, un hombre de dignidad y estatura social. Él podía ir a ayudar a Jairo el rico, cuya hija claro, necesitaba desesperadamente un milagro. Y entonces Jesús estuvo en todo el espectro. Él no conoció favoritos. Él reflejó la mente de Dios, quien no muestra parcialidad. Él estuvo disponible y Él no tuvo favoritos.
En tercer lugar, Él fue tan sensible, tan sensible al dolor de un pecador. Me encanta el hecho de que en el Evangelio de Marcos, capítulo 5, que una dama que tenía un problema de sangre por tantos años, tocó su ropa. Y él dijo, “¿Quién me tocó? ¿Quién me tocó?” Tan sensible. No solo eso, Él usó amor y ternura. Él tocó un leproso, eso era impensable, absolutamente impensable tocar un leproso. En Mateo 8 cuando Él tocó a un leproso.
Entonces Él estuvo disponible, Él no tuvo favoritos, Él era sensible y Él era tierno. Y otra cosa que veo en su ministerio, Él aseguró confesiones públicas. Él extrajo una confesión verbal. Él sacó una del hombre ciego en Juan 9. Él sacó una de la mujer con el problema de sangre en Marcos 5. Él quería que lo confesarán. Él tuvo ese mismo impacto en uno de los 10 leprosos que regresó y extrajo esa confesión de fe de él. Y quizás otra cosa, Él tomó tiempo. Lea la historia de la hija de Jairo en Marcos 5, y vea cómo en medio de lo ocupado que estaba Él tomó tiempo, Él tomó tiempo. ¿Qué aprendemos de esto? Esté disponible. No juegue a los favoritos, sea sensible, use amor y ternura, asegure una confesión pública y tome su tiempo.
Y después permítame compartir otra cosa. Sabemos que Jesús estaba comprometido con el evangelismo en la pasión de ganar almas perdidas, debido a que su precursor fue un evangelista, debido a que Él fue un evangelista, y en tercer lugar, porque Él le enseñó a todo mundo a su alrededor a ser un evangelista. Ese fue el punto entero del tiempo con los discípulos. Él no los estaba preparando para guiar a grandes iglesias. Él los estaba preparando para evangelizar al mundo.
Y regresamos a Mateo, de nuevo el capítulo 4, quedándonos con nuestro texto original en Mateo 3 y 4, encontramos en Mateo capítulo 4, versículo 18, este texto maravilloso y conocido, Jesús andando por el Mar de Galilea, había dos hermanos, Simón llamado Pedro, y Andrés su hermano, arrojando su red al mar porque eran pescadores. Y él les dijo, “Síganme.” Y aquí lo tienen amigos. ¿Cuál fue la intención del Señor Jesucristo en su ministerio con los discípulos? “Y os haré grandes líderes de la iglesia.” ¿Es eso? No. ¿Os haré que? Pescadores de hombres. Pescadores de hombres.
Ahora, el llamado inicial de los discípulos ya había ocurrido, y está registrado en Juan 1:35-51. Ya habían sido llamados a Cristo. Pero todavía estaban ocupados en su propio trabajo, y solo ocasionalmente ministraban con Él. El llamado al compromiso pleno y total viene incluso más tarde que este pasaje de Mateo 4, y está registrado en Lucas capítulo 5. Lo que usted tiene aquí en cierta manera es un tiempo entre estos dos puntos. Incluso hay una comisión final que encontramos en Mateo 10, cuando Él los llama al apostolado y los envía.
Entonces en cierta manera hay una secuencia. Primero Él los llama a salvación, y después van con Él ahora de vez en cuando, manteniendo su trabajo. Después Él en cierta manera los llama a un compromiso total en Lucas 5. Y más adelante los comisiona oficialmente como apóstoles. Entonces estamos en las primeras etapas. Él ya los ha conocido. Él ya los ha identificado. Y ahora Él lo Llama a venir y a pescar hombres.
Ahora, hay tres métodos de pesca usados en el Mar de Galilea incluso hasta el día de hoy. Usted va ahí, y usted los verá. Uno es una línea, usted lo avienta el palo, y va por la línea. El segundo es una red, esas cosas pueden ser hasta de 400 m de largo con pesos de plomo, las avientan al fondo, y tienen una barca grande, y con una lancha a 400 m de distancia, y simplemente arrastran todo lo que hay ahí en el mar, jalan esa red, la suben a la costa, y después separan lo que pescaron.
Nuestro Señor tenía eso en mente en la penúltima parábola de Mateo 13, de la red. Pero lo que es usado aquí es un verbo, nombre más bien, que significa una red de arrojo, una red de arrojo. Los voy a tomar ustedes que están acostumbrados a usar esta red para ser arrojada, y voy a hacer que la arrojen alrededor de hombres. Normalmente más de 2 metros en diámetro usted se metía en el agua, y el agua le llegaba a las rodillas, y usted buscaba un grupo de peces, y conocían el movimiento de los peces bastante bien.
Y usted aventaba eso como si fuera una especie de disco volador, un frisbee, y volaba con todas las pesas de plomo por fuera, caía en el mar, y rodeaba esos peces. Usted jalaba la cuerda y los atraía hacia usted mismo, atraía su pesca, amphiblēstron es una palabra que es algo difícil de decir, pero es usada para atrapar a un grupo de peces. Y es algo interesante. Síganme y les voy a enseñar a cómo atrapar un grupo de hombres. Eso es lo que Él tenía en mente. El Señor quería preparar a personas para el evangelismo. ¿Y cree usted que necesitaban preparación? ¿Diría usted que necesitaban?
Bueno, si usted sigue la historia de los discípulos, descubrirá que en el Nuevo Testamento se indica que tienen una falta de percepción espiritual. Podría darle 10 Escrituras de eso. Tenían una falta de percepción espiritual. En cierta manera eran densos espiritualmente, carecían de empatía, eran muy poco empáticos, carecían de humildad, eran muy egoístas, tenían una falta de fidelidad a perseverar en oración, y francamente carecían de valentía, como lo vemos cuando Jesús fue crucificado.
Entonces necesita mucha preparación. Había material en bruto ahí, pero no mucho con qué trabajar. Lo cual es muy consolador para todos nosotros. El Señor puede hacer algo de la nada. Entonces debían ser pescadores en términos de pescar hombres. Ahora, ¿qué es lo que los pescadores tienen que hacer para tener éxito? Yo soy un pescador terrible. No me importa. No me gusta. Es aburrido. Entonces no lo hago. Pero entiendo que aquellos que lo hacen necesitan varias cosas. Si realmente se van a poner, bueno, podría irme a un barco ahí en el mar abierto y pescar a un pez de 150 kilos, digo, pero estar ahí de pie en el malecón y terminar enredando la línea ahí del hombre que está a la vuelta de la esquina, no me llama la atención.
Pero bueno, ¿qué es lo que caracteriza a un pescador? Podríamos decir que es la paciencia. Para ser eficaz usted tendrá que ser paciente. Quizás ahí es donde me quedo un poco corto. Estoy buscando una manera de que este tiempo cuente para la eternidad, y nada está pasando. Pacientes. Tienen que aprender a esperar. Eso es verdad, en traer a la gente a Cristo. Perseverancia. Una y otra y otra y otra vez, hasta que los resultados surgen. Valentía. Con frecuencia tomaban su pequeña barca en ese mar salvaje cuando el viento venía, un pescador tiene el ojo para el momento correcto, un pescador se mantiene lejos de la vista para que los peces sean atraídos por el anzuelo y no distraídos por su presencia. Y estas son cosas que conocerían, y el Señor en cierta manera entra con esa analogía, y dice, “Síganme y vamos a aplicar esas cosas para pescar hombres.”
Entonces Jesús estaba comprometido con hacer pescadores de hombres que pescarían hombres. Y Él les enseñó mucho acerca de cómo hacer eso. En Mateo 13 Él les da la lección más grande del evangelismo en toda su enseñanza. Ahora, también podríamos decir que la pasión del Señor por el evangelismo en un cuarto punto es obvio, porque no solo Él tuvo un precursor, quien era un evangelista, no solo Él fue un evangelista, no solo Él preparó evangelistas, sino que Él mandó a todos sus seguidores a evangelizar. Ese es nuestro llamado, seguir con la gran comisión, ir a todo el mundo y alcanzar a la gente que no conoce a Cristo. Después de que el espíritu haya venido sobre ustedes. Él le dijo a esos que estaban reunidos en Hechos capítulo 1, “Serán mis testigos en Jerusalén, Judea, y hasta lo último de la tierra.”
Y debemos pasar nuestra vida como una iglesia evangelizando al mundo. Ese es nuestro objetivo primordial. ¿Se acuerda que meses atrás cuando prediqué un mensaje de la razón por la que la iglesia todavía está en el mundo? ¿Se acuerda de eso? Y dije que si estuviéramos aquí solo para comunión, nos iríamos al cielo, en donde la comunión es perfecta. Y si estuviéramos aquí solo para la adoración, nos tendríamos que ir al cielo, en donde la duración es perfecta. Estamos aquí porque solo hay una razón para dejarnos aquí, y es para ser el agente para traer a otras personas a Cristo. De otra manera mejor nos vamos. Y si no estamos haciendo eso, no estamos haciendo aquello para lo que somos más necesarios. Y Él capacitó a su iglesia, Y Él capacito a sus discípulos. Y Él capacita a su pueblo mediante su espíritu en todas las generaciones para la tarea del evangelismo.
Ahora, estas son cosas simples, básicas. Pero solo quería que las tuviera en su corazón y en su mente. Simplemente, en conclusión, ¿cómo podemos nosotros quienes en la mayoría de los casos vivimos en una época algo no apasionada? ¿Cómo podemos comenzar a tener esa pasión? Y tengo que hacerme esa pregunta también, porque con mucha frecuencia en mi propia vida hay una frialdad hacia los perdidos. Con mucha frecuencia estoy tan ocupado en hacer las cosas de la iglesia y las cosas del ministerio, que testificarle a un alma muerta sería una invasión de mi tiempo.
Ahora, me doy cuenta de que hay cierta verdad en el sentido de que estoy dotado y llamado a una tarea que me limita a otras tareas. Pero eso ciertamente no justifica mi desobediencia o falta de compasión. ¿Cómo puedo yo, cómo puede usted, tener algo de la pasión de Cristo, algo de la pasión de Whitfield y Wesley, y estas personas como Robert Murray M'Cheyne? ¿Cómo podemos comenzar a capturar ese tipo de corazón? Permítame tan solo darle unas cuantas sugerencias.
En primer lugar, estudie a Cristo, estudie su gran amor, estudie su gran compasión, estudie su misericordia tierna. No conozco una mejor manera. Podemos estudiar a Wesley, podemos estudiar a M'Cheyne, y podemos estudiar a Whitfield, y podemos estudiar a los grandes de la historia de la iglesia en términos de evangelismo, pero en últimas tenemos que ir a Cristo. De alguna manera tenemos que estudiar a Cristo y capturar su corazón, y como 1 Juan 2:6, si decimos que estamos en Él, debemos andar cómo Él anduvo. Entonces necesito preocuparme por Cristo. Tiempo en la palabra, tiempo para meditar en la palabra, tiempo para sacar lo trivial de mi vida.
¿Y sabe una cosa? Realmente creo, simplemente incluyo esto como un pensamiento al que probablemente usted va a ceder, creo que si de pronto Jesucristo se apareciera y quisiera ser un anciano en Grace Community, Él nos interrumpiría mucho, Él nos turbaría mucho, nos turbaría mucho. Yo creo que instantáneamente Él mandaría ciertas cosas en nosotros que realmente despedazaría nuestra agenda. Él eliminaría quizás la mayoría de las cosas en su vida, y quizás en la mía también. Él quitaría nuestra recreación. Él quitaría nuestras preocupaciones y nuestro entretenimiento y lo demás. Creo que Él tendría un efecto muy fuerte, y turbaría muchas de las actividades de nuestra iglesia, las cuales en sí mismas no son malas, simplemente son más bien egoístas. Estudie a Cristo.
En segundo lugar, estudie el pecado, su culpabilidad, su poder, su castigo. Y mientras que usted esté estudiando eso, vea en dónde ha caído usted, se ha vuelto presa a las sutilezas del mundo. No es fácil. No es fácil mantenernos, o evitar que seamos conformados al molde del mundo, como Romanos 12:2 lo dice, no es fácil. Estudie el pecado y sus sutilezas.
Y, en tercer lugar, estudie a los pecadores. Trate de cultivar un amor por los perdidos, no una amargura hacia ellos. Trate de sentir cómo ellos sienten. Trate de tener empatía con ellos. ¿Sabe una cosa? Es un hecho absoluto más allá de la refutación, que los evangelistas más apasionados son los convertidos más nuevos. ¿Sabe usted eso? Usted ni siquiera puede discutir contra eso. Entre más tiempo es usted un cristiano, se vuelve más indiferente hacia los perdidos, porque entre más tiempo es usted un cristiano, usted conoce menos de ellos. Pero con una persona inicialmente viene a Cristo, tienen este sentido terrible en su corazón de que toda persona que lo rodea está tan perdida, porque así estaban ellos. Muchos de nosotros hemos olvidado cómo es estar perdido, algunos de nosotros nunca lo supimos. Hemos sido salvos por tanto tiempo como podemos recordar.
Alguien me dijo, “¿Has sido salvo toda tu vida?” Y yo dije, “No, pero he sido salvado por mucho tiempo.” Estudie a Cristo, estudie el pecado, estudie a los pecadores, y estudie la Escritura, sería una cuarta. Vea lo que dice acerca del infierno, vea lo que dice de la muerte, vea lo que dice del juicio, vea lo que dice de la salvación. Eso es lo que hemos tratado de hacer esta noche. Vea lo que dice de nuestra necesidad de evangelizar.
Y después una última, y es orar. Ore porque Dios le dé ese corazón. Dios le dará a esa pasión. Si usted no está contento con no tenerla, yo, esa es una tentación tan grande, usted no va a clamar a Dios porque se lo doy usted. Ahora, me doy cuenta de que hay algunas personas que son dotadas de manera única por Dios para este tipo de ministerios, pero ninguno de nosotros está exento de la responsabilidad y la pasión. Estudie a Cristo, estudie el pecado, estudie a los pecadores, estudie la Escritura y después ore. Ore por los perdidos y ore porque Dios le dé a usted el corazón que debería tener hacia los perdidos.
Quiero cerrar con una pequeña parte de la vida de un hombre llamado Juan Harper, quizás usted no conozca el nombre Juan Harper. Él fue un pastor nuevo que había sido llamado a la gran Iglesia Moody en Chicago a principios de los 1900. Juan Harper vino a la iglesia Moody, claro, él era un hombre de Dios, de lo contrario, nunca lo habían invitado ahí. Pero la virtud real de la vida de ese hombre fue identificado por el mundo cristiano cuando se hundió el Titanic. el Dr. William B. Riley cuenta la historia de la muerte de Harper en el Titanic. Tenemos la historia del fin de Juan Harper, porque sobrevivientes llevados al muelle en seguridad nos cuentan la historia. Lo que él quiere decir con eso, claro, es que sabemos cómo fue al fin de su vida, porque los sobrevivientes del Titanic contaron la historia de Juan Harper.
Cuando el Titanic chocó contra el iceberg que cortó el casco del barco y envió el barco al fondo, Juan Harper estaba apoyado sobre el barandal rogándole a un joven que viniera a Cristo, eso le habla mucho del hombre, ¿no es cierto? 4 años después de que el Titanic se hundió, un joven escocés se puso de pie en una reunión en Hamilton, Canadá, y dijo, “Yo soy un sobreviviente del Titanic. Cuando estaba solo flotando en un pedazo de madera esa terrible noche, la marea me trajo al Sr. Juan Harper de Glasgow también en un pedazo que flotaba. Hombre, me dijo él, ¿eres salvo? No, yo dije, no lo soy. Él volvió a gritar, cree en el Señor Jesucristo y serás salvo.”
Y el joven que estaba ahí dijo que las olas lo alejaron. Pero lo que fue extraño es que unos momentos después lo trajeron de regreso, y él volvió a gritarle, “¿Ya eres salvo? No, yo dije, no puedo decir que lo soy. Y él dijo, cree en el Señor Jesucristo y serás salvo.” El joven dijo, “Poco después él se hundió. Y ahí solo en la noche con más de 2 kilómetros de agua debajo de mi creí. Y yo soy el último convertido de Juan Harper. Bueno oremos.
Gracias Padre en esta noche por el recordatorio de estos santos fieles del pasado. Nuestros corazones claman para preguntar en dónde están hombres así hoy día. ¿No podríamos ser los Juan Harpers de esta generación los Wesleys y los Whitfields y los M'Cheynes y el Juanox? ¿No podemos ser los discípulos de este tiempo que entregamos nuestras vidas si es necesario? Señor, llena nuestros corazones de esa pasión. Arráncanos las cosas triviales de la vida. Danos a almas sedientes que no pueden estar satisfechas a menos de que sea en la conversión de otros, y danos la pasión de Cristo para predicar y evangelizar de manera personal.
Ayúdanos a estudiar a Cristo, a entenderlo, a entender el pecado, a entender a los pecadores, a entender la Palabra de Dios, y a orar, para qué, para nosotros el vivir y respirar, el ver a gente venir a Cristo. Y Señor, que sea que ese sea el fin de todo, y que cuando preparemos y enseñemos y edifiquemos y expongamos la palabra y fortalezcamos a cristianos, siempre el propósito en mente sea que estén mejor capacitados para traer a hombres y a mujeres a Cristo, para que juntos te demos Gloria. Y te agradecemos por causa de Jesús. Amén.
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